MOTELX - Malasaña 32 review
Título original: Malasaña 32
Año: 2020
País: España
Director: Albert Pintó
Guion: Ramón Campos, Gema R, Neira, Salvador S. Molina, David Orea
Música: Frank Montasell, Lucas Peire
Fotografía: Daniel Sosa Segura
Reparto: Begoña Vargas, Iván Marcos, Bea Segura, Sergio Castellanos, José Luis de Madariaga, Iván Renedo, Javier Botet, Maria Ballesteros
De menos a más pero se queda a medio camino.
En 2018 se estrenó en nuestras salas Verónica, dirigida por Paco Plaza y nos contaba la adaptación cinematográfica del llamado Caso Vallecas, la aparente posesión de una joven tras una sesión de ouija con sus amigas. Esa película tuvo un éxito importante en las salas españolas pues además de ser una decente película de terror contaba una historia sobre la falta de identidad de una chica y la presión e incomprensión que cargaba encima, una historia contada con efectismos pero también con cierta sensibilidad. Malasaña 32 aparece en evidente rebufo de aquella película contando una historia y un contexto bastante similares, pero desgraciadamente, con bastante menos atino que aquella.
En 1976 una familia se traslada desde el campo hasta el centro de Madrid para encontrar un futuro más prometedor. El mismo día de su llegada ya empiezan a pasar cosas raras en el piso, pero poco a poco, estos sucesos se irán volviendo más agresivos.
Esta cinta se puede separar en dos claras líneas argumentales, y es una de cal y otra de arena, en cuanto a película de terror pura la cinta es fallida, no hay nada realmente original en las escenas, ya se ha visto todo antes pero no por ser un estudioso del género, sino porque Malasaña 32 copia auténticos clásicos del terror que todo el mundo ha visto, que no mencionaré para no destripar nada, pero que las similitudes son escandalosas. Nos encontraremos remates poco imaginativos y algo tramposos, eso no es culpa en particular de esta película, el cine de terror comercial no es mucho más que escenas largas y oscuras y bocinazos como punto y final de la escena, y que esta película sigue el patrón a pies juntillas. La otra línea argumental de la que hablaba y de la que pienso que es mucho más afinada es el drama de la familia, de su situación y su pasado, bastante más interesante que el fantasma de la casa pero son dos líneas que raramente se cruzan y que se pueden partir y separar como una barra de pan.
Dirige su segundo largometraje pero el primero en solitario Albert Pintó (Matar a Dios) con una factura más que notable, la ambientación a los 70 y la estética en general está cuidada pero no va más allá del mentado piso y muy pocos escenarios exteriores por lo que se entiende la trampa, pero no por ello desmerece lo que sí que hay. Poca mano ha tenido en el guion, firmado por cuatro personas distintas (y ninguna es él) pero no se entiende tanta gente involucrada para una historia con tan poca chicha u originalidad (salvo algún giro esporádico convincente). En cuanto al reparto (bastante corto también) destaca Begoña Vargas como la hija atrapada en una ciudad (y que refuerza las similitudes con Verónica) y Iván Marcos (Dhogs) como el padre de familia, el actor más inspirado de la cinta. Y como no, está por ahí Javier Botet, excelente actor con, esta vez, un personaje con diálogo, y otra estrella del cine español que no delataré para no chafar la sorpresa, pues su presencia en la película se ha llevado en total secreto.
A diferencia de Verónica (tercera mención), Malasaña 32 no se basa en un caso en particular, más bien es un compendio y una re imaginación de extractos de casos reales que han ocurrido en el famoso barrio a lo largo de los años, y colocados de tal manera que construyen una historia con más sombras que luces. La producción y dirección de la película son correctas, pero el poco atino del guion y una primera hora bastante floja hacen que esta película se quede a medio gas.
Firma: Oriol Hernández.
@Oriol_TW
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