Sitges - Sorcery review

Una niña indígena Huilliche presencia el asesinato de su padre a manos de colonos alemanes, debido a la impunidad ante la ley de los nuevos llegados, buscará venganza con la ayuda de un grupo de indígenas brujos llamados La recta provincia.

Título original: Brujería

Año: 2023

Duración: 100 min.

País: Chile

Director: Christopher Murray

Guion: Christopher Murray, Pablo Paredes

Música: Leonardo Heiblum

Fotografía: María Secco

Reparto: Valentina Véliz Caileo, Daniel Antivilo, Sebastian Hülk, Daniel Muñoz, Neddiel Muñoz Millalonco, José Aburto, Luis Araya, Matías Bannister, Juan Cayupel, Pedro Cayupel, Margarita Cuminao


Interesante pero pretenciosa.

Al igual que hizo con sus trabajos anteriores tanto de largometraje como de documentales el director chileno Christopher Murray vuelve a traernos a la pantalla grande a Chile, en esta ocasión lo hace retrocediendo hasta el periodo colonial cercano al 1900 en la Isla de Chiloé situada al sur del país


Una niña indígena Huilliche presencia el asesinato de su padre a manos de colonos alemanes, debido a la impunidad ante la ley de los nuevos llegados, buscará venganza con la ayuda de un grupo de indígenas brujos llamados La recta provincia.

Realmente resulta muy interesante este periodo convulso donde los indígenas tenían todo a perder en manos de los invasores colonos que ahora les robaban las tierras, los recursos, incluso la dignidad, la vida o la libertad. Les imponían las tradiciones la religión y su manera de hacer, una era de indignación y genocidio.

Christopher Murray que coescribe el guion con Pablo Paredes trata de transportarnos a ese mágico lugar en la isla de Chiloé, convirtiendo el paisaje y la propia lluvia en personajes de la historia, parte de la obra sin la que no se entendería igual este lugar, además y como no debería ser de otra manera nos trae el lenguaje Mapuche para los diálogos entre los autóctonos del lugar.

Toda la historia va cargada sobre los pequeños hombros de la joven Valentina Véliz Caileo quien arranca su carrera con el papel protagonista y a través de quien iremos descubriendo una historia dramática casi de desesperación por momentos en que la predisposición de una niña sin futuro le hace encontrar uno de sus pocos apoyos en Matero el líder del grupo de brujos protagonizado por Daniel Antivilo a quién pudimos ver en Matar a un hombre o Trauma entre muchas otras.


Estamos ante un ritmo pausado, con algunos momentos bastante curiosos de brujería, ligero contacto con el misticismo y planos generales abrumadores en que las situaciones se van desgranando poco a poco y la historia va cayendo por su propio peso, siendo los diálogos lo mejor de la película con diferencia diciendo con pocas palabras aquello que se tiene que decir en cada momento, y a pesar de estar cerrado, el final lo peor, ya que es mucho más blando e incluso blanco de lo que la historia y el tono de la narrativa pedía a gritos, un final que parece ser arrastrado por las ganas y el deseo de los guionistas de que en algún momento de la historia real haya podido ser así o incluso de no herir sensibilidades. No obstante, la obra sufre de presuntuosidad, da la sensación de querer ser más grande y más importante de lo que finalmente termina siendo, y sin ese final, sin esa reflexión necesaria del espectador, la cinta se queda por debajo de lo que quería haber sido. A nivel cinéfilo se puede ver e incluso disfrutar, pero a nivel intelectual, hay que decir que no es lo que pretende, no logra encontrar el lugar para la reflexión del espectador.

Pudiendo ser una obra que tocase susceptibilidades y conciencias se ha quedado en una obra ligeramente blanqueada con la que transportarse a la época colonial en la zona de chile en forma de película curiosa de brujería.

Firma: Gerard FM.
@tmagerard

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