Título original: Saw III
Año: 2006
Duración: 108 min.
País: Estados Unidos
Director: Darren Lynn Bousman
Guion: Leigh Whannell, James Wan
Música: Charlie Clouser
Fotografía: David A. Armstrong
Reparto: Tobin Bell, Shawnee Smith, Angus Macfadyen, Mpho Koaho, Bahar Soomekh, Barry Flatman, Lyriq Bent, Donnie Wahlberg, Dina Meyer, Leigh Whannell, J. LaRose
El final del mito da paso a una nueva era.
La saga se estaba consagrando y ésta era la tercera película que veía la luz tan solo un año después de la anterior, veremos en el futuro que esto iba a ser el modus operandi de la franquicia, lo que hacía que los espectadores se mantuviesen bien enchufados con la trama y no dejaran de acudir a los cines. No obstante, esta película contiene en su interior un elemento diferencial sobre el resto, sigue leyendo y lo descubrirás.
La policía anda nuevamente tras los pasos de Jigsaw el psicópata al que denominan Puzzle, lo que desconocen por completo es que cuenta con una ayudante que le ayudará a ejecutar sus macabros planes, la vida de nuevos personajes está en juego, pero no solo la de ellos.
Si has llegado hasta aquí solo se puede entender que has visto la original y la segunda parte, de no ser así aborta misión porque sino vas a comer spoilers por un tubo, por otra parte, para poder mencionar el elemento diferencial del que hablo en la introducción a la crítica, voy a tener que hablar de cosas que quizás no quieras saber sobre esta tercera parte, así que nuevamente te recomiendo que abortes misión y vuelvas cuando la hayas visto.
La tercera parte de Saw no es una secuela normal, y es que cuenta con el elemento madre, la muerte del creador de todo, la de mi personaje favorito de todas las películas, Jigsaw. Es fácil pensar que quizás creían que esta sería la última parte, pero es totalmente erróneo ya que como podemos ver en la cuarta obra, todo estaba preparado en el final de la tres para continuar con la saga a película por año como venían haciendo, demasiado rentable para matarlo aquí. Para ello, para tal atrevimiento, el guion fue desarrollado por sus creadores iniciales, el guionista y director que dieron vida a esta macabra serie de películas Leigh Whannell y James Wan, ellos lo crearon y ellos decidieron darle un final, puede que revolucionario (ya visto anteriormente en Hitchcock), pero nunca antes en una saga, no de esta manera, matar a tu malvado, a tu personaje principal. Valentía e inconsciencia quizás a la hora de poner a John tan contra las cuerdas. Matar al mito
Recuerdo que para mí, en mi primer visionado en 2006 fue un poco drama, verlo encamado y en las últimas. Algo dentro de mí me decía que una saga en la que hay que hacer tantos actos de fe para creer la historia, haría algún truquito de guion poco creíble para hacer sobrevivir el mejor estandarte de la saga, pero no fue así.
Pero volvamos al principio, el arranque cuenta con pruebas desproporcionadas que se verán contestadas en la siguiente película, dándole sentido a tanta brutalidad pero dejando bastante al aire la credibilidad de la condena a alguna de las víctimas. Seguimos elevando el nivel de gore como ya expliqué que la serie haría, regalando a los seguidores más morbosos nuevas maneras de morir o ser ejecutado según se vea. De hecho, podemos encontrar con dos de las más impactantes ejecuciones de toda la saga, la que sufrirá Mpho Koaho en el papel de Tim o la de la inspectora Kerry interpretada por Dina Meyer, muertes memorables, además de unos efectos muy logrados que no serán fácil de olvidar.
La peor parte de la obra es la introspección en el personaje de Amanda (Shawnee Smith), en su relación con John y la manera despiadada, celosa y demencial en la que actúa, no le hace ningún favor a un personaje que ya se entendía de sobras. Mucho más provocada esta actitud para poder desencallar el final, que por interés real en el personaje.
Tampoco es de agrado la manera tramposa en la que mediante flashbacks hacen prácticamente un making of de la original, con la excusa de explicar el vínculo entre Amanda y John se ahorran crear contenido genuino. Este repaso es incluso malo para la primera Saw, pues hace que se le vean las costuras mucho más y que inevitablemente nos empecemos a preguntar cosas como por ejemplo qué necesidad tenía Jigsaw de mostrar su inteligencia haciéndose pasar por muerto o en qué manera eso encaja con su objetivo.
En el cierre final se sigue demostrando que John actúa por venganza y con rabia, no tiene problema con castigar a inocentes nuevamente.
Como seguidores de la saga que parece que os habéis convertido al llegar hasta aquí valorad vosotros mismos, si el peso que os han dado en carne, sangre y con la muerte de John compensa con la sección del refrito de la primera obra.
Firma: Gerard FM.
@tmagerard
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