Título original: The Devil's Bath
Año: 2024
Duración: 120 min.
País: Austria
Director: Severin Fiala, Veronika Franz
Guion: Severin Fiala, Veronika Franz
Música: Anja Plaschg
Fotografía: Martin Gschlacht
Reparto: Anja Plaschg, Maria Hofstätter, David Scheid, Tim Valerian Alberti, Natalija Baranova
Terror a fuego lento.
Si en la época actual todavía estamos dándole vueltas a la igualdad entre mujeres y hombres, imaginar esa separación de roles si nos situamos en el siglo XVIII. Aunque parecía erradicada la caza de brujas en sentido estricto, que duró desde el siglo XV al siglo XVII, el estigma hacia las mujeres, continuó vigente durante el siglo siguiente.
Los problemas existenciales de la humanidad se mantienen en el tiempo, puede que no tengan cura y las enfermedades mentales son iguales ahora que antaño. En las épocas antes comentadas cualquier atisbo de separación de lo que decía el establishment era castigado duramente, normalmente con la muerte. Ese casi seguro castigo fue el leitmotiv de muchas mujeres, se cuenta que unos cuatrocientos casos, que optaron por no cometer suicidio, sino provocar la muerte de otra persona, normalmente niños, para recibir el castigo de la ejecución. La iglesia luterana tuvo bastante que ver con esto.
Este tema, bastante escabroso, lo aprovechan Severin Fiala y Veronika Franz para dibujarnos una sociedad hermética. Esa falta de alternativas se entiende como motivo para que esas dudas que asaltan al hombre se conviertan en obsesión.
Agnes es una joven que se prepara para su vida en común con un desconocido. Tras las primeras desilusiones matrimoniales, su vida se llena de angustia y los malos pensamientos empiezan a inundar su cabeza.
Brillante película austriaca de folk horror basada en una historia real que sigue a una mujer que busca desesperadamente huir de su prisión interior. Sus directores Severin Fiala y Veronika Franz (Goodnight Mummy, The Lodge) se meten de lleno en los bosques de la Alta Austria para explicarnos unos hechos que parecen sacados de un cuento gótico de terror pero que, desgraciadamente, son extraídos de una realidad pasada, la cual se intuía, pero nadie se atrevía a explicar.
Su lento ritmo es clave para que nos hipnotice. A ello contribuye también de manera decisiva Anja Plaschg en una gran interpretación. Su interacción con los otros personajes y con el entorno es de destacar logrando transmitir esa cosa tan difícil de plasmar, como es la angustia y la desesperación sin dejar de ser tierna. En unas palabras, nos atrapa desde el primer momento, convirtiéndose en la protagonista exclusiva. Comentar que, asimismo, es la autora de la música.
Estamos hablando de un guion muy bien elaborado que necesita de esa pausa para explicarnos como se merece algo tan aterrador como lo explicado. Ya sabemos lo impacientes que son los amantes del terror más tradicional, pero a veces, se necesitan esas pausas y esos silencios para poder explicar algo que, si lo miras fríamente, es puro terror. Como contra, algunos episodios que no es que sobren, pero nos distraen del tronco central.
El Baño del Diablo es una película que cautivara a los amantes del folk horror. Tampoco esperéis algo muy trepidante. Precisamente por eso os recomendamos que le deis una oportunidad, no os defraudará.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
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