Entrevista a Daria Molteni, codirectora de Ovella


Ovella es el trabajo de fin de curso de vuestra generación de la Escac, ¿Cómo elegisteis este proyecto?

A mitad de tercero, los alumnos son libres de presentar sus proyectos y a través de un jurado hay una selección que escoge dos proyectos, Ovella fue uno de ellos.

A los directores se nos daba la oportunidad de elegir a qué proyectos éramos más afines, y al final resultó que tres de los de mi promoción estábamos por hincarle el diente a esta película. Fue un proceso bastante largo porque desde tercero hasta finales de cuarto estuvimos escribiendo el guion, la preproducción, etc.


¿Os dijo Pau Vidal cómo se le ocurrió la idea original?

Exacto, Pau fue la mente enferma detrás de todo esto y no tiene explicación, se le ocurrió inventarse un cuento de este chico que piensa que es una oveja.


Durante el rodaje estuvisteis reescribiendo la historia. ¿Qué elementos añadisteis porque encontrasteis algo más potente?

En el guion original había incluso un tercer personaje, que era el perro, pero claro que eso suponía ya meter más en set y un adiestrador y arriesgar demasiado tiempo. Decidimos prescindir de este personaje, luego cuando dije que lo tenía que reescribir era porque la planificación original requería muchos más planos, una puesta en escena más compleja y decidimos tirar a lo minimalista y jugar más con el fuera de campo. Decidimos apostar por lo fácil y conocido antes que por lo ambicioso.


Sois varios directores, cada uno con su estilo, pero entiendo que buscasteis un camino heterogéneo.

Exacto, hicimos una biblia de estatutos, sea de color, de encuadre, de movimientos de cámara, distancias de puesta en escena. Una vez llegados aquí, en set seguimos respetando la receta, si veíamos que había cosas no viables pues intentábamos buscar otra alternativa pero intentando no salir de lo que habíamos planeado, porque creo que cuando empiezas a dudar de lo que llevas trabajado durante casi un año, todo se hubiera ido al caos.


¿Cómo fue el rodaje?

Nos dejamos fluir y divertirnos. La gente pensaba que era un proyecto muy complicado porque como dijo Hitchcock, ni personas mayores ni animales ni niños, a nosotros solo nos faltaban los niños. Nadie daba un duro porque la película fuera a cerrarse tan bien como lo hemos conseguido. Fuimos a nuestro aire y creo que eso fue positivo, porque si hubiéramos estado controlados nos hubiéramos agobiado, pero tuvimos libertad e hicimos una película que jamás hubiéramos hecho de otra manera. Ahora hay una corriente de realismo mágico, de hecho Espíritu sagrado, de uno de mis directores favoritos como es Chema García Ibarra, me ha parecido una de las mejores películas que he visto este año. Y Ovella no se aleja de ese tono de realismo mágico.


Has comentado que una de vuestras referencias fue A ghost story de David Lowery, pero yo también encontraba elementos con Canino de Yorgos Lanthimos.

Si, a nivel de puesta en escena era uno de mis referentes porque soy muy fan de Lanthimos y todo su cine, y ese anti acting que él crea a través de las situaciones y las interpretaciones; los críticos de Cineuropa, nos dijeron que veían esas referencias a Lanthimos. Y muy agradecidos a que el espectador evoque esos grandes cineastas con Ovella.


Nao Albert hace una brutal interpretación física, psíquica, psicológica.

La respuesta fue “ouh yes, vamos a tope”. Lo cogió con mucho hype, porque era todo un desafío, yo creo que cualquier actor que ame el teatro del absurdo, de lo extravagante. Creo que dimos con el clavo que tocaba, el proceso de investigación, de trasladar esas características ovejiles al personaje… Nao supo adaptarse al ambiente y saber comunicarse con las ovejas. Al principio hubo frustración porque las ovejas salían corriendo, y el olor fue la clave porque se le iban acercando.

Se metió tanto en el papel que me llamó un fin de semana que tenía libre, y me dijo “Daria, no te vas a creer lo que me ha pasado, me iba a meter en la cama y estaba tan cansado que me he acostado en plan oveja, ¿Qué me está pasando?”. Hasta qué punto se entregó en cuerpo y alma al personaje.


¿Película de terror favorita?

Uff, soy muy amante del cine de terror, yo creo que Profondo Rosso de Dario Argento. Y la última que me dio pesadillas horribles fue Birdbox de Susanne Bier, con Sandra Bullock.