Título original:The Cabinet of Dr. Caligari
Año: 1920
Duración: 77min.
País: Alemania
Director: Robert Wiene
Guion: Carl Mayer & Hans Janowitz
Música: Alfredo Antonini (compositor)
Fotografía:Willy Hameister
Reparto: Werner Krauss, Conrad Veidt, Friedrich Feher, Lil Dagover, Hans Heinrich von Twardowski, Rudolf Lettinger, Rudolf Klein-Rogge
El expresionismo convertido en obra magna del cine de terror.
Durante un tiempo absurdamente grande, ha estado vigente el debate sobre si el cine es arte, incluso en la actualidad todavía hay quien osa planteárselo, pero lo cierto es que Robert Wiene dio un golpe sobre la mesa para asentar las bases del expresionismo alemán a través de una cámara, gracias a unos icónicos escenarios de perspectivas deformadas pintados a mano para la ocasión, por los artistas Hermann Warm, Walter Reimann y Walter Röhrig. En una mirada descarada al teatro, donde los personajes se aprecian casi como partes móviles de un entorno surgido más de este movimiento que de la realidad propia del momento, consolidó de manera inevitable una nueva forma de expresión para el arte.
El estrambótico doctor Caligari acompañado de Cesare, su ayudante sonámbulo, regenta ferias con su espectáculo ambulante, en el que Cesare se dedica a leer la buenaventura a aquellos del público que se atreven a preguntar, al mismo tiempo, una serie de asesinatos se abren camino en la ciudad.
Carl Mayer y Hans Janowitz son los responsables inequívocos de crear una perturbadora historia a modo de imaginario de otro universo para los espectadores de la época, pero también incluso para los que hoy tienen el acierto de ver una película que contiene casi a modo de predicción, un aviso del autoritarismo que estaba por llegar con el Tercer Reich. Una historia intrínseca e hipnótica desde el inicio que no deja cabos sueltos, cargada de rotundidad en sus acontecimientos pero además cerrada con una escrupulosidad que la convierte en una obra de arte que sorprende al espectador de manera intergeneracional pero además a través del tiempo y los años.
Una obra en blanco y negro, por actos, muda y centenaria que tiene el honor de ser uno de los primeros largometrajes de la historia del terror. Aunque el productor Erich Pommer pretendió como director inicial a uno de los considerados hoy como uno de los mayores cineastas de la historia, el austriaco Fritz Lang con obras como La muerte cansada, Metrópolis o M, el vampiro de Düsseldorf, finalmente, gracias a su experiencia en el teatro, esta suerte recayó sobre Robert Wiene, siendo además un director afincado en este género así como en el expresionismo, con títulos como Las manos de Orlac, Raskolnikow (Crimen y castigo) o Genuine: A Tale of a Vampire con la que podemos encontrar a nivel estético más similitudes a la obra comentada hoy.
Una creación de terror psicológico con mucha fuerza visual, completa en todos los sentidos y detalles como vemos en el mobiliario abstracto que acompaña los inolvidables escenarios o en el juego de luces y sombras que resaltan las facciones y expresiones de dos gigantes de la interpretación de principio de siglo como son Conrad Veidt, quien recordaréis por ser la sonrisa en la película El hombre que ríe o la mítica ya Casablanca, cediendo en este caso protagonismo ante uno de los primeros Mad Doctor de la historia, Werner Krauss, maquillado y personalizado de manera particular e inquietante en el papel de Dr. Caligari, siendo la maldad y la locura personificada.
A lo largo de los poco más de ciento veinte años de historia del cine son infinitos los títulos creados, desgraciadamente muchos se han perdido, obras importantes para la historia de este arte, pero por suerte son algunas de las imprescindibles como ésta las que sí han podido sobrevivir. Disfrutadla.
Firma: Gerard FM.
@tmagerard
🎬 VOD
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.