Una semana, según como se mire, puede dar para mucho y si hablamos del Festival de Sitges, es ya una eternidad, y eso es lo que llevamos a día de hoy, una larga y espeluznante semana que, todo sea dicho, nos parecen meses.
Empezamos la journée con el film proveniente de Estados Unidos Assassination Nation, escrita y dirigida por Sam Levinson. Si no fuéramos como somos tendríamos que advertir que vais a ver sexo, racismo, tortura, violencia y frágiles egos masculinos, quizás esto último sea lo peor, en fin, todo un coctel Molotov arrojado a la masa hambrienta de nuevas sensaciones. Estamos ya un poco acostumbrados a que las chicas definitivamente mueren al final. En Assassination Nation, Levinson compensa todo esto al transformarlas en un valiente escuadrón de la muerte. Aquí los villanos y los héroes están muy claros obligándonos a tomarnos la película demasiado en serio. En las interpretaciones nos encontramos con Odessa Young (High Life), Hari Nef, Bill Skårsgard (It) y Danny Ramirez. Después de que un hackeo expone los secretos de la ciudad estadounidense de Salem, el caos decrece y cuatro chicas deben luchar para sobrevivir mientras se las arreglan con el hacker.
A continuación nos disponemos a ver la coproducción de Francia, México y Suiza llamada Knife for Heart (Un Couteau Dans le Coeur) de Yann González, ayudado en el guion por Cristiano Mangione. El realizador de Niza firma su segundo largometraje, cinco años después de su anterior producción. Estamos ante otra de serial killers, aunque esta vez tamizada con algo de drama. Ideal para los incondicionales de este tipo de cintas. En las interpretaciones nos encontramos con Vanessa Paradis (Los Seductores), Kate Moran (Planetarium), Nicolas Maury (Paris, Je t’aime) y Noé Hernández (Tenemos la Carne). En el París de la década de 1970, Anne es una productora de películas pornográficas de éxito. Sus películas se producen en cadena, su talento es probado y reconocido, y su vida profesional no tiene sombras. Su vida privada es más complicada. Para recuperar a su compañera Lois, Anne decide avanzar hacia proyectos menos escandalosos y más ambiciosos. Deseosa de cambiar el registro sin abandonar el mundo de la producción, confía la realización de su próxima película al joven Archibald. Pero la tragedia da en la puerta cuando un misterioso asesino en serie viene a buscar la vida de todos los actores involucrados en este proyecto.
Las “amistades” que estoy haciendo en esta edición del festival marcan mi día a día. Cuando salgo del zulo dónde duermo, y al salir a la calle, miro a ambos lados y camino por las abarrotadas calles mirando de reojo a los que se cruzan ante mí. Pero hay algo que no puedo evitar y es estar quietecito en las largas colas de las proyecciones. Y hoy me ha vuelto a pasar. Lo he visto, sí, a él. Viene hacía mí con cara de pocos amigos. Hace un calor que te sudan hasta las uñas, pero siempre viste la misma roñosa cazadora. De repente una jovencita, con la piel morena, aparece vestida con ropa de deporte haciendo running. Da la impresión de tener una misión que cumplir. Yo apostaría que ésta es la de salvar el mundo. Se planta a escasos metros de dónde estoy y hace unos eróticos estiramientos. Mi amigo sigue avanzando. Ella se gira y se planta ante sus morros dando unos graciosos saltitos. El no puede evitar sonreír, bueno eso sería decir mucho. Una mueca extraña se dibuja en su cara. Mi heroína le impide avanzar. Todo el público de la cola se queda mirando la escena. No tiene más remedio que volver por dónde ha venido levantando sin girarse el dedo índice a modo de cordial saludo. La jovencita se me queda mirando. Parece un ángel. Me sonríe.
- Gracias – le digo sin saber porqué.
- Solo tienes que llamarme – musita con su dulce voz.
- ¿Dónde? – todavía estoy espitado por el festival.
- Solo tienes que pensar en mí – Sus ojos brillan al decir esto.
- Lo haré – Creo que mis palabras suenan algo huecas.
Se despide de mí haciendo un gracioso saludo y enseñándome todos los dientes. La cola empieza a moverse, por hoy estoy salvado.
