Heretic review

Dos jóvenes misioneras de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días son invitadas a comunicar su mensaje en la casa de un maduro y simpático aficionado a la teología. Como cualquier contrato de telefonía, entrar es mucho más fácil que salir. Su anfitrión tiene un siniestro plan para ellas, poniendo en marcha un juego mortal donde el ingenio, el control y la fe serán los engranajes del mecanismo de salida para la gigantesca trampa en la que se convierte la casa en la que ahora están atrapadas.

Título original: Heretic

Año: 2024

Duración: 111 min.

País: Estados Unidos

Directores: Scott Beck, Bryan Woods

Guion: Scott Beck, Bryan Woods

Reparto: Hugh Grant, Chloe East, Sophie Thatcher, Topher Grace, Elle Young


Spoiler: Hugh Grant logrará poner a prueba tu fe en Dios.

Conviene aclarar que no creemos que Hugh Grant sea merecedor de un premio en la categoría de actor de comedia y/o musical porque Heretic, ante todo, es una película de terror. Una en la que, aparte de algunas pinceladas de gore, también suena alguna canción en el tocadiscos del protagonista y se cuentan algunos chistes. Ahí terminan sus ingredientes de comedia o musical, y también la lucidez de unos premios con tan mala prensa como son los Globos de Oro. Ayer, hoy y pinta que por siempre. Ya sea en manos de la ya disuelta Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood o en la del conglomerado comercial que hoy los controla y cuyo jurado forman 310 periodistas de 76 países. Todavía algo despistados, me atrevería a decir.


Dos jóvenes misioneras de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días son invitadas a comunicar su mensaje en la casa de un maduro y simpático aficionado a la teología. Como cualquier contrato de telefonía, entrar es mucho más fácil que salir. Su anfitrión tiene un siniestro plan para ellas, poniendo en marcha un juego mortal donde el ingenio, el control y la fe serán los engranajes del mecanismo de salida para la gigantesca trampa en la que se convierte la casa en la que ahora están atrapadas.

La realidad nunca es lo que parece. Como la escalera que se transformaba en las vías de un tren en la segunda temporada de 50 States of Fright, los pasillos de la casa en la que transcurre, casi íntegramente, Heretic se convierten ante la cámara en los de una maqueta a escala de la misma. La mente traumatizada que protagonizaba los tres episodios firmados por Scott Beck y Bryan Woods para aquella antología televisiva estrenada en Quibi es sustituida aquí por una psique brillante pero muy perturbada. Y el gran acierto de sus guionistas y directores es lograr que el espectador abandone la sala teniendo que elegir si creer o no en lo que ha visto durante el clímax de la película. Una pirueta narrativa en la línea de la conclusión de obras de culto como Inception y, más concretamente, Matrix Revolutions, donde también se hablaba bastante de fe y religión, y en la que tampoco falta una saludable dosis de acción y de humor.

Scott Beck y Bryan Woods, que ya conocían el éxito como guionistas gracias a la franquicia Un Lugar Tranquilo, se consagran con Heretic también como directores, después de un puñado de largometrajes no demasiado celebrados, como ese found footage que puede verse gratis en Plex, Nightlight, el resultón aunque apenas conocido slasher La Casa del Terror, o ese entretenido descalabro comercial que fue 65, incursión en la ciencia ficción que no dejaba de ser un survival horror ambientado en la prehistoria. Con este último trabajo dan un salto de gigante, y no sólo deben su éxito artístico, y esperemos que también comercial, a la inteligencia de su planteamiento, también al buen hacer de su reparto, empezando por ese celebrado Hugh Grant. El balbuceante ídolo de la comedia romántica noventera ya empezó a dar pruebas de su madurez artística hace unos años en títulos como Cloud Atlas. Y el pasado, sin ir más lejos, sorprendiendo a propios y extraños con su inolvidable Oompa Loompa de Wonka. Aquí divierte e inquieta a partes iguales, pero sin hacerle sombra a sus dos compañeras de reparto, las estupendas Sophie Thatcher (vista en la reciente y no suficientemente ponderada The Boogeyman, otro guion con el sello de Beck y Woods) y, sobre todo, Chloe East (Los Fabelman), que este año se ha estrenado como directora con la película indie Tanning East, levantada con apenas medio millón de dólares de presupuesto.


Detrás del artificio, del suspense tan bien construido y de los diversos giros y golpes de efecto de su argumento, la película nos lanza una reflexión con enjundia. Como ya pasaba también en la saga de ciencia ficción de las hermanas Wachowski, aquí se reflexiona sobre los resortes de la fe. De esa necesidad de creer que sienten tantas personas. Y aunque hay quien la tilda de antirreligiosa porque habla con descarnada ironía de la religión y sus múltiples iteraciones de la idea de Dios, el objetivo del filme no es otro sino cuestionar la realidad de lo que estamos viendo y tener que dar, finalmente, nuestro pequeño salto de fe para decidir cuál es el final de la historia entre las diferentes opciones que nos da su argumento. Y lo hace evitando el temido gafipastismo del denominado terror elevado que nos castiga año sí, año también, por culpa de un puñado de cineastas que en realidad odia el género.

Puede que Heretic estire el chicle más de la cuenta en su tercer acto para cumplir su plan maestro, pero el viaje bien vale la pena porque esto es puro cine de género, uniéndose de pleno derecho a algunas de las mejores y más refrescantes películas de terror producidas en 2024, como Oddity, The Rule of Jenny Pen o Exhuma. No es poca proeza en un año con semejante cosecha de éxitos de crítica y público.

Firma: GMM.

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