TerrorMolins - Test Screening review
Título original: Test Screening
Año: 2024
Duración: 92 min.
País: Estados Unidos
Director: Clark Baker
Guion: Clark Baker, Stephen Susco
Música: Austin Wintory
Fotografía: Dan Adlerstein
Reparto Rain Spencer, Chloë Kerwin, Drew Scheid, Johnny Berchtold, Sean Bridgers, Alex Hurt
Retorcido y romántico body horror.
Películas que demuestran o intentan demostrar el amor por el cine hay unas cuantas. Como muestra indiscutible tenemos la mítica Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988). Pero claro, estamos hablando de cine de terror y Test Screening deriva toda esa magia y también, nostalgia, a nuestro género favorito. Que lo consiga o no va a gustos. En mi opinión, situar los acontecimientos en los años ochenta le va algo en contra. Si con ello nos quieren decir que a los cines de esa época acudían como moscas a la miel unos espectadores ávidos de todo tipo de emociones, solo hay que darse una vuelta por las salas actuales para ver algunas sesiones con llenos hasta la bandera. Además, lo que se explica es algo atemporal con lo que, si hubiera estado ambientada en la actualidad, no hubiera pasado nada. Es solo una opinión, los nostálgicos sí que lo encontraran conveniente, así que todos contentos, o casi.
A cuatro adolescentes les proponen asistir a un Test Screener (Preestreno) en una pequeña sala situada en un pueblo de Oregon. Lo que se encuentran es un experimento de control mental en lugar de la esperada continuación de una exitosa saga espacial. Los efectos, como no podría ser de otra manera, son terroríficos.
Estamos ante otro debut. Clark Baker se pone al mando de una nave con numerosos referentes cinematográficos, no solo de terror. Esta apuesta está muy bien, pero comparándola, perdonarme por ello, con La Substancia (The Substance. Coralie Fargeat, 2024), estos referentes son un poco forzados perdiendo la sutileza de la que el film británico hace gala. No acabamos aquí las comparaciones con una cinta que ha marcado no solo el año si no también la década en cuanto a cine. Los monstruitos, transformaciones corporales o como los queráis llamar, son bastante similares sin provocar excesivamente y también sin mostrarlos en toda su plenitud.
Tenemos que remarcar, en la parte más positiva, el guion obra del mismo Clark Baker junto a Stephen Susco (The Grudge, aka La Maldición). En el mismo se mezcla ese comentado homenaje al cine junto a la relación de los cuatro protagonistas, historia de amor de las dos integrantes femeninas, incluida. Ese intento de “humanizar” una historia que en principio nos tendría que dar pavor, deriva en que la parte del film más clásica, por llamarla de alguna manera, adquiera mucha importancia, para desconsuelo de los amantes más fieles del terror.
El apartado técnico es de destacar. Tenemos que empezar por la ya manida estética ochentera, a lo que contribuye, no podría ser de otra manera, la fotografía a cargo de Dan Adlerstein. En cuanto a los monstruitos o derivados de los mismos, decir que están muy logrados, aunque parezcan una foto fija, con lo que el departamento de maquillaje, entendemos que artesanal, se lleva un pellizco del pastel.
Nombrar a las dos integrantes femeninas del elenco. Por un lado, tenemos a Rain Spencer que da vida a Mia y por otro a Chloë Kerwin que interpreta a Penny. Una pareja muy bien compenetrada.
A los amantes del body horror les puede molar, aunque odien las love story. Estos últimos la seguirán con cariño, pero cuando aparezcan las imágenes más truculentas saldrán corriendo de la sala. En fin, todo muy dificultoso de encajar.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
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