Entrevista a Luis Prieto, director y coguionista de Estación Rocafort

¿Cómo llegas al proyecto de Estación Rocafort? Hace muchos años que conozco a uno de los productores, Adrián Guerra, y llevábamos años queriendo trabajar juntos. Había un guion inicial con una idea muy interesante, que es la leyenda negra real de la Estación Rocafort, igual que en Madrid está la leyenda de Tirso de Molina. Me puse a trabajar en el guion con el guionista Ángel Agudo, al desarrollar la historia intentamos evitar el morbo y contar una historia de ficción, partes de unos hechos escabrosos para contar una historia que va más allá…una historia de entretenimiento donde buscamos que la gente se lo pase bien aunque sea sufriendo, que es lo que tiene el cine de terror: aterrorizarse es innato a los seres humanos.
Foto de Sarah Webster

¿Cómo llegas al proyecto de Estación Rocafort?

Hace muchos años que conozco a uno de los productores, Adrián Guerra, y llevábamos años queriendo trabajar juntos. Había un guion inicial con una idea muy interesante, que es la leyenda negra real de la Estación Rocafort, igual que en Madrid está la leyenda de Tirso de Molina. Me puse a trabajar en el guion con el guionista Ángel Agudo, al desarrollar la historia intentamos evitar el morbo y contar una historia de ficción, partes de unos hechos escabrosos para contar una historia que va más allá…una historia de entretenimiento donde buscamos que la gente se lo pase bien aunque sea sufriendo, que es lo que tiene el cine de terror: aterrorizarse es innato a los seres humanos.


¿Es la primera película de terror dentro de tu carrera?

Sí, diría que es mi primera de género puro. Es algo que me apetecía, cuando rodé Secuestrado con Halle Berry, la última parte de la película es ella sola huyendo en una casa. Cuando lo rodé me di cuenta de que estaba rodando terror, un género en el que me sentía cómodo y sabía trabajarlo. Entonces cuando se presentó Estación Rocafort me dije que era perfecto: un thriller psicológico con elementos de terror.


Sí, porque además hay mucha investigación a lo largo de la película.

Ya durante el proceso de escritura me llevé la película al territorio en el que había trabajado los últimos años, un territorio que conozco bien. Me pareció muy interesante llevarlo hacia allí, con el elemento del suspense, en vez de quedarme solo en el terror aunque la historia real de la estación es muy oscura.

La verdad es que la estación en sí tiene una energía “fea”, igual a veces es algo subjetivo pero cuando sabes todas las muertes que han ocurrido allí, tanto durante la guerra civil como los años 80 con los accidentes, o cuando en los años 90 se convirtió en un lugar “predilecto” para los suicidas. Esta energía negativa es un ingrediente fabuloso para una historia de terror.


Natalia Azahara, la actriz protagonista, contaba lo mismo que tú, que durante los rodajes nocturnos sentía algo de “yuyu”.

Es que hay muchas cosas ahí, por una parte sabes la historia y por otra que rodar de noche en el metro da mucho respeto. El metro no se cierra nunca, igual por la vía en la que estas no pasan trenes, pero si los escuchas pasando por vías paralelas o a cinco kilómetros, y te da la impresión de que vienen hacia ti.

También es un lugar muy oscuro que impresiona mucho. Luego además una noche estábamos rodando y alguien dijo “allí en el túnel hay alguien” y de repente el responsable de transportes de Barcelona nos dice que es posible ya que a veces la gente se cuela en el metro: un grafitero, exploradores urbanos… Y a veces se han encontrados cadáveres porque los túneles del metro de Barcelona tienen mucha longitud en general, y la gente se pierde a oscuras cuando se les acaban las baterías del móvil, linterna, etc…

Eso te ocurre en el rodaje e impresiona mucho, y aunque seas un incrédulo como yo, entiendes que hayan ocurrido cosas trágicas. A mí me parecía un lugar muy relajante, pero sabía que tenía ochenta personas conmigo, pero cuando escuchabas el tren te ponías nervioso. Eso lo hemos intentado reflejar en la película.


Como punto de partida, ¿Tuviste alguna referencia?

Posiblemente hay cien mil referencias pero no sabría decirte una conscientemente, pero soy un cinéfilo empedernido y una esponja, por todas las experiencias que uno tiene pero no solo como espectador sino en la vida misma. Como te he dicho antes soy un cinéfilo y a veces, en la vida real, cuando estoy aburrido “ruedo” en algún sitio o momento que me parece muy cinematográfico: por ejemplo estas en un banco y ves a una persona y te la imaginas como si fuera un atracador… Entonces cuando estoy preparando Estación Rocafort, me doy mis paseos nocturnos a solas por el metro, para empaparme de las cosas que más me sugestionan y llevarlas a la película, elaborarlas y hacerlas mucho más interesantes.


Si no me equivoco, Javier Gutiérrez jamás había trabajado con el terror.

Cuando nos conocimos me dijo que le apetecía rodar Estación… porque no había rodado terror antes, igual algo fantástico pero no terror. Fue muy generoso por su parte. Natalia es muy joven pero es una actriz con mucho instinto, en este sentido fue muy interesante trabajar con los dos como una “extraña pareja” porque se nota la energía que hay entre ambos. Javier hizo todo muy sencillo y Natalia es muy intuitiva e interioriza la información para llevarla a lugares que tú no habías pensado.


¿Cuál es tu película de terror favorita?

Posiblemente las películas que te diría son favoritas lo son porque cuando la vi me causaron mucho miedo, pero no he vuelto a revisarlas. Una de ella es Viernes 13, que era un niño y la recuerdo como el no va más.

Recientemente Smile, me gustó mucho e incluso durante el rodaje utilice como referencia la música de Smile porque me daba el “tiempo” del terror. Y las películas de terror de Roman Polanski, El baile de los vampiros y La semilla del diablo que son clásicas.