La programación nos hace viajar hasta Argentina para ver Luciferina, cuya autoría recae en Gonzalo Calzada tanto en la dirección como en el guion. Blood Window ataca de nuevo para ofrecernos un producto oscuro y terrorífico, como suele ser habitual. Se trata de la primera entrega de una trilogía “La Trinidad de las Vírgenes” precedida por los títulos Inmaculada y Gótica. Estamos ante un film que en menos de dos horas nos cuenta muchas cosas, introduce personajes de manera brillante, pues no sufre del síndrome de otras trilogías donde la primera parte simplemente es una "presentación". Nada de eso, en ese sentido este film es todo un carrusel de emociones. Estamos ante la nueva película del director argentino Gonzalo Calzada, el cual ya había hecho acercamiento al terror con su anterior película, Resurrección, que tuvo gran acogida tanto fuera como dentro de su país. En definitiva, estamos ante el inicio de una prometedora saga de terror centrada en el demonio y todas sus formas, y la lucha de una protagonista que tiene mucho que decir frente a la gran pantalla. Es cierto que, a pesar de tener varios giros de guion, no sorprenderá a los más veteranos del lugar, pues no deja de volver a contar un poco lo de siempre, la eterna lucha del bien contra el mal. Aun así, no puedo dejar de recomendar y recordar a todo el mundo que el cine de terror latinoamericano está en su mejor momento, pues no dejan de llover títulos interesantes como Luciferina. En cuanto las actuaciones, son correctas, aunque quiero destacar a Sofía Del Tuffo, que a pesar de su corta experiencia interpreta de manera genial un papel para nada fácil. Esperemos poder seguir viéndola en las próximas entregas de esta saga, porque sin duda será una gran protagonista. Natalia se encontraba recluida en un convento, pero con la noticia de la muerte de su padre, esta se ve obligada a volver a su casa. Allí se reencontrará con su hermana Ángela. Pronto la joven Natalia descubrirá que sus padres guardaban un oscuro secreto respecto a su pasado, y este volverá una vez más para reclamar su vida. Empieza un camino de descubrimiento y terror a partes iguales para nuestra protagonista.
Volvemos a Estados Unidos para ver St. Agatha dirigida por Darren Lynn Bousman. El guion lo firman el cuarteto formado por Andy Demetrio, Shaun Fletcher, Sara Sometti Michaels y Clint Sears. Como recordatorio indicar que Darren Lynn Bousman ha dirigido Saw II, III y IV, toda una gran carta de presentación Para definirla usaremos la expresión nunsploitiation, cosa que ya empieza a ponernos los pelos de punta. Nos encontramos entonces en un viaje emocionante y lleno de momentos impactantes con dibujos de personajes que vale la pena ver. Las monjas son brutales de la manera más explotadora, encontrando nuevas y espeluznantes formas de atormentar a sus pupilas con un gore más que suficiente. Si dudáis de la salud de vuestro estomago, St. Agatha es una buena forma de hacerse la prueba. En las interpretaciones nos encontramos con Sabrina Kern que hace su debut, Carolyn Hennesy (Terminator 3), Courtney Halverson (Eliminado) y Seth Michaels (Edén). Ambientada en 1957, St. Agatha sigue a Mary, una joven con un pasado oscuro que también está soltera y embarazada, un poco tabú para el período. Ahora que no tiene a dónde ir, ella se dirige a un convento cercano para recibir apoyo. Es un hogar salido de una pesadilla gótica, dirigido por la Madre Superiora, y Mary pronto descubre que las reglas estrictas empleadas por estas monjas son de todo menos santas. Las niñas embarazadas que están al cuidado de la Madre Superiora viven con un miedo constante, y romper cualquier regla, aunque sea minúscula, conlleva un castigo violento.
Que mejor que acabar el día con un título bastante idóneo, Los Últimos, película argentina dirigida por Nicolás Puenzo. En el guion, aparte de éste último, Lucía Puenzo y Luís Puenzo. Nos encontramos ante un film post-apocalíptico para que os vayáis situando. Suele decirse que el cine argentino deja de lado ciertos géneros que suelen poblar las industrias de otros países, en especial aquellas vinculadas al género y que demandan altos márgenes de producción y presupuesto. Uno de esos géneros es la ciencia ficción. Pero lo cierto es que, muy por debajo del radar de la mayoría, en los últimos años hubo algunos intentos de lograr crear mundos alternativos a la realidad con acento local. Ya sean visiones del futuro, o fantasías apocalípticas, el cine nacional va mostrando título tras título de este género. En el apartado interpretativo y en los papeles principales, nos encontramos con Natalia Oreiro, Peter Lanzani y Alejandro Awada. Cuenta la historia de una joven pareja de refugiados y de un corresponsal de guerra que recupera, al conocerlos, las ganas de seguir viviendo. Yaku y Pedro, y Ruiz, el fotógrafo, huyen hacia el Pacífico cruzando el altiplano, devastado por el saqueo de los recursos naturales, en un contexto donde el día a día es una guerra... por el agua.
El cansancio va haciendo mella, pero estamos hecho de buena pasta, como el alcornoque, aunque nuestras neuronas ya se están petrificando. No os preocupéis, seguiremos informando como cada día puntuales a la cita.
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