The Blob review

En un pequeño pueblo de las montañas, una masa gelatinosa llegada del espacio comienza a extender el terror, al absorber a todo ser vivo que se cruce en su camino. Los ciudadanos y la policía deben hacer frente a semejante cosa, antes de que sea demasiado tarde y aniquile por completo la vida del planeta.

Título original: The Blob

Año: 1988

Duración: 95 min.

País: Estados Unidos

Director: Chuck Russell

Guion: Chuck Russell, Frank Darabont

Música: Michael Hoenig

Fotografía: Mark Irwin

Reparto: Kevin Dillon, Shawnee Smith, Joe Seneca, Jeffrey DeMunn


Terror ochentero repleto de sangre y gore.

En un pequeño pueblo de las montañas, una masa gelatinosa llegada del espacio comienza a extender el terror, al absorber a todo ser vivo que se cruce en su camino. Los ciudadanos y la policía deben hacer frente a semejante cosa, antes de que sea demasiado tarde y aniquile por completo la vida del planeta.


El realizador Chuck Russell (Pesadilla en Elm Street 3, La Máscara), llevó a cabo The Blob, una producción muy descarada y con un toque de humor al estilo ochentero. Remake de la película con el mismo nombre de 1958, protagonizada por Steve McQuenn, aunque está con un tono mucho más sosegado. En The Blob (1988), la trama tiene diferencias sustanciales con su predecesora y obtuvo algunas críticas en su momento, pero con el paso del tiempo se han minimizado para situar la cinta en el lugar que merece.

El mismo Chuck Russell y el archiconocido Frank Darabont, responsable de algunos de los guiones más reconocidos de la historia del cine, firman el argumento y no complican demasiado la historia para conseguir el efecto deseado. Un guion trepidante y con diálogos bastante básicos, hacen que lo importante sea esa cosa venida del espacio, cuyo único objetivo es crecer desmesuradamente al engullir a toda persona que se ponga a su alcance.

Con un extenso y profesional departamento de efectos especiales es fácil generar los aplausos de la concurrencia en las secuencias más grotescas. Sin duda, es una propuesta desenfrenada y repleta de escenas gore, donde la sangre y las vísceras surgen a borbotones para no dejar nada a la imaginación del espectador, ya que los efectos artesanales y la casquería brillan por doquier, para convertir la película en un clásico de los ochenta.


Para el elenco, Chuck Russell contó, en aquel entonces, con jóvenes actores de la talla de Kevin Dillon (Platoon, The Doors), Shawnee Smith (Saw II, Saw III) y otros de más experiencia como Joe Seneca (Silverado, Cruce de Caminos). Todos ellos le ponen intensidad y carisma a sus personajes para hacer creíble la premisa.

Sin duda, una muy buena cinta de terror que sin más pretensiones hace pasar un rato entretenido con su visionado. Su punto fuerte, unos efectos especiales realmente hábiles y divertidos a la vez, que abarrotan el metraje de escenas imposibles dispuestas a arrancar la carcajada al público más taciturno.

Firma: Sergio Bosch.

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