Tras atracar una tienda, Alex y Cody se llevan a Grace como rehén, aunque esto último no entraba en sus planes. En medio de la noche acaban en una granja semi abandonada donde deciden pasar la noche. Pero algo acecha en ese lugar más fuerte que ellos.
Título original: The Price We Pay
Año: 2022
Duración: 85 min.
País: Estados Unido
Director: Ryûhei Kitamura
Guion: Christopher Jolley
Música: Aldo Shllaku
Fotografía: Matthias Schubert
Reparto: Emile Hirsch, Stephen Dorff, Gigi Zumbado, Jesse Kinser
Emile Hirsch y Stephen Dorff protagonizan y producen lo nuevo de Kitamura.
Lamentablemente (venga vamos a empezar por lo malo) no estamos ante una película tan disfrutona y bien dirigida como lo son algunas de su director. Blanco Perfecto o Nadie Vive, absolutamente recomendables para los cinéfilos, hacen gala de un manejo de la cámara y un dominio de como crear tensión sorprendentes. Y además lo hacían con humor y eso las convertía no solo en películas muy buenas sino además festivaleras. Eso no sucede con esta The Price We Pay. No es una mala peli, pero no brilla en nada en particular.
Tras atracar una tienda, Alex y Cody se llevan a Grace como rehén, aunque esto último no entraba en sus planes. En medio de la noche acaban en una granja semi abandonada donde deciden pasar la noche. Pero algo acecha en ese lugar más fuerte que ellos.
Kitamura cuenta esta vez con dos caras bastante conocidas que además hacen de productores ejecutivos. Emile Hirsch y Stephen Dorff se han metido en esta aventura y parece que el segundo sale mejor parado. A Hirsch le toca el papel que podría ser más jugoso: el malo desquiciado fuera de control, el típico delincuente sin sensatez ninguna que te mete en los líos más gordos. Suelen ser personajes dotados de cierto carisma, pero él lo hace de un modo un tanto histriónico que molesta a ratos en pantalla. Su personaje se usa para que se lie más las troca, porqué es el que toma las peores decisiones. Pero más allá de eso no sirve para nada más. Dorff está correcto, sin más.
Por lo demás, la historia puede recordar un poco a Nadie Vive, es decir, tú crees que eres el malo de la historia pero espérate a ver qué te encuentras por el camino, porqué siempre puede haber alguien peor que tú. Sin embargo aquella era pura fiesta y salvajada, y esta es sólo lo segundo. Hay sangre, mad doctor, y lugares oscuros de los que quieres escapar, pero ni un atisbo de risa festivalera en todo el conjunto.
A nivel de dirección tampoco hay mucho que destacar, algunos momentos videocliperos en la dirección, alguna especie de flash luminoso que no acaba de funcionar y resulta molesto. Aunque a nivel de fotografía destaca el uso de los tonos rojos cuando la cosa se va poniendo seria, y eso sí le da un toque interesante.
En definitiva, el gran Kitamura, del que siempre es una alegría ver algo nuevo o antiguo, pincha un poco con su nueva propuesta a pesar de tener a gente reconocible acompañándole y ser él un director de muy buen nivel. Pero haciendo un juego de palabras, quizás el precio que pagamos cuando alcanzamos la grandeza es inevitablemente el de tener que bajar tarde o temprano.
Eso sí, siempre se puede volver a subir.
Firma: Sonia Antorveza.
@bunyolsdesucre
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