No hay fantasmas es la historia de Andrea, una joven con un oficio particular. Cuando alguien siente ciertos fenómenos paranormales en su casa, sólo ella puede dar una explicación. Pero Andrea siempre insiste en cada visita: No hay fantasmas. Son los ecos de alguien que una vez estuvo entre nosotros.
Cuéntanos el origen de tu cortometraje.
Siempre que ha muerto alguien cercano me ha resultado fascinante descubrir cosas que no sabíamos de su personalidad. Es un momento de gran catarsis. Literalmente no fue hasta que abrí la nevera de mi abuela, que murió de forma inesperada, que lloré su muerte, cuando entendí cómo habían sido sus últimas horas de vida. Vaciando la nevera y los armarios de alguien que vivió, se descubren muchos de sus secretos.
No Hay Fantasmas surge de ese impulso. ¿Qué podemos averiguar de alguien en base a lo que ha dejado detrás? ¿Y si los muertos hubieran dejado en vida un rastro que pudiéramos reconstruir? Me parecía un mecanismo muy interesante para hablar de la pérdida sin dejar de lado crear una atmósfera inquietante.
¿Qué se van a encontrar los espectadores del cortometraje?
Se van a encontrar un inicio de película de fantasmas. Una casa oscura, suelos de madera que crujen, palabras susurradas al oído… Para luego tratar de racionalizar esas manifestaciones, y convertir la historia en una película de fantasmas, sin fantasmas.
¿Cuáles son tus influencias?
Son variadas, y no siempre son de directores habituales del cine de género. Sí que recuerdo pensar mucho, mientras preparaba el cortometraje, en Shyamalan y su manera de afrontar desde el fantástico dramas familiares sobre la búsqueda de la identidad, y en Aronofsky que, a veces también desde atmósferas propias del cine de terror, hace películas sobre personajes. Son además dos directores con un dominio sobre el lenguaje increíble, cada uno desde su propio estilo. He visto todas sus películas varias veces.
¿Cuál fue el momento más complicado del rodaje?
Extrañamente, los momentos más complicados de rodar no fueron los que necesitaban más elaboración técnica. Seguir el rastro de los ecos por los lugares, con movimientos de cámara complejos, estaban muy bien preparados y no resultaron muy trabajosos. En cambio, las escenas de varios personajes en espacios cerrados (Como el dormitorio y el pasillo) fueron complicados debido a las localizaciones. Teniendo un presupuesto muy ajustado, debimos utilizar localizaciones que no eran perfectas. ¡No es recomendable rodar muchas horas con tanta gente y en un espacio tan reducido!
¿Qué consejos darías a los futuros cortometrajistas?
Que no paren quietos. Que rueden con los medios que tengan disponibles las películas que crean que pueden sacar adelante (pero sin acomodarse) en cada momento. No tengo los secretos, y siento que, con 40 años, estoy al inicio del camino, pero creo que ser proactivo te ayuda a aprender, y te prepara para afrontar proyectos de todos los tamaños, y eso te prepara para una industria cambiante.
¿Cómo ves el mundo del género fantástico hoy en día?
El fantástico es el terreno que encuentro más estimulante en el cine actual. Por un lado al ser el género en el que las películas de bajo presupuesto pueden llegar al gran público es donde está consiguiendo abrirse paso una nueva generación de cineastas. Todos los directores jóvenes a los que admiro trabajan o han trabajado en el fantástico. Por otro, por su propia naturaleza, en la que lo visual tiene un peso mucho más importante que en el cine dramático o de autor, es donde el lenguaje encuentra nuevos caminos y se desarrolla.
¿Puedes hablarnos de tus próximos proyectos?
Ahora mismo me encuentro desarrollando dos proyectos de largometraje, ambos de género fantástico. Por un lado, Eco, que transcurre en el mismo universo narrativo que No hay fantasmas, y que llevo desarrollando un tiempo. Y por otro lado La criatura, un largo de bajo presupuesto resultado del matrimonio imposible entre Cinco lobitos y La cosa. ¿A que apetece verla?
¿Dónde se te puede encontrar?
Aunque no soy muy bueno con las redes sociales, se me puede encontrar en Facebook, en Twitter, como @nachosolana y en Instagram como solana.nacho
¿Película de terror favorita?
Elegir sólo una es doloroso, pero creo que sería It Follows. Fue la película que me hizo ver el fantástico con nuevos ojos, en la que los códigos del cine de terror se utilizaban para hablar de algo que me obsesiona, como es el miedo a la muerte. No me gusta el término terror elevado, y soy consciente que esta parte alegórica del cine de género existe desde los inicios del género, y no es nada novedoso, pero sí fue la primera vez en la que yo personalmente vi el camino para plantear ciertos temas utilizando la atmósfera y el lenguaje del terror.
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