Título original: Rokuroku
Año: 2017
Duración: 92 min.
País: Japón
Director: Yûdai Yamaguchi
Guion: Keita Amemiya, Yuki Kumagai
Música: Nobuhiko Morino
Fotografía: Shinji Tomita
Reparto: Miho Nakanishi, Erika Asakura, Shiho, Karia Nomoto
Entretiene pero no asusta.
Lejos queda el terror japonés que se paseaba por los cines de todo el mundo aterrorizando a todos los valientes que decidían entrar. El éxito del terror nipón y el abuso de sus tópicos acabo por enterrar este género. Pero Japón no ha dejado de producir películas de género. El último intento por revivirlo vino de la mano de un grupo de directores que creó la productora de cine serie b y splatter Sushi Typhoon. De allí surgió entre muchos otros, Yûdai Yamaguchi, sus producciones Deadball y Yakuza Weapon tuvieron un remarcable éxito dentro de los seguidores de género.
Rokuroku es un nuevo intento desde el país del sol naciente por abrirse camino al éxito como en otras épocas en el terror. Pero lejos queda los mejores trabajos de Yamaguchi frente a la dirección. Esta nueva película queda como un curioso ómnibus con sus altibajos sobre yokais. De hecho no asusta y no llega a ser un splatter por su falta de gore. Así que esta producción queda a mitad de camino entre el terror serio pero con muchos destellos de algo mucho más desenfadado.
La joven Izumi es una chica que vive con sus abuelos en una pequeña casa. Algo raro sucede con su abuelo senil, el cual se queja que una extraña presencia no deja de acosarlo pero que nadie más que él la percibe. Izumi recibe la llamada de una amiga de la infancia, la cual hace años no ve y justo ahora quiere volver a reunirse para contarle algo perturbador que le está sucediendo. Este encuentro marcará el trágico devenir de Izumi y su amiga.
El veterano director, Yûdai Yamaguchi, es el encargado de llevar esta mini enciclopedia yokai en forma de cuentos cortos unidos por una historia central. La duración del film creo que es excelente pues debido al gran número de mini-historias no se te hace pesado en ningún momento. Pero su problema es que no asusta y tampoco te hace reír. Pues descoloca un poco el hecho que algunas historias vayan con unas pretensiones buscando asustar al espectador, pero acto seguido llega otra historia casi paródica que sacan al espectador de toda tensión posible.
Rokuroku no aburre, pues sus 92 minutos pasan volando, pero creo que no convencerá ni a los amantes del terror japonés más serio ni a los hooligans más exigentes del terror más gamberro. Una cinta que queda un poco en tierra de nadie y termina por ser un producto curioso que pasará sin pena ni gloria por diferentes festivales.
Firma: Omar Parra.
@Omar_FTW
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