Título original: The Toll
Año: 2020
Duración: 78 min.
País: Canadá
Director: Michael Nader
Guion: Michael Nader
Música: Torin Borrowdale
Fotografía: Jordan Kennington
Reparto: Jordan Hayes, Max Topplin, James McGowan, Rosemary Dunsmore
Divertimento sencillo con demasiadas trampas.
El cine de terror tiene unas constantes que, más o menos, van apareciendo aquí y allá, e incluso dentro de la multitud de subgéneros que existen cada una tiene unas manías y clichés que acaban siendo puntos obligatorios por los que la película tiene que pasar, como si de un peaje se tratara. En The Toll se podría hacer un juego de beber con las constantes que se van encontrando a lo largo de la película, y no sería algo malo, de hecho los remakes y revivals que campan hoy en día viven principalmente de esto. Pero cuando no hay mucho más que rascar e incluso la misma película se va poniendo el freno a si misma para nos transgredir el status quo... pues tenemos un problema.
Una chica llega a Minesotta para visitar a su padre. Un chófer de transporte privado la recoge en el aeropuerto y se disponen a hacer un viaje algo largo pues el padre vive en medio de ninguna parte. Al poco, los extraños comentarios del conductor hacen que ella se sienta insegura y que el coche se averíe en medio del bosque no ayuda. Pronto se darán cuenta de que han entrado en el reino de The Toll Man y para salir de él tendrán que pagar un precio muy alto.
Vamos primero con las cosas positivas, la duración de la película es realmente corta y ciertamente pasan bastantes cosas, por lo que The Toll se salva de la quema al tener un ritmo rápido y divertido, también hay que destacar que en tan poco tiempo se consigue profundizar bastante en la personalidad y trasfondo de los dos personajes protagonistas, algo que no suele ocurrir en películas de este estilo. Si vamos a lo negativo pues hay unos cuantos puntos más, el mayor error para mí es la cobardía con que la película culmina, hay un final bastante sorprendente y satisfactorio que hubiera hecho que la valoración general subiera bastante, pero en un ataque de cobardía y un plot twist más que soso The Toll tiene un final (muy) descafeinado y como he dicho, cobarde. Tampoco gusta el recurso del personaje que sale por allí para explicar la trama a los protagonistas, normalmente siempre hay alguno pero se suele pensar en alguna excusa para integrarlo en la trama. Aquí no, aparece el personaje, les explica las cuatro cosas que tocan y se va por donde ha venido, ni más ni menos, no puede haber menos ideas.
Debuta Michael Nader con una película aceptable y pensada para nutrir de secuelas. La oscuridad que hay en todo momento ayuda a tapar las deficiencias de producción y los pocos escenarios que hay son sencillos pero funcionan. Donde la película deja claramente a deber es en el diseño de la criatura, se ve poco y mal pero lo que se percibe es que tampoco hay mucho esmero para crear a un nuevo monstruo icono del cine de terror memorable. Y donde hay algunos problemas también es en el guion, por lo mencionado antes, pero también en los diálogos, aunque la película está salpicada con algunas frases algo cómicas que ayudan a calificar la película como una agradable serie B no se puede negar que algunas conversaciones entre los protagonistas son de risa (pero en el mal sentido), una Jordan Hayes (La casa al final de la calle) y un Max Topplin (Carrie del 2013) protagonizan toda la película y son sin ninguna duda lo mejor de ella.
The Toll no es el desastre que parece al leer esta review, pero con unos pequeños cambios y un guion algo más pulido hubiera salido algo mucho más satisfactorio de lo que ha acabado siendo. Si te gustan las películas de terror sencillas y que no inventan, pues con The Toll pasarás un rato entretenido.
Firma: Oriol Hernández.
@Oriol_TW
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