Entrevista a Caye Casas, director y co-guionista de La Mesita del Comedor


La primera parte es una especie de comedia negra y luego se vuelve algo mucho más turbio ¿en el momento de escribir el guion hubo dudas si tirar más para un lado que para el otro?

La idea de la película es la de sorprender ya desde el mismo título. Tienes un título inofensivo y ridículo como La mesita del comedor y la gente se espera otra cosa. También para la gente que me conoce por Matar a Dios espera una comedia negra, más simpática... Y que después pasará algo que a la gente le explotara la cabeza y pensará que ni en broma la película iría de esto. Es jugar con el cerebro del espectador y sus expectativas, con una gran sorpresa, una gran tragedia y con comedia negrísima. Aunque yo no lo considero una comedia negra. Quería hacer algo arriesgado, romper tabús e ir a contracorriente con todo lo que se está haciendo. Y junto a Cristina Borobia empezamos a tramar esto.


Es importante no destripar la trama. ¿Pero en el desarrollo de la trama se te ocurrieron nuevas maneras de poner al personaje de David Pareja más al límite?

La verdad es que seguimos el guion a “rajatabla” desde el mismo inicio del guion. Una cosa que queríamos era que los diálogos, si le quitas el contexto que es el gran spoiler, son totalmente normales en una pareja que acaba de tener un hijo o en una cena con unos amigos. Queríamos que esos diálogos en el contexto terrible de la película fueran un navajazo constante. Pero si lo piensas son diálogos muy normales, y a partir de aquí desarrollamos la historia con muy pocos elementos. Realmente no hay gore, casi no hay sangre, no hay asesinatos, ni fantasmas, ni monstruos... solo hay una mesita en el comedor.


Decíamos que hay algo de comedia y también una especie de terror, pero entremedio hay mucho suspense. Además muy estilo Hitchcock, que tú sabes lo que está pasando pero hay personajes que no tienen ni idea. ¿Cómo te inspiraste para usar este estilo?

Mi idea era que sólo el público y el protagonista supieran lo que realmente estaba pasando ahí, eso lo que genera es que sufras tanto como él porque los demás viven su vida tranquilamente sin saber lo que hay. Y lo que Hitchcock hacía maravillosamente con La Soga queríamos usar esa fórmula para La Mesita, que el público se prenda del personaje de David Pareja y llegue a sufrir tanto como él porque no sabes por donde van a ir los tiros. Es una bomba de relojería porque sabes que no va a acabar bien.


Película independiente de muy bajo presupuesto que a todas partes a dónde va se lleva premios ¿Qué está pasando aquí?

(Risas) Eso digo yo. Además que nuestra andadura empezó de una manera nefasta porque queríamos que fuera seleccionada en Sitges, que es el festival donde nací pero no pudo ser. Y piensas que a lo mejor sí que me había pasado de frenada, tal vez hubiera cometido algún error, porque si que realmente queríamos dar la nota, queríamos destacar en crueldad y pensé que si el criterio es el mismo en el resto de festivales pues no íbamos bien. Pero afortunadamente le hemos dado la vuelta a la tortilla totalmente, y ahora es cierto, estamos yendo a todos los festivales de género del mundo y es raro que no nos premien, llevamos ya muchos premios, unas críticas bestiales, espero que TerrorWeekend no estropee la estadística y el público sale traumado y satisfecho.


Creo que ya la tenemos hecha.

¡Sí sí!¡Ya la he visto!¡Es muy buena, no la toquéis! (risas)


¿Y ahora qué toca?

Estamos con un proyecto que ganó el fan-pitch de Sitges, el de Bruselas y el de Ibicine. Se llama Malamuerte que es una comedia negrísima para que la gente la disfrute después de esto. Yo creo que sería un éxito de público si tuviéramos los medios y recursos de marketing necesarios porque realmente es muy muy divertida. Proviene del cortometraje RIP que también ganó un montón de premios en festivales internacionales. Otro proyecto que estoy escribiendo ahora mismo es una peli 100% terror, sin nada de comedia, y está quedando muy terrorífica que para que lo diga yo... me podéis creer, es una bestialidad. Pensada y escrita para el público de terror que se lo pase teta pero que sufran como cabrones y cabronas. Y más cosas lo que pasa es que necesitamos ayuda pública, estoy agotado de hacer cine independiente low-cost. Por ejemplo, ganamos el fan-pitch de Malamuerte que estaba patrocinado por ICAA y ICAA no entró en la primera. Tengo ganas de hacer algo con presupuesto y con recursos, poder recrearme en imágenes y en personajes a lo loco y para el disfrute del personal.


¿Qué esperas de la reacción del público en la inauguración del TerrorMolins?

En TerrorMolins tal vez sea el pase más extraño, especial y emotivo porque viene familia, amigos, amigas, algunas abandonarán la sala seguro. Entonces va a ser un pase que no sabré por dónde van a ir los tiros, cuando vas a Donosti, a Bruselas o a Brasil que son festivales de género con público de género pues más o menos te esperas la reacción que va a tener. Pero aquí yo no sé qué coño va a pasar (risas).


No te voy a preguntar tu película de terror favorita porque ya lo hicimos en otras entrevistas y creo que dijiste que era Alien, así que te pregunto ¿cuál es la película de terror que más te ha marcado?

Esa es buena, creo que la película que más me ha marcado no es ni de terror. Es de Álex de la Iglesia es La Comunidad. Pero es que hay tantas... Arrástrame al infierno también me encanta. Me encanta también Cuando acecha la Maldad de mi colega Demian Rugna, que por cierto nos acaban de dar el premio ex-aequo en Donosti, para mi es la peli del año.