Crónica Festival terrorMolins 2018 día 9
Ha llegado el momento de la verdad, aquel en el que lo damos todo por la causa, que no es otra que pasárnoslo de miedo, en todos los sentidos. Es uno de los acontecimientos que, como una columna, sirve de apoyo a todo el Festival. Estamos hablando de la Maratón de 12 horas de terroMolins 2018. Si lo que hemos comentado no fuera suficiente, esperad a ver la programación, cosa que comentaremos a partir de este momento.
La primera de las producciones en aparecer es Summer of 84, film canadiense de los directores François Simard, Anouk Whissell y Yoann-Karl Whissell (RKSS). Firman el maravilloso guion Matt Leslie y Stephen J. Smith que demuestran su maestría a pesar de su corta carrera. Si bien su anterior obra, Turbo Kid, era un divertimento de serie B destinado a triunfar y arrasar por cualquier festival que pisara, esta vez el trío de directores ha dado un vuelco en su estilo, llevando a un terreno mucho más oscuro y sobrio su nueva producción, Summer of 84. Se acabaron los aspersores de sangre y los muñecos de plástico para las amputaciones. Señoras y señores estamos ante un auténtico homenaje al puro terror ochentero de la vieja escuela. En cuanto al apartado sonoro, vuelven a repetir la fórmula que tan bien funcionó en su anterior película. Jean-Philippe Bernier y Jean-Nicolas Leupi con su música electrónica vuelven a la carga, aunque esta vez queda en un plano más secundario jugando un papel igual de importante en el plano ambiental de la acción que vemos en pantalla. En las interpretaciones, unos convincentes Graham Verchere, Judah Lewis, Caleb Emery y Cory Gruter-Andrew, secundados por un excelente Rich Sommer (El Diablo viste de Prada). Estamos en el verano del 84. Un grupo de adolescentes sospecha de su vecino policía, están convencidos de que es un asesino en serie. Poco a poco irán reuniendo pruebas pero a medida que se acerquen a la verdad el camino se irá tornando peligrosamente mortal.
Esto no ha hecho más que empezar y ya ardemos en deseos de ver la siguiente proyección que es, ni más ni menos, que la canadiense Ghostland, escrita y dirigida por Pascal Laugier. Todo amante del género de terror conoce Martyrs, pues por allá el 2008 se estrenaba dando mucho que hablar por todos los festivales que pisaba. Pues esa película era el culmen de la nueva oleada de cine de terror francés que estaba azotando al mundo entero. Después de este tremendo éxito, su director viajó a las Américas a hacer fortuna como muchos otros, pero no acabó de funcionar su film El hombre de las sombras. Pero ahora, seis largos años más tarde logra volver a subir al Olimpo del terror con su nueva producción, Ghostland. Creemos que el film es la evolución lógica de su anterior éxito, Martyrs, al terror actual. Ha dado con la tecla correcta para conseguir una mezcla muy destacable entre terror visceral y los típicos "jump scares" tan de moda en los films de terror actuales. Como curiosidad, la oscura y acertada fotografía de Danny Nowak sorprende y más cuando echas un ojo a su dilatada carrera, pues podemos comprobar que no tiene casi contacto con el cine de terror a pesar de haber trabajado en más de una cincuentena de títulos. Creo que Pascal Laugier ha sabido sacar todo el jugo a la experiencia de Nowak consiguiendo un tono muy oscuro que hasta ahora no había alcanzado en las cintas del director. En las interpretaciones nos encontramos con Crystal Reed (Gotham), Anastasia Phillips (Don’t Talk to Irene), Emilia Jones (High-Rise) y Mylène Farmer. Las pequeñas hermanas Beth y Vera acaban de heredar un viejo caserón junto a su madre. Al llegar a esa vieja y lúgubre casa las niñas empezarán a ver lo aterrador que puede llegar a ser ese lugar. Pero todo se tuerce cuando la primera noche aparece una furgoneta con unos misteriosos individuos que intentarán sesgar las vidas de la apacible familia.
