Mona y Robby son una pareja joven que se muda a un nuevo apartamento. Él trabaja muchas horas mientras ella hace bocetos y decora el nuevo hogar. Pero pronto, Mona empieza a tener pesadillas y terrores nocturnos en los que se le aparece la figura de un hombre amenazante.
Título original: Marerittet
Año: 2022
Duración: 100 min.
País: Noruega
Director: Kjersti Helen Rasmussen
Guion: Kjersti Helen Rasmussen
Música: Martin Smoge
Fotografía: Oskar Dahlsbakken
Reparto: Eili Harboe, Herman Tømmeraas, Dennis Storhøi
Una película sobre pesadillas y terrores que no destaca especialmente.
Nos encontramos ante el primer largometraje de Kjersti Helen Rasmussen, que firma también el guion y que ha decidido centrarse en los terrores nocturnos, las pesadillas y las presencias diabólicas en su primer trabajo tras las cámaras. El resultado es una película buena en su factura, pero que pasa sin pena ni gloria a nivel general.
Mona y Robby son una pareja joven que se muda a un nuevo apartamento. Él trabaja muchas horas mientras ella hace bocetos y decora el nuevo hogar. Pero pronto, Mona empieza a tener pesadillas y terrores nocturnos en los que se le aparece la figura de un hombre amenazante.
El tema de los sueños es muy recurrente en el cine de terror. Desde Pesadilla en Elm Street (Review) hasta la reciente The Harbinger (Review), son muchas las películas que se han adentrado en los misterios de la noche cuando dormimos, con mayor o menor acierto. No es que Nightmare esté en el segundo grupo, es que simplemente no deja huella. Más allá de algún momento de incomodidad y de alguna secuencia en la que se traspasan esas capas entre la vigilia y el sueño, no hay mucho más que nos ofrezca que pueda hacer pensar que será una película para recordar en el futuro. No es una mala producción, es sencillamente un pan sin sal.
Los sonambulismos o malos sueños de Mona, interpretada por Eilie Harbor (protagonista de la cinta Thelma, 2017) hablan de varios asuntos. Por un lado, está el miedo a la maternidad y a sentirse subyugada a un hombre, por otro, la adaptación a un nuevo hogar y a unos vecinos que pelean entre ellos, y en general, a una fuerza demoniaca que se apodera de sus noches y que no sabe como cazar. Para ello recurre a un médico que parece haber desarrollado una técnica revolucionaria y muy avanzada para poder interferir en sus propios sueños, pero tanto su personaje como el del novio de Mona son poco atrayentes y ella es probablemente la única con la que podamos conectar un poco.
En sus apartados técnicos no hay nada negativo que subrayar. La película mantiene un buen nivel en todas las categorías, aunque el resultado carezca de mucho interés.
Así que, en resumidas cuentas, Nightmare tienen el mal de esas películas en las que nada está realmente mal, pero nada está francamente bien.
Firma: Sonia Antorveza.
@bunyolsdesucre
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