Título original: En attendant la nuit
Año: 2023
Duración: 104 min.
País: Francia
Director: Céline Rouzet
Guion: Céline Rouzet, William Martin
Música: Jean-Benoît Dunckel
Fotografía: Maxence Lemonnier
Reparto: Mathias Legout Hammond, Élodie Bouchez, Jean-Charles Clichet, Céleste Brunnquell, Laly Mercier
Cómo normalizar el vampirismo en los noventa.
Poseídos, zombis o asesinos enmascarados son algunas de las figuras con más representación en el cine de terror. Pero el vampiro es sin duda el icono más antiguo de todos. Hace siglos que forma parte de la cultura popular y tiene en el nombre propio de Drácula a su particular embajador. For Night Will Come no es la clásica película de vampiros a la que estamos acostumbrados en la que los ajos, los crucifijos o los ataúdes son elementos comunes del universo vampírico. En esta producción francesa sí que hay necesidad de sangre humana o rechazo por la luz del sol, pero se asemeja mucho más a obras maestras contemporáneas (no me malinterpreten, esta muy lejos del nivel) como Déjame Entrar (review).
La familia Feral se muda a un nuevo vecindario con la intención de dejar su pasado atrás y pasar desapercibidos. Sin embargo, el pequeño de la familia no es un adolescente normal: cuando intima con su nueva vecina, su sed de sangre crece y sus diferencias se vuelven imposibles de ignorar.
Debut en el largometraje de ficción de Céline Rouzet, quien años atrás había firmado el prestigioso documental 140 km à l’ouest du paradis. Desde la secuencia de apertura se puede apreciar que estamos ante una directora que cuida la puesta en escena y tiene un gusto exquisito por la composición. La profundidad de campo es realmente bella y logra que los árboles y el vecindario boscoso al que llega la familia al comienzo de la película tenga una destacada presencia. Detalle formal que está a cargo de la historia, ya que el protagonista tiene alergia al sol. Los rostros de todos los actores me resultan muy naturales a pesar de que algunas frases o momentos de tensión estén ejecutados con cierta torpeza. El protagonista Mathias Legout Hammond tiene una cara con rasgos afilados que me evocan a un vampiro y la jovencísima actriz Laly Mercier desprende mucha verdad en su interpretación. Este filme de ritmo pausado se ambienta en la década de los noventa (agradezco que sea una ambientación comedida y sencilla) y toca temas como el despertar sexual y el bullying.
La película no quedará en la memoria de los espectadores porque aborda conceptos que ya hemos visto en muchas producciones. La manera en la que intenta normalizar una historia fantástica nos resulta familiar y eres capaz de vaticinar cada uno de los acontecimientos que se sucederán a lo largo del metraje. Pero sin duda su mayor problema es que la explosión de violencia que requiere el clímax de la película nunca acaba de llegar y el acabado de For Night Will Come resulta soso y un tanto confuso. Además, estamos un poco agotados del retrato de vampiro ñoño, romantizado y que no provoca miedo que parece haberse instaurado en el cine en las últimas décadas. Esto no quita que quiera seguir con gran interés la carrera de la directora Céline Rouzet, quien apoyada en el también debutante director de fotografía Maxence Lemonnier, ha realizado un filme realmente bello de contemplar.
Firma: Txintxu Prida.
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