Entrevista a Manuel Mañero y Ana Lledó, escritor e ilustradora del libro Cine de terror contado a los niños


Aunque a muchos de los fans del género de terror nos encantaría estar atrapados en el mundo de Peter Pan, lo cierto es que caen los años y las obligaciones, incluyendo pareja e hijos en muchos casos. Seguro que muchos de los que nos leen tienen el mismo problema al que se enfrentó Manuel Mañero, el autor de este libro: compaginar sus gustos por lo fantástico con la paternidad.

De alguna forma la propuesta de Mañero, bien secundada por las ilustraciones de Ana Lledó, es un pequeño milagro que permite aunar la paternidad y el cine de terror. Ya desde la portada tan icónica, Carol Anne ante el televisor del Poltergeist de Tobe Hooper, queda claro el concepto en el que se aunarán los niños, las pantallas y el terror… Porque todos nosotros llegamos al mundo del terror a través de las pantallas del televisor o del cine. Así que, ¿Quién sabe? Tal vez a través de este libro se esté creando la siguiente generación de amantes del género, los que deben perpetuar la lucha por el fantástico y el terror.



Manuel, evidentemente tienes un contacto con el fantástico desde pequeño.

Manuel Mañero: Fui un niño muy repelente porque siempre iba a contracorriente de todo, soy de 1987 y en el patio del colegio se hablaba de Oliver y Benji, los animes que echaban en la tele, pero yo tenía un grupo de amigos y a través de sus hermanos mayores conocimos a Freddy Krueger y Chucky, el primer boom mediático del terror que recuerdo, y era a lo que jugábamos con siete u ocho años. Hay una relación muy potente entre los niños, el fantástico y el terror.

Y hasta hoy, con la suerte de haber podido a veces “alimentarme” de ello. Mi hija de seis años ha recogido el testigo de ese gusto por el fantástico y el terror, ya ha visto Alien, Un lugar tranquilo… Quiere ver el tráiler del Poltergeist, que le hable de El Orfanato y Babadook. Es como verme a mí hace treinta años.



Cine de terror contado a los niños, ¿surge cuando tu hija empieza a relacionarse con el género del terror y tú lo extrapolas al resto de los padres que quieren hablar del terror a sus hijos?

Manuel Mañero: Un día me preguntó por la edición que yo tenía de La Metamorfosis de Kafka porque vio que había un escarabajo en la portada. Lo bueno de la Metamorfosis es que la acción empieza en la página uno, y se lo leí. Ahí empecé a darme cuenta de que los niños tienen una curiosidad por el mundo adulto y que algunas cosas podrían adaptarse a su lenguaje. De hecho algunos de los capítulos del libro yo se lo leía a ella primero, y en función de cómo ella reaccionaba y los entendía, si le estaban enganchando… hacía ajustes sobre la marcha. Me ayudó sobre todo a lo hora de limar el tono.

En realidad ya sabes que en España tenemos el concepto de la “Alta cultura” y nos ha costado mucho despegarnos del mito de Terror como “películas culturalmente pobres”, hay mucha gente adulta que no sabe cómo acercarse al género sin prejuicios. De alguna manera el libro quiere acercar el adulto a la psicología del niño a través del miedo, algo que le estamos intentando evitar de mala manera, pero también enseñarle al niño algo a lo que nosotros accedimos con las películas de Walt Disney o los cuentos originales de los hermanos Grimm.



Entonces, ¿enfocas el libro como un equivalente de esos cuentos para los niños de las siguientes generaciones?

Manuel Mañero: Hoy en día tenemos a los niños superprotegidos. Como adulto y padre tengo muy claras cuáles son las líneas rojas, pero en el fantásticos – más concretamente en el terror – estamos acostumbrados a tratar con unos cánones, unas narrativas muy ricas. Aquí tomo como referencia a David Cronenberg porque ha basado casi toda su carrera en analizar la condición humana a través del terror, siempre he visto una enseñanza en las películas de terror y eso es el corazón de este proyecto. Lo veo en mi hija y en un montón de niños, el gusto por lo desconocido, la ciencia ficción, por el mundo y la naturaleza. ¿Tú sabes la famosa pregunta de cuál es el origen de la vida? Pues piensa en explicarlo a través de Frankenstein, de lo sobrenatural, algo que es un componente inequívoco del terror.


Ana, ¿cuál es tu primer encuentro con el proyecto de Manuel?

Ana Lledó: A Manuel le conozco desde hace tiempo, él sabía que llevo pintando desde pequeña. Me comentó la idea del libro basado en películas de terror y como no había nada parecido, me gustó. Enseguida conectamos con la idea de la ilustración en el libro, porque Manuel no quería imágenes muy elaboradas sino algo más simbólico.

