Entrevista a Natalia Azahara, protagonista de Estación Rocarfort


Antes que nada, ¿quién es Natalia Azahara?

Pues es una actriz colombiana que ha venido a España a seguir su sueño que es ser actriz, estudia y logra empezar hasta que está sentada aquí contigo.


Es tu primer acercamiento al terror, ¿No?

Justo, porque lo siento mucho pero no veo películas de terror ya que me dan mucho miedo, lo paso muy mal. Pero ahora puedo decir que después de rodar Estación Rocafort, viendo los trucos y todo lo que hay detrás lo he disfrutado mucho.

No sabía qué esperar de este rodaje, porque conozco muy poco terror, disfruto el cine en general pero el “idioma” del terror no lo conocía. Pero con ayuda de Luis Prieto, el director que es un crack, me encaminé.


¿Quién es tu personaje en Estación Rocafort?

Se llama Laura, tiene 25 años y empieza a trabajar en el metro de Barcelona para mantenerse. También es una chica que viene de fuera, como yo, y le pasan muchas cosas allí abajo.


Parte de la película reposa sobre tus hombros. A la hora de crear al personaje, ¿cómo pensaste en afrontarlo?

La carga emocional de mi personaje es bastante grande, y como era mi primer papel protagonista tenía que dar lo mejor de mí mismo con el viaje del personaje. En ese sentido Luis fue mi mayor guía. Lo que tiene el terror es que todo lo físico es el gran apoyo, mi cuerpo, tener que gritar, llorar, temblar, me ayudaba a entrar en esta carga emocional.

A mi personaje todo lo que tiene alrededor le ataca continuamente y siempre está ansiosa o con miedo. Lo que tuve muy claro leyendo el guion es que esta chica se encontraba muy sola, no tenía a nadie, en eso pude conectar con ella porque hasta que yo encontré mi “familia española” me sentí muy sola, la soledad es algo que nos hace vulnerables. Y eso me lo llevé al rodaje.


¿El director te dio algunas referencias antes del rodaje?

Justo en ese momento se estrenó Smile y me vino bien porque tú ya viste a la protagonista que viajamos con ella, lo pasa muy mal y por eso Luis me la recomendó.


Y en esta película compartes pantalla con un peso pesado que es Javier Gutiérrez.

Una eminencia y un gran compañero, su experiencia lo hizo mi profesor número uno. De verdad que siempre sacaba tiempo para acompañarme en todo, brindarme su experiencia, darme trucos… Una gran persona a la que quiero un montón.


¿Cuál es tu mejor recuerdo del rodaje? ¿Y el peor?

Con más cariño el equipo, porque siempre lo digo pero me hicieron sentir acompañada y muy bien cuidada en general. Además el contacto humano me ayuda a trabajar mejor, con las miradas que me llegaban desde detrás de cámara.

Y lo peor: sinceramente estar allí abajo en el metro, que tenía que ser de noche porque rodábamos cuando estaba cerrado. En algunos momentos lo pasé muy mal, sobre todo habiendo escuchado las historias reales del metro de Barcelona, que me contaban los trabajadores de allí, que han vivido o les han contado.

Y también el miedo a encontrarme alguna persona en el metro, porque ahí a veces la gente entra y se han encontrado cuerpos de los que se han colado.


Y ahora que has probado el género, ¿Te gustaría volver a repetirlo?

Sí, la verdad es que ahora que lo he vivido creo que me siento más preparada y creo que aguanto bastante bien lo que se requiere.


¿Cuál es tu película de terror favorita?

He visto muy pocas y no sé si entra en el género terror: Seven de David Fincher, me gusta mucho porque la vi una vez y me dio tanto miedo que no me he atrevido a verla de nuevo.