Entrevista a Nicholas Meyer, director y guionista de Los Pasajeros Del Tiempo


En 1983, el telefilm de Nicholas Meyer, The Day After, hizo historia al ser la creación televisiva más seguida el día de su estreno, aparte de conseguir 14 nominaciones a los premios Emmy. El tema central de The Day After, las consecuencias de una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia, dio pie a una serie de películas sobre el horror nuclear que trataban el tema de forma más dura como Threads o dramática como Testament de Lynne Littman.

Aprovechando que en FANT Bilbao 2022 se le concedió el premio Fantrobia a toda una carrera, junto a la proyección de su ópera prima Time After Time, pudimos entrevistarle acerca de la película madre del horror nuclear de los ochenta.


Aunque dijiste que jamás trabajarías en televisión, te pusiste tras la cámara con The Day After.

Fui el tercer director al que le ofrecieron el proyecto, los anteriores lo rechazaron y yo pensaba hacer lo mismo porque prefería no pensar acerca de una guerra nuclear. Había dirigido Time After Time y Star Trek II, en aquellos tiempos si dirigías cine no dirigías televisión porque era como degradarte.

Pero en esa época estaba siendo psicoanalizado, estaba tumbado en el sofá mientras trataba de racionalizar por qué no quería rodar The Day after, sobre todo porque había estado en demostraciones sobre energía nuclear y, no sé, como que no quería hacerla. Y mi psicoanalista, que nunca dijo una sola palabra en nuestras sesiones, me interrumpió para decirme: ¿Sabes?, creo que si haces este trabajo, descubrirás quién eres de verdad”. Y cuando dijo aquello ya no tuve elección.


¿Te gustó el guion de Edward Hume?

Lo que pensaba del guion de Edward era lo inteligente que me resultó que no trataba acerca de políticos, ni militares, no era Dr. Stangelove ni On The Beach. Era una TV movie sobre gente como nosotros y eso le daba más crédito a la historia. Pensé “¿Cómo enseñar a la gente lo que no quiere saber?” No quería hacer una buena película, porque la gente se quedaría con lo buena que era The Day After en vez de preocuparse por lo que contaba. No quería que me hablaran de la música o del acting sino que se centrasen en el tema de la amenaza nuclear.


Al principio iba a ser una miniserie de dos capítulos y quedó en una sola entrega.

Lo que pasó realmente es que había dos guiones para dos noches consecutivas y cuando hablé con los ejecutivos comenté que los guiones me resultaban demasiado parecidos “¿Creéis que la gente se pondrá a ver la segunda parte del armaggedon? Yo creo que no”. Sugerí reducir el metraje y soltarlo una sola vez, directo a los ojos de los espectadores. Contestaron que no entendía de economía televisiva. ABC no pensaba ganar dinero con The Day After, pero había un límite acerca de cuánto podían permitirse perder, los cortes que yo proponía significaban 30 minutos de publicidad cada noche, algo que necesitaban. Y yo les dije “Ok, vamos a rodar la película tal como la queréis”.


¿Y cómo llegaste entonces a solo un telefilm?

A la hora del montaje, nunca había hecho televisión y no sabía cómo era el timeline, tenía problemas porque la historia se me hacía liosa, muy larga. Volví a llamar a la ABC “¿Puedo cortar la película de la forma que considero mejor? Y luego vemos qué necesitamos añadir”. Me llamaron al día siguiente para decirme que hiciera mi montaje, lo que no me contaron es que todos los anunciantes y sponsors habían volado por miedo a perder clientes.


Y finalmente fue un gran éxito.

Un gran éxito, la película más vista en la historia de la televisión y tuvo 14 nominaciones a los Emmy. Hoy no ocurriría lo mismo porque hay muchos canales.


En el FANT de este año se va a proyectar tu ópera prima Time After Time, ¿Qué recuerdas de cuando la rodaste?

El guion lo escribí y vendí con la condición de poder dirigirlo, todo esto se me ofreció porque la película Elemental Mr. Freud había conseguido una nominación al Óscar. Yo había trabajado como guionista en teatro y radio pero no sabía dirigir así que reuní a todo el equipo y les dije “soy nuevo en esto, me vais a tener que enseñar, y sé que cometeré errores y espero que no os enfadéis si tomo decisiones distintas a las que me habéis dicho”.

Aunque esos errores se pueden ver en la película, estoy orgulloso de Time after time porque si nos fijamos en los años que han pasado, la gente todavía quiere volver a verla. Me parece maravilloso.


Gran parte de tu carrera ha estado ligada a la franquicia de Star Trek. ¿Cómo ves la nueva vida televisiva de este universo?

He trabajado en Star Trek Discovery y no creo ser objetivo, pero admiro la gran inventiva y talento de los guionistas de Discovery y también esos increíbles efectos especiales que no tuve cuando rodé Star Trek La Ira de Khan y Ese País Desconocido. Ojalá hubiera tenido esos efectos y presupuesto. Me maravilla que Star Trek gusta en todo el mundo y es que la franquicia ofrece algo que no ofrecen otras franquicias, que es esperanza, gente de buena fe que es capaz de trabajar para un futuro mejor, y creo que por eso Star Trek es una fuente de inspiración.

Leon Tolstoi dijo: “el objetivo del arte es enseñar a amar la vida”, Star Trek hace eso, en mi opinión.


¿Película de terror favorita?

The Innocents, de Jack Clayton, con Deborah Kerr, Pamela Franklyn y Michael Redgrave, basada en la novela Otra Vuelta De Tuerca de Henry James. Es increíble como los espectadores nos creemos que el personaje de Kerr es el que sufre, mientras en la novela de James puede ser que esté loca o no, y eso es gracias a un maravilloso casting porque en The Innocents, Deborah Kerr hace de institutriz y cuatro años antes, hizo el mismo papel en una película de amor y lujo como The King and I. ¿Cómo puede ser la mala de Inoccents la misma actriz? Brillante.