Vamos avanzando en la negra noche. La siguiente proyección es The Devil's Doorway de Aislinn Clarke. En el guion: Martin Brennan, Michael B. Jackson y Aislinn Clarke. Pues aquí estamos, otro found footage, para muchos un género más que sobreexplotado, para otros otra manera de ver el terror. Ante vosotros nos declaramos fans absolutos de los found footage, pero gracias a esto hemos aprendido que cualquier mono con un móvil puede pretender vendernos una película así. Este tipo de films son un arma de doble filo, pues el presupuesto se puede ver reducido a la mínima expresión a la hora de realizar una cinta de estas características. El problema está en la forma, pues el saber hacer y el tener las ideas claras marcan la diferencia en este tipo de producciones. Nos topamos con la ópera prima de la directora Aislinn Clarke. Antes había trabajado en varios cortometrajes. The Devil's Doorway es su salto al mundo del largometraje. Comentar como curiosidad que Brennan y Jackson habían trabajado juntos en anterioridad como guionistas del videojuego Hitman: Absolution. Es de admirar lo conseguida que está la fotografía obra de Ryan Kernaghan, nos traslada totalmente a la Irlanda de los 60. Todo un acierto el realizar este found footage en 16 mm, le da un punto extra a la película que la hace única. Comentar que las actuaciones de los dos protagonistas de esta historia, Ciaran Flynn (Hunger, Robin Hood) y Lalor Roddy (Grabbers, Juego de Tronos) son meramente correctas. Pero la verdadera fuerza de la cinta la tiene la parte final, donde el espectador acompaña por angostos pasajes a estos dos pobres diablos. Estamos en el año 1960. En un pequeño convento de la campiña irlandesa corre el rumor que han acontecido varios milagros inexplicables. Es entonces cuando el Vaticano envía al Padre Thomas Riley y al Padre John Thorton para documentar e intentar explicar de primera mano lo que está sucediendo en el lugar.
Le toca el turno a la película sorpresa que a partir de este momento deja de serlo. La elegida es One Cut of the Dead, escrita y dirigida por Shin'chirô Ueda. Estamos ante una película especial, una que no se olvida fácilmente, y es que la originalidad de esta cinta es absoluta. Sí que hemos visto cintas de metacine (películas dentro de películas) y algunas muy buenas, hablando exclusivamente del género de terror y similares tenemos las muy recomendable Tesis (1996) o Scream 2 (1997), pero esta cinta va un poco más allá llevando el significado de la expresión a un estado literal. Película con una buena parte rodada en plano secuencia (con la dificultad que esto supone) cuenta la historia de un equipo de producción y realización que debe luchar contra viento y marea (y contra la ley de Murphy) para terminar un mediometraje que se está emitiendo en directo. Con estos elementos nos queda una comedia extraña pero absolutamente deliciosa que atrapa al espectador a la larga y que acabará vibrando. Pues esta cinta esconde muy bien sus cartas, lo que al principio parece una tosca, ridícula y amateur cinta de terror se va transformando en una carta de amor al cine, con un sacrificado director, un reparto inmerso hasta el extremo y, sobretodo, un absoluto homenaje al equipo de producción, tantas veces olvidados y de tantísima importancia detrás de la cámara, ellos se convierten sin prácticamente hablar en los auténticos protagonistas de esta imposible película. En las interpretaciones tenemos a Takayuki Hamatsu, Yuzuki Akiyama, Harumi Shuhama y Kazuaki Nagaya. Un pequeño equipo está rodando una sencilla película de zombies en una nave industrial. En un descanso del rodaje los actores se percatan de que algo raro está ocurriendo afuera, un ataque de zombies reales se está acercando.