Al final tuvimos una tormenta de ideas y me puse manos a la obra porque son veinte historias y si no te la sabes por lo menos tienes que ver las películas.



Manuel, para el libro has escogido veinte películas. ¿Cuántas se han quedado en el tintero?

Manuel Mañero: Muchísimas. La lista es bastante fiel a la primera que presentamos, intenté que hubiera títulos más clásicos, muchos que ahora los modernos llaman “terror elevado” pero que ha existido toda la vida. Pensé en la de El Increíble hombre menguante, que mucha gente decía que no era terror, pero no hay nada más terrorífico que la intrascendencia, la desaparición o que la gente te dé por muerto… Un poco lo que hoy en día seria el Bullying o el derecho al olvido, este aplastamiento de la identidad en la sociedad globalista.

Las que se han quedado fuera ha sido por diversas razones. Tenía muchas ganas de escribir sobre El Resplandor, pero me parecía que lo que iba a tocar con la película de Kubrick, esa paternidad o maternidad, era más interesante explorarla en Carrie, La semilla del Diablo y también Mamá de Andy Muschietti. He intentado equilibrar la temática con los títulos y de hecho tengo preseleccionados otros 20 títulos, entre ellos Krampus, Anabelle, Christine, Los pájaros, [REC], Raw – esta me interesaba mucho para explicar el tema del veganismo -.



¿Fueron las películas los que te dieron los temas que tratas o primero surgieron los temas y los aplicaste a las películas?

Manuel Mañero: Los temas como tal no son graníticos, salvo casos como el racismo y la xenofobia de Déjame entrar o el amor toxico de Spring y Midsommar. El resto de los temas se relacionan entre ellos. Lo primero que pensé es “a qué miedos se enfrentan los niños hoy”, hay miedos como la soledad, el luto, en mí caso que soy padre separado el que los hijos estén entre dos mundos diferentes – y aquí podría relacionarlo con el horror cósmico de H. P. Lovecraft, el doctor Jekyll y Mister Hyde –; primero recordé mis propios terrores infantiles y me salían referencias porque hoy en días con pelis como El hombre del saco, The Empty man o Háblame, se abordan esos temas psicológicos como la regresión, el trauma infantil, sus orígenes.



Ana, ¿conocías ya las películas de la lista o tuviste que ponerte al día con ellas?

Ana Lledó: La verdad es que a mí me gusta mucho el cine, ahí partía con ventaja. Por suerte conocía prácticamente todas. Si no recuerdo mal, la única que no conocía era Spring de Justin Benson y Aaron Moorhead, porque hay títulos muy clásicos, peliculones como El hombre menguante o La isla del Doctor Moreau.

Manuel Mañero: Incluí la del Doctor Moreau de Don Taylor, porque me interesó que en aquel momento ya se hiciera distinción entre hombres y animales, aparte de tener unas líneas de dialogo muy impactantes respecto a cómo tratamos a los que consideramos inferiores y no solo eso sino como experimentamos con esos seres inferiores. Por ejemplo esto está en relación con La mosca.



Claro, porque la película de Cronenberg índice un poco en temas que comentabas antes como la soledad, el aislamiento, la diferencia respecto a los demás…

Manuel Mañero: Me interesaba el subtexto social, al personaje interpretado por Jeff Goldblum hoy en día lo incluiríamos en el espectro autista. Es un científico cuyos miedos, agresividad y potencialidad podrían adecuarse a ese niño que tiene miedo a rebelarse como alguien brillante, desconfía del entorno porque lo considera opresivo, ultra competitivo, y no quiere destacar.



Viendo el listado, los niños son los protagonistas de un tercio de las películas del libro.

Manuel Mañero: me interesa mucho el miedo de atacar la familia, desde fuera y desde dentro. Por eso estuve dando vueltas a meter Funny Games, La noche del cazador o home invasión. En el niño hay un terror que surge cuando ya es un poco mayor – un miedo que le es infundido por los adultos - , la sensación de pertenencia a un espacio, al hogar que es suyo. Por eso hay muchas pellicas con niños – El orfanato, Cujo, Tiburón o Babadook que para mí es el ejemplo perfecto de película “con” niños – y luego películas “de” y “para” adultos pero puedes extraer enseñanzas para los niños

Por ejemplo, mi hija se hizo una pregunta con Al final de la escalera que nos hacemos todos los que vemos este tipo de películas: si el protagonista sabe que hay un fantasma en la casa, por qué no te vas ya el primer día. Ahí es cuando le explicas que George C. Scott lidia con un pasado doloroso y de alguna forma ayudar a ese fantasma le está ayudando a él a superar la pérdida de su familia.



