Título original: Skif
Año: 2018
Duración: 105 min.
País: Rusia
Director: Rustam Mosafir
Guion: Vadim Golovanov, Rustam Mosafir
Música: Potir
Fotografía: Dzmitry Karnachyk
Reparto: Aleksey Faddeev, Aleksandr Kuznetsov, Yuriy Tsurilo, Izmaylova Vasilisa, Fomin Andrey, Dzhelilov Eldar
Vertiginosa historia épica con toques del más allá.
No sé qué tienen los films, llamémoslos heroicos, que llaman enseguida nuestra atención. Puede que la legión de magos, guerreros, elfos, trolls, orcos, brujas y gigantes con un solo ojo nos guiñen un ídem provocando que enfaticemos con toda la retahíla de personajes que pueblan esos universos sacados la imaginación de sus autores. La ficción, cuanto más increíble mejor, nos fascina hasta el punto de crear una adoración que se convierte en culto y que cuenta con infinidad de seguidores.
Tenemos la suerte de que los protagonistas de ese tipo de películas no tienen por qué ajustarse a ningún patrón histórico, aunque mantienen una seria de sencillas premisas que hacen que las historias sean sumamente simples, reflejando todas y cada una de las características, tanto buenas como malas, de la naturaleza humana.
Lutobor es un soldado al que le secuestran a la esposa y a su hijo de pocos días. Emprende un peligroso viaje junto a un guerrero escita llamado Weasel, para salvar a su familia. Son enemigos y rezan a diferentes dioses, pero juntos deben embarcarse en esta tarea. Se dirigen hacia el último refugio de los escitas, en lo que parece ser su inevitable desaparición.
Por poner un ejemplo y aunque parezca una exageración, imaginad que juntamos todos los episodios de Juego de Tronos (Game of Thrones. David Benioff y D.B. Weiss, 2011) en 105 minutos. Una locura, estaréis pensando y en realidad es así. El ritmo frenético de la cinta intenta explicarnos toda una serie de luchas por el poder en una sociedad, situada en Eurasia Central, en la que tener la supremacía es el único objetivo, llevándose por delante todo lo que se mueva. El aluvión de imágenes que llega hasta nosotros la hace algo difícil de seguir, aunque el guion, de Vadim Golovanov y Rustam Mosafir, está muy bien estructurado sin poder ponerle ningún tipo de reproche.
Naturalmente, los mamporros están garantizados, siendo uno de sus puntos fuertes las acertadas y numerosas coreografías dónde veréis miembros volar, electrizantes luchas cuerpo a cuerpo y esplendorosos campos de batalla. Tenemos por tanto que destacar a los departamentos de efectos especiales y de maquillaje, por la cantidad y calidad que pueblan toda la cinta.
Como nos gusta siempre mirar debajo de la alfombra, destacar algunos guiños, no ya a films de manufactura similar, sino incluso a personajes universales del cómic que nos harán dibujar alguna que otra sonrisa.
En los papeles principales tenemos a Aleksey Faddeev como Lutobor, un invencible guerrero con más músculos que, Kinnikuman. Seguidamente y como contrapunto tenemos a Aleksandr Kuznetsov que interpreta al atractivo personaje de Weasel. El resto cumple correctamente sin poder destacar a nadie en particular.
Vamos acabando ya indicando la prescripción para todos aquellos amantes del cine épico. El hecho de que el origen del film sea ruso no cambia para nada la percepción final de un producto muy elaborado, con una gran y a la vez simple historia, y con un final algo abierto que da la impresión de futuras secuelas.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
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