Halloween II review

La leyenda de Mike Myers vuelve ahora con más fuerza que nunca, dirigida con acierto por uno de los grandes directores del terror, el genial Rob Zombie. Conscientemente, se aleja de la premisa marcada por el maestro Carpenter, e imprime su sello personal en esta secuela, con esa forma tan característica de rodar sus obras. La filmación en 16mm otorga a la cinta una crudeza y un realismo francamente impactantes, recuerda en todo momento a la insuperable, Los renegados del diablo (2005) , una de sus mejores producciones. Como ésta, Halloween II consigue crear un ambiente opresivo y enfermizo, sin llegar a mostrar imágenes de violencia desmesurada.

Título original: Halloween II

Año: 2009

Duración: 105 min.

País: Estados Unidos

Director: Rob Zombie

Guión: Rob Zombie

Música: Tyler Bates

Fotografía: Brandon Trost

Reparto: Scout Taylor-Compton, Tyler Mane, Malcolm McDowell, Brad Dourif, Danielle Harris, Sheri Moon Zombie, Chase Wright Vanek, Brea Grant, Angela Trimbur, Dayton Callie, Caroline Williams, Richard Brake, Octavia Spencer, Richard Riehle, Margot Kidder, Mary Birdsong, Mark Boone Junior, 'Weird Al' Yankovic, Nicky Whelan

El Killer más terrorífico regresa dispuesto a terminar lo que empezó.

La leyenda de Mike Myers vuelve ahora con más fuerza que nunca, dirigida con acierto por uno de los grandes directores del terror, el genial Rob Zombie. Conscientemente, se aleja de la premisa marcada por el maestro Carpenter, e imprime su sello personal en esta secuela, con esa forma tan característica de rodar sus obras. La filmación en 16mm otorga a la cinta una crudeza y un realismo francamente impactantes, recuerda en todo momento a la insuperable, Los renegados del diablo (2005) , una de sus mejores producciones. Como ésta, Halloween II consigue crear un ambiente opresivo y enfermizo, sin llegar a mostrar imágenes de violencia desmesurada.

En un intento de profundizar en las mentes de asesino y víctima, el argumento va algo más allá de lo habitual en la saga. Enseñándonos a un Mike Myers con nostálgicos sentimientos familiares, y a una pobre Laurie Strode que padece un claro síndrome de Estocolmo hacia su verdugo. Incluso en los pocos momentos de calma, la sensación de peligro y desasosiego es constante. Si unimos todo esto al frenético ritmo del guión, tenemos entre manos un slasher que busca marcar la diferencia en un género explotado hasta la saciedad.

Sin duda, el llamativo reparto realiza su trabajo con total convicción, Scout Taylor-Compton en el sufrido papel de Laurie Strode, nos hará padecer lo indecible poniéndonos en su piel. Brad Dourif, interpretando al Sheriff Lee Brackett le brinda a su personaje una gran dosis de sencillez y naturalidad. Malcom McDowell (La Naranja Mecánica, 1971), lleva a cabo su labor con corrección al representar al ambicioso Doctor Loomis, responsable en parte del trastorno de Myers. Y como no podía ser de otra forma Sheri Moon Zombie, la espectacular mujer de Rob, también tiene su espacio encarnando a Deborah, la madre fallecida de Mayers.

Han pasado dos años desde que Laurie apareciera sangrando y en estado de shock, en medio de una carretera. La vida sigue pero, las secuelas psíquicas persisten y la imagen pavorosa del asesino todavía no se ha borrado. La noche del 31 de octubre, comienzan a suceder cosas que recuerdan demasiado a los aterradores hechos acontecidos aquella fatídica noche.

Atípico slasher americano, cuidadísimo en todos los detalles, que debido al trabajo de dirección logra distanciarse y superar al resto de la saga. Naturalmente, el film tendrá partidarios y detractores, pero nadie podrá decir que no esté elaborado con toda dedicación.

Firma: Sergio Bosch.

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