Ana, tus ilustraciones para el libro están realizas de un solo trazo, cuéntanos al respecto.

Ana Lledó: A la hora de ilustrar y pintar soy más plástica y visual que ilustradora, pero se me presentó el reto de hacer a un solo trazo, esto es que empiezas y no levantas el lápiz hasta haber terminado el dibujo. Me ha gustado tanto que al final me he puesto hacer más cosas a un solo trazo, al margen de las ilustraciones.

Una ilustración que me ha gustado mucho es de una película que me encanta como Dejame entrar, los protagonistas de la película dados de la mano, era un fotograma muy potente que me vino a la cabeza. Resulta que esa imagen se usa en uno de los carteles promocionales suecos de la película de Tomas Alfredson. Empecé con bocetos a lápiz porque necesitaba entrenar la mano y cuando veía que el boceto nos gustaba, pues me ponía con lo digital y lo hacía del tirón. Hay ilustraciones que me costaron varios días como El orfanato, porque siempre he pintado con detalles, parándome en pequeñas cosas, pero tenía que notarse como algo fluido que salía de una sola vez; me volví loca con las decoraciones del edificio, las ventanas, hasta que Manu me dijo que creara algo etéreo sin detalles. Estuve una tarde entera intentándolo hasta que salió porque poner el lápiz en la Tablet y sacar algo con ángulos como un edificio tuve dudas pero en conjunto han salido cosas chulas.



A la hora de enfocar los dibujos de las películas elegidas, ¿Ibas a lo icónico, a la sensación que te daba, a la imagen…?

Ana Lledó: Estuvimos lanzando varias ideas, desde el principio dije que cada ilustración tendría que ser simbólico, no necesariamente lo más representativo de cada película. Por ejemplo en Carrie, mi primera idea fue reproducir la escena de Gimnasia donde sus compañeras le hacen Bullying pero Manu me dijo que era una escena pero sin el simbolismo de la historia, así que me fui al final de la película y me vino a la cabeza un foco de iluminación roto que para mí significa la destrucción de una persona que lleva a la destrucción física. En Déjame salir era la mano que sujeta la cucharilla cuando hipnotizan a Daniel Kaluya, el protagonista.

Tal vez algunos lectores consideren que son cosas muy anodinas pero, para mí, es algo que lleva toda la carga de la historia, pequeños elementos que tienen mucho significado.

Manuel Mañero: Estoy encantado con las ilustraciones de Ana porque tiene mucho talento, por eso la quería en el proyecto desde el minuto uno. Respecto a las ilustraciones, algunas como Tiburón o La Mosca, Babadook o Cujo, no podrían ser otra cosa porque son inequívocas pero por ejemplo hay películas, como Midsommar, en las que podríamos haber elegido otras referencia, pero me interesaba que tanto el neófito como el experto pudieran darse la mano, el que busca como identificar ese elemento y el que sabe las razones de la ilustración.



¿Qué películas recomendaríais a un padre como “bautismo” de sus hijos en el terror?

Manuel Mañero: Tiburón de Steven Spielberg. Para mí no solo es un icono sino que encarna ese terror real, ecologismo, natural, una amenaza en la sombra muy bien creada a través del suspense, la música, la imaginería. Es esa fuerza que perturba las vacaciones, ese lugar idílico, en el que todos queremos encontrarnos en verano. Es más, mi hija no hay playa que pisamos que no me pregunte si hay tiburones (risas).

Ana Lledó: El cementerio viviente porque tiene muchos elementos fantasiosos, además de que me encanta Stephen King, pero sobre todo es porque creo que aborda el tema de la muerte desde un punto de vista poco convencional: todo arranca con la muerte de un gato, no de una padre, un abuelo…



¿Cuáles son vuestras películas de terror favoritas?

Manuel Mañero: Lo tengo muy claro, no diré Bambi como Stephen King, pero para mí la película de terror por antonomasia es El resplandor porque lo tiene todo.

Ana Lledó: Aunque sea poco convencional voy a decir Blancanieves y Alicia en el país de las maravillas. ¡Con esta pregunta he tenido una regresión muy bestia a la infancia! (Risas)

Más información sobre el libro en:

https://edicionesjc.com/portfolio/cine-de-terror-contado-a-los-ninos/
https://www.casadellibro.com/libro-cine-de-terror-contado-a-los-ninos/9788415448723/16056858