The Man with the X-Ray Eyes review

James Xavier es un científico de elevado prestigio que, cansado de solicitar más fondos para sus investigaciones, decide hacer la guerra por su cuenta y experimentar en sus propias carnes una droga que agudiza la vista hasta límites insospechados. Su insaciable ansia de conocimiento le llevará a protagonizar una loca carrera en la que no todo sale como se imaginaba.

Titulo original: The Man with the X-Ray Eyes

Año: 1963

Duración: 80 min.

País: Estados Unidos

Director: Roger Corman

Guion: Robert Dillon, Ray Russell

Música: Les Baxter

Fotografía: Floyd Crosby

Reparto: Ray Milland, Diana Dervlis, Harold J. Stone, John Hoyt, Don Rickles, Vicki Lee, Lorie Summers


Memorable y visceralmente inquietante.

Con más de sesenta años a sus espaldas, este film conserva todavía toda su frescura proveniente, en mi opinión, de dos fuentes:

La primera es la interpretación de un genio como Ray Milland, infravalorado intérprete galés, que tuvo como hándicap principal un declive interpretativo demasiado precipitado, pero que nos dejó auténticas joyas que quedaran para los anales del cine. A título de ejemplo citaría la excelsa Dial M for Murder (Crimen Perfecto. Alfred Hitchcock, 1954) junto a Grace Kelly, y la maravillosa The Lost Weekend (Días sin Huella. Billy Wilder, 1945) en la que borda el papel de alcohólico recalcitrante.


La segunda es una historia sumamente original, aunque el tema del científico loco ya se había tratado con anterioridad en el mundo del cine. Frankestein, es un claro ejemplo de ello. The Man with the X-Ray Eyes refleja de manera magistral esa cosa inherente al ser humano que llamamos curiosidad, tan importante en la mayoría de ocasiones, pero que de vez en cuando llega hasta extremos enfermizos como es el caso que nos ocupa.

James Xavier es un científico de elevado prestigio que, cansado de solicitar más fondos para sus investigaciones, decide hacer la guerra por su cuenta y experimentar en sus propias carnes una droga que agudiza la vista hasta límites insospechados. Su insaciable ansia de conocimiento le llevará a protagonizar una loca carrera en la que no todo sale como se imaginaba.

He comentado al principio el tiempo transcurrido desde su realización. Esto pesa mucho a la hora de valorarla. Por otro lado, su visionado nos provoca alguna que otra sonrisa. A esto último influye la forma de rodar del Roger Corman, Particularmente, cuando veo alguno de sus films, me da la impresión de que tiene prisa por acabar, como si tuviera detrás a uno de sus atormentados personajes atizándole alguna que otra colleja o, creo que esto es más acertado, que tuviera otra producción en cola. Pone un poco de los nervios, pero en esta ocasión se le tiene que perdonar puesto que The Man with the X-Ray Eyes (El Hombre con Rayos X en los Ojos) es una de sus mejores películas de entre las cerca de cincuenta que dirigió. Al menos consigue entretener y que la sigamos con interés en todo su metraje, algo que muchos autores olvidan.

El guion de Robert Dillon y Ray Russell es sumamente creíble para una historia un tanto increíble, valga la paradoja. Ese es un mérito que hay que anotarles junto a un dibujo de los personajes breve, pero sumamente preciso. Tiene escenas realmente fantásticas, en todas las acepciones de la palabra, tanto las reales, como las irreales, que son cómo el protagonista ve su entorno. Parecen más bien un viaje bajo los efectos de alguna droga. La escena final te deja con la boca abierta.


Punto y aparte merece la interpretación del ya un poco apagado en esa época Ray Milland. Para mi gusto es magnífica, destilando la elegancia clásica que caracterizaba a todos los personajes que interpretó. En su papel del Doctor Xavier consigue transmitir los sentimientos de histrionismo y desesperación de una manera fiel, de acuerdo con la evolución del personaje.

Gran cinta de serie B, que al verla hoy en día despierta cariño, tanto por el cine que se realizaba en esa época, como por la manera de rodar de la Factoría Corman. Es imprescindible en su filmografía y, me atrevería a decir, en el cine de género.

Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan

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