Título original: Zombi 2
Año: 1979
Duración: 91 min.
País: Italia
Director: Lucio Fulci
Guion: Elisa Brigante, Dardano Sarchetti
Música: Fabio Frizzi
Fotografía: Sergio Salvati
Reparto: Ian McCulloch, Taisa Farrow, Richard Johnson, Al Cliver, Auretta Gay, Olga Karlatos

No conocerás el género zombie hasta que descubras a Fulci.
Es a finales de los años setenta cuando una serie de títulos cruciales aterrizaron en las carteleras de medio mundo, dispuestas, quizás sin saberlo, a virar el rumbo del género fantástico para siempre. Obras hoy fundamentales como Suspiria de Dario Argento, La noche de Halloween de John Carpenter o Alien: el octavo pasajero son algunos de los ejemplos que influyeron, cada una de ellas a su modo, a toda una serie de realizadores que trataron de emular a sus modelos con resultados diversos. Entre aquella ola también llegó Zombi (aka Dawn of the dead), película orquestada por George A. Romero, que a su modo supuso una continuación no estricta de un éxito obtenido por el mismo cineasta una década antes, La noche de los muertos vivientes.
Con Zombi se realizaron varios cambios frente a su predecesora, por un lado existió un giro en la dirección del género, pues, aunque se seguía manteniendo la tónica fantástica, el suspense dejó en cierto modo paso a la acción y la aventura, sin olvidar, claro, la crítica social. Por otro, se enfatizó en el aspecto gore, mostrando así a los muertos vivientes devorando carne humana con todo lujo de detalles, algo que, no nos engañemos, entusiasmó a la audiencia fanática de las horror movies. Y es que, aunque existían precedentes -nuestro Jordi Grau, sin ir más lejos-, la propuesta de Romero caló en toda una generación, por lo que no tardaron en llegar imitaciones de todo tipo, algunas más holgadas de presupuesto, y talento, que otras.
A Nueva York arriba un barco sin rumbo, cuando llega la policía descubre que en el interior del barco se alberga un zombie. A partir de ese momento la hija del dueño del barco, con la ayuda de un periodista, buscará a su padre que se encuentra en una isla plagada de zombies sedientos de carne...
Unos productores nacidos en Italia -país siempre atento a las modas surgidas en Estados Unidos-, entre los que se encontraba Fabrizio de Angelis, no tardaron en urdir una secuela apócrifa del éxito de Zombi que, aprovechando el nombre europeo de la cinta de Romero, osaron en titularla, directamente, Zombi 2. El argumento quizá era lo de menos para ellos, pues lo importante aquí era mostrar a más zombies… haciendo cosas de zombies, esto es, comiéndose a unos pobres humanos que se entrometían en su camino. El gore más sangriento debía estar presente en el metraje, en una clara intención de hacerlo todo más grande e impactante si cabe.
Nace así, como decimos, Zombi 2, conocida en nuestro país como Nueva York bajo el terror de los zombi, obviando de este modo su vinculación con George A. Romero, estrenándose como lo que realmente es: una cinta de terror totalmente ajena a cualquier saga. Dirigida por Lucio Fulci, se trata de una de las películas más identificativas y emblemáticas de su filmografía -quizás sea su largometraje más icónico junto con El más allá y El destripador de Nueva York - dato curioso ya que, al contrario que otras cintas que el realizador romano dirigió a lo largo de su carrera, Zombi 2 le llegó prácticamente de rebote, dado que el primer director que los productores tuvieron en mente fue nada menos que Enzo G. Castellari, que por aquellos años se trataba de un profesional con cierto prestigio gracias principalmente a sus aportaciones dentro del western, el policiaco y el cine bélico. Cuando el productor Fabrizio de Angelis (junto al resto de su equipo de producción) le ofreció el proyecto a Castellari, este declinó la oferta varias veces y cuanto finalmente, quiso darles el “sí, quiero”, fue demasiado tarde, poque la producción ya había encontrado otro hombre para el puesto: Lucio Fulci.
Con un intento por parecer en todo momento una cinta de nacionalidad estadounidense (desde sus localizaciones hasta la elección del reparto), Zombi 2 es un entretenimiento extremo debido a la crueldad de algunas de sus imágenes. Momentos como el de la astilla en el ojo de la actriz Olga Karlatos, así como la imagen de Ottaviano Dell’Acqua dando vida a un muerto viviente recién levantado, pertenecen a secuencias que sin duda podemos catalogar de clásicas e icónicas y que, además, han servido para ilustrar camisetas, tazas, portadas de libros y revistas, bustos para coleccionistas y un sinfín de merchandising que aún hoy, más de cuarenta años después, continúa generando interés y entusiasmo entre miles de espectadores.
Y si hablamos de mitomanía, mención aparte merece su excelente banda sonora compuesta por Giorgio Tucci y Fabio Frizzi, que ayuda a potenciar, aún más si cabe, la tensión general que desprende el filme. Momentos más animados con música caribeña son entremezclados con sonidos de tensión dignos de la peor pesadilla, generando así una sensación extraña, entre la incomodidad y el disfrute, que no puede ser más que alabada por los oyentes. Una música que, por cierto, llega a Madrid y a Murcia este 2025 gracias al festival Sombra, que ha programado en sus diferentes sedes sendos pases de Nueva York bajo el terror de los zombies en pantalla grande, aderezado de un concierto del propio Frizzi en su propuesta denominada Frizzi 2 Fulci Tour, un proyecto que, según el propio Frizzi, nació como un gesto de sincera gratitud hacia una persona que me dejó un legado artístico muy importante (…) Fulci era un hombre ingenioso y divertido, un director estricto y competente, un amigo que me enseñó mucho entre la música y el cine.
Una oportunidad de oro, pues, es la que ofrece el festival incluyéndola en sus actividades. Y es que decir que estamos ante una película de culto sería quedarse corto, pues Nueva York bajo el terror de los zombies es un título que, al margen de sus incuestionables cualidades, podemos definir como icónico, por los destacados elementos que hemos mencionado. Y con ella, logró lo más complicado en su momento, y fue el hecho de poder mirar a los ojos, sin miedo alguno, al Zombi de Romero, y dar incluso pasos al frente incorporando ideas en cierto modo revolucionarias, como esos cadáveres llenos de gusanos asquerosos, esos primeros planos arriesgadísimos, o esas ideas tan locas como la del tiburón luchando a mordiscos contra un zombie en medio del mar. Lucio Fulci era de los grandes, qué duda cabe. Y aquí, nos regaló imágenes que siempre perduraran en el recuerdo, y que conviene revisar de tanto en tanto.
Firma: Javier Pueyo.
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