Título original: Immaculate
Año: 2024
Duración: 88 min.
País: Estados Unidos
Director: Michael Mohan
Guion: Andrew Lobel
Música: Will Bates
Fotografía: Elisha Christian
Reparto: Sydney Sweeney, Alvaro Morte, Simona Tabasco, Benedetta Porcarolin, Giorgio Colangeli, Dora Romano, Giampiero Judica, Betty Pedrazzi
Terror, gore, sangre y una monja de primera: Sydney Sweeney.
En esta eterna lucha entre el bien y el mal que da vidilla a las religiones, parece que el mayor escenario bélico siempre tiene lugar en el mundo cristiano, raro es el año en el que no se rueda una película donde las hostias que se reparten son las sagradas formas. En lo que llevamos del 2024 primero se estrenó La Primera Profecía y luego llega este Immaculate.
La hermana Cecilia llega a Italia, convocada por el padre Tedeschi, para ser ordenada y dedicar sus días al cuidado de unas ancianas monjas que pasan sus días en este tranquilo y hermoso convento alejado de la civilización. Pronto hará amistad con la hermana Gwen y como encima le gusta el trabajo, parecer que todo será felicidad a partir de ese momento.
Pero lo que Cecilia ignora es que ha sido vigilada de cerca desde que se salvó milagrosamente de morir muchos años atrás, y que tras los muros del convento se ocultan secretos y muerte. Ponte a rezar, Hermana Cecilia, que te van a complicar el camino al cielo.
Hay un punto fascinante si uno analiza los proyectos cinematográficos coincidentes en tiempo y temática. Por ejemplo, cuando James Cameron planteó el proyecto de Abyss, del que solo se sabía que eran buceadores atrapados bajo el agua con bichos misteriosos, de pronto surgieron (bendita casualidad) Leviathan de George Pan Cosmatos, Deepstar Six de Sean S. Cunningham e incluso J.P. Simon se lanzó al agua (literalmente) con ese despropósito llamado La grieta. Pasa lo mismo con la batalla de novicias entre Immaculate/La Primera Profecía: claramente hubo espionaje industrial porque hay muchísimas (excesivas) coincidencias entre ambos proyectos. Si nos atenemos a las fechas de rodaje, La Primera Profecía se rodó entre Septiembre y Octubre del 2022 mientras Immaculate terminó su rodaje en Febrero del 2023 aunque se comenta que su guion llevaba escrito 10 años, la propia Sydney audicionó por un papel y con la carrera ya lanzada es quien se puso en contacto con el guionista para reescribir, eligió el director y produjo la película.
Digamos que La Primera Profecía se lleva un tanto por ser la primera en estrenarse, aunque le penaliza dos puntos ser tan soporífera y machacar al pobre espectador durante casi 120 minutos, mientras Immaculate va como un tiro – 88 minutos de los que 8 son títulos de crédito – aparte de resultar muy entretenida.
El guionista, Andrew Lobel, tiene una carrera muy corta, sobre todo porque la mayoría de sus trabajos son guiones de cortometrajes, y aunque lo cierto es que la historia de Immaculate resulta poco original – mejor obviar referencias para evitar spoilers – va lanzada como un cohete y en su visionado no hay tiempo de pensar acerca de la lógica del plan que afecta a la hermana Cecilia y, sobre todo, el hecho de que a veces parece que todo el convento está al tanto mientras otras veces resulta que tan solo unos pocos están al día. Digamos que el fuerte de la película no es su guion aunque acierta en su creación de personajes como el de Gwen, la propia Cecilia o su antagonista, la antipática Mary, bien interpretados respectivamente por Benedetta Porcaroli, Sydney Sweeney y Simona Tabasco; Álvaro Morte es el Padre Sal Tedeschi, con una sonrisa sempiterna que puede ser agradable e inquietante al mismo tiempo.
Aunque el guion tiene buenos momentos, donde mejor funciona Immaculate es a nivel dirección gracias a Michael Mohan, proveniente de series televisivas y que ya había trabajado con Sydney Sweeney en el telefilm para Amazon The Voyeurs, porque imprime dinamismo a las imágenes y aunque hay odiosos jumpscares, apuesta por el terror generado a través de la puesta en escena y no rehúye apuntes de violencia acompañado de unos maquillajes y afectos gore más que resultones; en ese sentido alabar la valentía de Mohan y Sweeney, como director y reina de la función, para terminar la película con un tenso plano secuencia de resultados inesperados.
No entraremos a si realmente Immaculate sea una copia – ¿O en estos casos se puede hablar de exploit?-de La Primera Profecía, pero hay que reconocerle que no rehúye ser una película menor, apostando por la rapidez, la crudeza de alguna de sus imágenes y juguetear con el gore acompañada por la resultona música de coros monjiles compuesta por Will Bates… En tiempos donde todo parece mirarse con lupa, es de agradecer el camino de la desinhibición.
Por esto, te recomendamos que entres en el convento de la hermana Cecilia e intentes adelantarte al loquísimo giro del final.
Firma: Javier S. Donate.
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