Título original: Eight Eyes
Año: 2023
Duración: 86 min.
País: Estados Unidos
Director: Austin Jennings
Guion: Matthew Frink, Austin Jennings
Música: Devon Goldberg
Fotografía: Sean Dahlberg
Reparto: Emily Sweet, Bradford Thomas, Bruno Veljanovski
Película incómoda, en el sentido menos positivo de la palabra.
Las películas inquietantes tienen ciertas características que las hacen más o menos atractivas para el público. Primero tienen que tener esto que parece de Perogrullo: imágenes perturbadoras. Después, y no menos importante, unos malvados que destaquen por alguna característica. Para finalizar, todo esto tiene que estar arropado por una buena historia que, como mínimo, justifique tanta barbarie.
Eight Eyes cumple, de alguna manera, los dos primeros objetivos. Del último queda muy alejada para desgracia del espectador, que se hace cruces del o de los motivos de lo que está viendo. Otro tema es de la manera en que está rodada. Da la impresión de que el único objetivo de esta producción sea mostrarnos escenas puramente terroríficas, cosa que consigue a medias. ¿La historia?, pues es lo de menos.
Cass y Gav es una pareja que, para salvar su relación, decide emprender un viaje de vacaciones por la antigua Yugoslavia. Salido de la nada aparece Saint Peter, un lugareño que se ofrece a hacerlos de guía. Cass empieza a sospechar, casi al instante, de la extraña fijación de Saint Peter por estar con ellos. Pronto se darán cuenta de encontrarse en un callejón sin salida.
Austin Jennings debuta en el largo con Eigh Eyes, un film que creemos no será un hito en su carrera. Destacar que ese debut se haya realizado en el género de terror. El motivo por el que lo incluimos en este apartado es por las escenas que en un momento de las cintas aparecen en pantalla, para regocijo de los recalcitrantes de lo grotesco y visualmente incorrecto. ¿Es esto una virtud?, depende. Por un lado hemos visto infinidad de películas que incluyen escenas que ponen los pelos de punta, pero que además están incluidas en un pack de calidad por cualquier motivo. Puede ser por un guion potente, por una historia original o por unas actuaciones que destacan entre el resto.
Una de las virtudes de Eight Eyes, alguna tendría que tener, son las imágenes escabrosas que aparecen. Los extraños personajes que pueblan ese mundo malvado no hacen más que nos hagamos cruces de donde han salido. Se juega aquí, creo que equivocadamente, con la supuesta idiosincrasia de los habitantes de los pueblos de los Balcanes, especialmente de Serbia. ¿A que estáis pensando en A Serbian Film (Srdjan Spasojevic, 2010)? No os lo reprocho, aunque la distancia entre ambos films es estratosférica en favor de esta última, claro está.
Indicar, en el apartado técnico, que está rodada íntegramente en 16 mm. El director de fotografía Sean Dahlberg nos arrastra a través de los lugares más lúgubres del territorio, pintando una imagen escalofriante del mismo.
Eight Eyes es una película para fanáticos de lo oscuro a los que no les importe lo que hay detrás. Puede que les mole el planteamiento, es decir, una excusa para mostrarnos todo tipo de atrocidades.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
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