Es 1985 y Andrew, un narcotraficante, se encuentra sobrevolando los bosques de Georgia cuando empieza a lanzar kilos de cocaína por la ventana antes de saltar del avión y morir. Toda esa cocaína acaba en manos de un oso negro de 150kg que empieza a llevarse por delante todo lo que encuentra en su camino…
Título original: Cocaine Bear
Año: 2023
Duración: 95 min.
País: Estados Unidos
Director: Elizabeth Banks
Guion: Jimmy Warden
Música: Mark Mothersbaurg
Fotografía: John Guleserian
Reparto: Keri Russell, Margo Martindale, Ray Liotta, Jesse Tyler Ferguson
Entretiene pero desaprovecha lo genial de su premisa.
Hace un tiempo llegaba la noticia de que estaba en marcha una película sobre un oso que al encontrar kilos de cocaína escondidos en el bosque se los esnifa sin parpadear y empieza a destrozar a todo aquel que se cruza en su camino. Ante una historia así solo hay una respuesta posible: me gusta lo que oigo.
Es 1985 y Andrew, un narcotraficante, se encuentra sobrevolando los bosques de Georgia cuando empieza a lanzar kilos de cocaína por la ventana antes de saltar del avión y morir. Toda esa cocaína acaba en manos de un oso negro de 150kg que empieza a llevarse por delante todo lo que encuentra en su camino…
A la sinopsis alocada se le sumaban varias cosas a este proyecto que le hacían irresistible. De ponto la etiqueta “basada en una historia real” apareció en escena, luego se supo que dirigía Elizabeth Banks, actriz y directora que a pesar de haber fracasado estrepitosamente con su adaptación de Los Ángeles de Charlie hace unos años, se atrevía ahora con este proyecto tan original y que tenderíamos a asociar a un director masculino. Por último, empezaron a llegar buenos comentarios desde Estados Unidos y además vimos a Banks y a su oso protagonista entregar un Oscar en la última ceremonia. Todo eran buenos augurios, pero al final ha sido un aprobado raspado.
La parte buena es que la historia en sí es divertida y que el oso descuartiza (aunque podría haberlo hecho más) y vemos destrucción y algo de cachondeo. Es de agradecer que la cinta arranca muy rápido y va directa al grano, y que tiene momentos gamberros (aunque desaprovecha otros). Y lo mejor, sin duda, es el propio oso y la secuencia que transcurre en la ambulancia.
Pero todo lo demás está bastante regular. Los personajes principales son demasiados y ninguno tiene la personalidad suficiente para que conectemos con ellos. Quizás Margo Martindale y Jesse Tyler Ferguson sean los mejores, pero en una película tan coral, los personajes se pierden si no están bien definidos y escritos. Si no tienen relaciones entre ellos que entendamos o motivaciones es difícil que nos interesen. Algunos de ellos ni siquiera se entiende qué hacen allí, ni los diálogos que tienen. La realidad es que se podrían eliminar mínimo 5 o 6 personajes sin que pasara absolutamente nada. Por no hablar de flashbacks a modo de gag que deberían haberse quedado en la mesa de montaje. La historia es tan loca que se sostiene por si sola con poco, no hacia falta toda esa gente por ahí con historias ridículas. Además, técnicamente el oso está muy bien, pero hay varias secuencias oscuras donde la fotografía deja mucho que desear. No vemos bien al oso, falta iluminación y eso es bastante imperdonable.
En resumen, prometía mucho y se queda en poco. Eso sí, fue la ultima película de Ray Liotta, a quien está dedicada la cinta, y hay que decir que destaca por encima de los demás.
Pero que no cunda el pánico, aunque no nos haya encantado no dejaremos de apostar por cualquier oso, tiburón o cocodrilo que consuma drogas y siembre el caos. Que tenemos buen gusto hombre.
Firma: Sonia Antorveza.
@bunyolsdesucre
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