Título original: El arte de morir
Año: 2000
Duración: 102 min.
País: España
Director: Álvaro Fernámdez Armero
Guion: Curro Royo y Juan Vicente Pozuelo
Música: Bingen Mendizábal
Fotografía: Javier Salmones
Reparto: Fele Martínez, María Esteve, Gustavo Salmerón, Adrià Collado, Sergio Peris-Mencheta
Un desastre que se revisita con gracia.
Hace ya 25 años, Álvaro Fernández Armero, había dirigido dos películas que tuvieron mucho éxito y que son recordadas con cariño por esa generación, las comedias Todo es mentira y Nada en la Nevera. Tras esos dos aciertos, el director cambió de rumbo y dirigió la peli que hoy nos ocupa, una de terror a medio camino entre Sé lo que hicisteis el último verano y Al Salir de Clase. Un ejercicio insalvable, salvo por la nostalgia que pueda provocar a algunos.
Un grupo de amigos vive atormentado porque hace cuatro años uno de ellos, Nacho, desapareció para no volver jamás. Cuando de repente el DNI del desaparecido es encontrado por la policía, esto reactiva la investigación y les pone en el punto de mira.
A principios de los 2000, hubo en nuestro país un resurgimiento del género de terror. Quizás impulsado por lo que supuso Tesis a finales de los 90, empezaron a proliferar proyectos de género interesantes y tan dispares como Los Sin Nombre, Los Otros o incluso la comedia no pretendida Tuno Negro. El arte de morir forma parte de ese momento, y recoge a casi todas las caras conocidas de aquella época. Un elenco plagado de actores conocidos que imparte una master class de lo que nunca hay que hacer.
Las actuaciones son delirantes de malas. No se salva absolutamente nadie, es difícil recordar algo peor. Es increíble porque cuando crees que acabas de presenciar la peor actuación de tu vida, sale otro de los actores y lo supera. Solo diré que los YoGa, nuestros Razzies patrios, le hicieron justicia en alguna categoría. Curiosamente, muchos de los actores han demostrado tener talento tanto antes como después de esta peli, pero está claro que a veces todo está destinado a salir mal.
A nivel de historia, ni siquiera se entiende mucho lo que pasa. Final rocambolesco que no se sostiene y desarrollo pobre. Lo único que podría molar son las muertes, pero ni eso se salva. No hay sangre, no son explícitas y transcurren fuera de plano.
Eso sí, es justo reconocerle que fue un éxito de taquilla en la época, recaudando 225 millones de pesetas (más de un millón de euros) y que Fernández Armero es un director muy prolífico, aunque su única incursión fuera de la comedia fue esta, y no repitió.
¿Hay que verla? pues con una mano sobre esta review y la otra alzada como en un juicio americano, os digo que sí. Forma parte del cine de terror de este país, eso es así, y, además, sed sinceros… ¿a quién no le gusta de vez en cuando ver un buen despropósito?
Firma: Sonia Antorveza.
@bunyolsdesucre
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