La siguiente de la lista es la estadounidense Lasso de Evan Cecil, en el guion Roberto Marinas. ¿Qué pasaría si abusamos de los humanos como hacemos con los animales? Rara vez las películas de terror ponen tan efectivamente las herramientas como lo hace Cecil en este film: caballos reales, hierros, ganchos… Este slasher se deleita desarmando a sus héroes y villanos con regocijo sádico. Una vez que se pone en marcha esta película de terror de acción nada la detiene. Lasso no tiene miedo de llenar de sangre la pantalla, utilizando principalmente efectos prácticos. Hay mucha muerte desagradable y dolorosa aunque un poco desordenada. Tiene ese sentimiento mezquino de las cintas antiguas, a veces rondando el torture porn en el tratamiento de las víctimas. Dónde realmente destaca es en la forma en la que cambia los estereotipos habituales. Normalmente los vaqueros heroicos son los villanos y los héroes dan gritos de terror estándar. Un autobús lleno de personas mayores, Ennis, el jinete de rodeo de un solo brazo, y aunque Trish nunca se identifica como trans, ella es interpretada por un actor trans. La película los toma en serio y no los trata como locos ni los reproduce para reírse. A pesar de algunos diálogos negativos y sangre CGI ocasional, Lasso está realizada para los fanáticos del horror y especialmente los fanáticos de los slasher. Encabeza el reparto Sean Patrick Flanery (The Evil Within) secundado por Lindsey Morgan (Beyond Skyline), Andrew Jacobs (Paranormal Activity: Los Señalados), Karen Grassle (La Casa de la Pradera, Wyatt Earp) y Thomas Cokenias (Break Night). Simon y Kit, dos jóvenes líderes de un grupo de viajes de aventura para personas mayores activas que realizan una excursión de un día al Rodeo de una pequeña ciudad ubicada en las profundidades del bosque. Sus vidas se vuelven del revés cuando se encuentran luchando para mantenerse con vida contra un grupo de psicópatas vaqueros sedientos de sangre del rodeo local.
Tiene el honor de cerrar la sesión Puppet Master: The Littlest Reich de Sonny Laguna y Tommy Wiklund. El guion corre a cargo de S. Craig Zahler (Bone Tomahawk, Brawl in Cell Block 99). Reboot de la franquicia de las Marionetas Asesinas creada por el prolífico Charles Band (Trancers, The Creeps), la saga resurge con la excusa esta vez de la celebración de la Convención del 30 Aniversario de los asesinatos de Toulon que dieron lugar al nacimiento del mito. Donde no faltarán todos los ingredientes que han hecho la saga, una de las más prolíficas del cine, humor, gore, y sangre a raudales. Las marionetas han vuelto y esta vez vienen para quedarse durante mucho tiempo... Salvando mucho las distancias, recuerda mucho a la dirección en los giallos italianos, los primeros planos en las muertes y lo gore de las mismas harían palidecer al mismísimo Argento. La parte musical no se ha dejado al margen, con marcada personalidad corre a cargo de Richard Band y Fabio Frizzi. Richard Band, hermano del creador de la saga, y Fabio Frizzi es un colaborador habitual en las películas del gran Lucio Fulci. El vals de las marionetas encaja muy bien en la película porque conjuga a la perfección la ingenuidad de las mismas con la maldad de la que son capaces. En el apartado interpretación, todo el reparto cumple con solvencia, todos habituales de series de televisión, Jennifer Pellicer, Nelson Franklin (The Office, New Girl), Thomas Lennon (Santa Clarita Diet) y guionista de Noche en el Museo, destacar la aparición de dos de las leyendas del cine, Udo Kier (Suspiria, Iron Sky) quien interpreta al inefable Toulon y la incombustible Barbara Crampton, una de las musas del terror de los 80 quien interpreta a una peculiar policía (su aparición es un guiño a la primera película de la saga) y mencionar también a un genial Michael Paré (El Experimento Philadelphia) quien da vida a un especial detective. Edgar, un recién divorciado que trabaja en una tienda de cómics, regresa a casa de sus padres. En el armario de su hermano fallecido, encuentra una peculiar y extraña marioneta, para su sorpresa descubre que ésta tiene un gran valor comercial y que podrá realizar su venta en la convención para conmemorar el 30 aniversario de los atroces asesinatos de Toulon. Junto con su novia Ashley y Markowitz su excéntrico jefe se embarcan en un viaje a la convención con la esperanza de venderla a muy buen precio. A la llegada al hotel donde se realiza la convención, conocerán de primera mano los sucesos acaecidos hace 30 años, lo que prometía ser un fin de semana interesante y diferente se acaba transformando en una terrible pesadilla.
Es hora de que todos juntos gritemos: oooohhhhh! ¡Esto se ha acabado! Al salir de la sala un sentimiento de tristeza nos asalta, aunque rápidamente, a pesar de verlo un poco lejos, la 38 Edición del Festival de Cine de Terror de Molins de Rei asoma tímidamente. Es como aquel niño que vergonzosamente ha de dar besos a una extensa familia. Nosotros, que ya nos consideramos familia, mimaremos a la criatura para que cuando llegue el próximo noviembre ya tenga barba y bigote.
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