Título original: Innocent Curse
Año: 2017
Duración: 111 min.
País: Japón
Director: Takashi Shimizu
Guión: Takashi Shimizu, Brazily Anne Yamada
Música: Yuri Habuka
Reparto: Hideaki Takizawa, Arioka Daiki, Mugi Kadowaki, Hyunri, Daichi
La decadencia del J-Horror.
Por allá 1998 una película llamada The Ring hizo temblar a millones de personas en todas las salas de cine. Eso significó el pistoletazo de salida al más tarde etiquetado como J-horror. Niñas de pelo largo y lacio marcarían una tendencia en los siguientes años. El J-horror se proclamó durante casi una década como la nueva oleada de terror.
Ahora, en pleno 2017 lo que antaño triunfó está quedando en un mero recuerdo. Las películas asiáticas de terror siguen saliendo una tras otra pero desafortunadamente siguen repitiendo una fórmula ya obsoleta y desgastada. Innocent Curse, lo nuevo del maestro nipón Takashi Shimizu intenta aportar un plus a esta fórmula, pero fracasa de principio a fin.
En la ciudad corre un rumor, cuando un niño sufre abusos y este consigue volver con sus padres, cualquier adulto que se acerque al pequeño morirá a los 3 días. Este rumor empieza a extenderse por internet y es entonces cuando un joven reportero decidirá dar un paso más allá e investigar lo que está sucediendo realmente.
Tras dirigir el remake de su propia cinta Ju-On, Takashi Shimizu se consiguió labrar un nombre a nivel internacional. A partir de aquí los siguientes años los dedicó a sobresaturar el mercado con precuelas, secuelas, remakes, spin offs y todo lo que se le ocurrió sobre su franquicia estrella. Los primeros años sus productos eran de calidad y seguían asustando al público joven que iba en manada al cine. Pero año tras año la calidad de sus producciones ha ido disminuyendo.
Innocent Curse es su enésimo intento por traernos un terror algo más alejado de su éxito Ju-On, pero creo que finalmente lo único que ha conseguido es una cinta tan estrambótica como ridícula. De sus mujeres de largas melenas pasa a un personaje Burtoniano que da más gracia que miedo y transforma lo que debería ser una película de terror en un cuento infantil con algún que otro sobresalto.
Por otra parte puedo mencionar las interpretaciones, si bien a los japoneses les encanta sobreactuar y en según qué producciones acabas aceptando esto y puedes disfrutar de lo que el director nos ofrece más allá de las muecas de sus protagonistas. En las cintas de terror suele ocurrir todo lo contrario, cuando deberías estar muerto de miedo llega la protagonista de turno y se marca una sobreactuación legendaria para sacarnos de toda ambientación tétrica posible. Pues en Innocent Curse esto es un continuo, cosa que agrava aún más esa trama infantil u alejada del terror que nos intenta ofrecer Shimizu. Por mencionar dos actores que están horribles, su pareja protagonista Arioka Daiki junto Mugi Kadowaki sobreactúan en las situaciones donde el público debería estar acongojado.
Si en algún momento fuiste fan del director Takashi Shimizu, como yo mismo lo soy, o más bien lo fui, mi consejo es que vuelvas a revisionar todas sus primeras obras, cuando su capacidad de asustar al personal y de contar historias era muy superior a lo que nos ha ido ofreciendo en estos últimos años. Para mí, Innocent Curse toca fondo, uno demasiado profundo como para resurgir.
Firma: Omar Parra.
@Omar_FTW
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