Una joven es hallada muerta en una pequeña comunidad. Sus amigas y compañeras, en edad adolescente, hacen la guerra por su cuenta para desentrañar el suceso. Se decantan por los espíritus malignos que abrazan la zona. Es lo que tiene vivir en un entorno rural religioso.
Título original: Spirit in the Blood
Año: 2024
Duración: 98 min.
País: Alemania, Canadá
Director: Carly May Borgstrom
Guion: Carly May Borgstrom
Música: Dorian Behner, Paul Timmich
Fotografía: Zamarin Wahdat
Reparto: Summer H. Howell, Sarah-Maxine Racicot, Michael Wittenborn, Greg Bryk, Sarah Abbott, Lyla Elliott
Rito de iniciación con sangre y espíritus.
No es lo mismo terror-adolescente que terror protagonizado por adolescentes. Spirit in the Blood pertenece a la segunda definición, por suerte para nosotros. No es que no nos guste esa cosa inocente, o no, que destilan los chicos de esa edad, sino que somos personas bregadas y, cómo tales, buscamos contundencia, sino en las imágenes, que sea en la trama. Tampoco penséis que estamos ante el paradigma de lo que una película de terror tiene que ser, no pedimos tanto, es algo así como toda una secuencia repleta de suspense para llevarnos a un final más bien cándido y muy lejano al terror.
Estamos ante un debut. Carly May Borgstrom aterriza en el competitivo mundo del largometraje con un film, del cual también es guionista, con el que no arriesga demasiado. Puede que sea una buena táctica empezar con una obra tirando a suave y que puede llegar a todo tipo de públicos, sobre todo a los que no están acostumbrados a removerse en el asiento. La trama nos va mostrando poco a poco cierta complejidad que, finalmente, queda aclarada de manera más bien simple. Este giro queda para que el espectador decida. Dedo para arriba, dedo para abajo. Nosotros nos quedamos en medio sin decantarnos por ninguna de las dos posturas.
Una joven es hallada muerta en una pequeña comunidad. Sus amigas y compañeras, en edad adolescente, hacen la guerra por su cuenta para desentrañar el suceso. Se decantan por los espíritus malignos que abrazan la zona. Es lo que tiene vivir en un entorno rural religioso.
Disfrazada de película de terror, en realidad asistimos al visionado de un drama que trata sobre la cercanía a la mayoría de edad de unas adolescentes que, para variar, andan algo pérdidas en busca de su identidad. Añade elementos sobrenaturales que tampoco es que nos impacten mucho, pero, al menos, logran que mantengamos el interés. Algo flota en el ambiente que hace que esperemos una vuelta de tuerca o que se nos aclare el motivo de todo ese ruido. Cuando eso llega quedamos algo decepcionados, puesto que la explicación se aleja bastante del planteamiento inicial.
Cinta femenina cien por cien, Spirit in the Blood abarca todo ese mundo generacional del cual, si no te metes, pueda que te cueste seguirla. Lo que sí podemos decir es que está muy bien rodada mostrándonos unas bellas imágenes de la vida campestre con unos personajes muy encerrados en su universo.
Salvan también los muebles, el dúo protagonista formado por Summer H. Howell jovencísima actriz que ya cuenta con algunos trabajos a sus espaldas, entre los cuales destacaríamos, barriendo para casa en cuestión de género, Cult of Chucky, y Sarah-Maxine Racicot, que debuta en el largometraje, de manera estelar, con el film que analizamos hoy.
Spirit in the Blood es una película que no arriesga demasiado. Se conforma con añadir gotitas de suspense y algo de terror en una trama cuyo eje principal es el proceso de la adolescencia a la edad adulta. Puede que os guste o puede que no. Lo dicho al principio, dedo arriba, dedo abajo.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
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