Háblame review

Han pasado dos años desde que murió la madre de Mia, esta no se encuentra en el mejor momento de su vida ya que apenas tiene trato con su padre y su mejor amiga, Jade, ha empezado a salir con Daniel, un exnovio de cuando Mia era niña.

Título original: Talk to Me

Año: 2022

Duración: 94 min.

País: Australia

Director: Danny Philippou, Michael Philippou

Guion: Bill Hinzman, Danny Philippou (Basado en un concepto de Daley Pearson)

Música: Cornel Wilczek

Fotografía: Aaron McLisky

Reparto: Sophie Wilde, Joe Bird, Alexandra Jensen, Otis Dhanji, Miranda Otto, Marcus Johnson, Zoe Terakes, Chris Alosio


Un grupo de adolescentes, una mano misteriosa: Háblame reivindica el terror sin tapujos.

Cuando Disney contrató al grupo Daft Punk para que musicara Tron Legacy, jamás se hubiera pensado que unos especialistas en música electrónica entregaran un trabajo que aun teniendo elementos de electrónica, se apoyara fundamentalmente en la orquesta. El resultado es espectacular.

Pues algo parecido es lo que ha ocurrido con los gemelos Philippou y Háblame.


Han pasado dos años desde que murió la madre de Mia, esta no se encuentra en el mejor momento de su vida ya que apenas tiene trato con su padre y su mejor amiga, Jade, ha empezado a salir con Daniel, un exnovio de cuando Mia era niña.

Entre las fiestas que frecuentan Jade y Mia, corre el rumor acerca de una mano que si la agarras y dices “háblame”, te pondrá en contacto con los muertos. Lo que comenzará como una diversión peligrosa, se irá transformando en algo más siniestro cuando empiecen a caer las barreras entre el mundo de los vivos y el de los muertos.

Michael y Danny Philippou empezaron a rodar películas con sus amigos a la edad de los once años, y tras crear el delirante canal de Youtube RackaRacka, empiezan a lanzar una serie de cortometrajes, piezas o pequeñas historias repletas de violencia gráfica, efectos especiales tanto prácticos como de infografía… En su universo conjugan todo lo que les influyó desde pequeños y añaden de su propia cosecha una serie de elementos recurrentes como un ritmo endiablado o una brusca ruptura entre lo real y lo imaginario.

Sorprende que teniendo ese estilo tan basado en lo visual y con un ritmo dinámico - por eso la comparativa con Daft Punk - Háblame resulte tan clásica con un tempo narrativo en las antípodas de su estilo. El guion, obra de Danny Philippou junto a Bill Hinzman apela a las historias de objetos malditos provenientes del siglo XIX como La pata del mono escrita por W.W. Jacobs o El diablo en la botella de Robert Louis Stevenson, y en el enfoque narrativo retoman ideas o propuestas que se han podido ver en el mundo de los “espíritus” como El Sexto Sentido de M. Night Shyamalan o Insidious de James Wan, pero consiguen alejarse lo suficiente como para hacer suyas las ideas ya que hay un gran trabajo de los equipos para convertir en terrorífico el mundo sobrenatural de Háblame: los fantasmas dolidos de Shyamalan aquí resultan auténticos horrores gracias al increíble trabajo de maquillaje obra de, entre otros, Rebecca Buratto, Helen Tuck, Cassie O’Brian Pollard y Marie Princi; el trabajo en sonido también es fundamental ya que tanto la aparición de los “otros” como la ruptura entre mundos está acompañada por toda una serie de ruidos, destacando los acuáticos y los gorgoteos, que ayudan a generar tensión y muy mal rollo.


Pasando ya al estilo de los hermanos Philippou, la cámara siempre está donde debe, lo justo para enseñar al espectador lo que debe, y se le escamotea lo necesario para inquietarle; el prólogo en un plano secuencia muy logrado, o ese guiño a Michel Gondry en la escena onírica, muestra un profundo conocimiento del arte cinematográfico. Otro acierto de los directores es el casting ya que todos los adolescentes – Sophie Wilde, Joe Bird, Alexandra Jensen, Otis Dhanji, Zoe Terakes, Chris Alosio – resultan reales y creíbles, e incluso consiguen dar muy mal rollo en las secuencias de posesiones.

Háblame es una muy buena puesta de largo, una película que inquieta y da miedo, ópera prima que demuestra – al igual que Smile de Parker Finn o Barbarian de Zach Cregger – que aún se puede generar miedo sin tapujos, por el simple placer de hacerlo, sin disimularlo o hacerlo pasar por el peaje del terror elevado que ha enfangado tanto el género. ¿Será este el principio de una franquicia como dicen? A saber, pero lo principal es que sea el principio de una carrera, la de los Philippou, que de muchas alegrías a los fans del terror.

Firma: Javier S. Donate.

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