En el año 2008, Antonio Banderas produjo la opera prima de F. Javier Gutiérrez, quien con 3 Días impactó con una historia que aunaba sin complejos el western, el terror, el drama y el cine catastrofista narrando la historia de un pequeño grupo de personas y sus últimas horas antes de que un meteorito golpee contra la tierra y acabe con toda la vida sobre ella.
Aprovechando los quince años que han pasado desde su polémico estreno en el festival de Berlín, nos hemos sentado con F. Javier para hablar de su carrera, esos proyectos que no terminaron de cuajar, sus propuestas para relanzar franquicias asentados y, especialmente, su ultimo y muy personal proyecto: La Espera.
¿Cómo surge la colaboración con el músico Antonio Meliveo y Antonio Banderas para el rodaje de 3 Días?
Yo tenía un corto llamado Brasil que estaba funcionando muy bien en el circuito de cortometraje, ganó Sitges y estaba en la Shortlist de los Oscar. Antonio Pérez (productor de Solas y Nadie conoce a nadie entre otras películas) me comentó que estaba asociado con Antonio Meliveo y Antonio Banderas, buscaban directores y querían hacer algo conmigo. Lo que empezó algo así como muy casual, no sabía si esto iba a llevar a buen puerto, se cerró bastante pronto y salió el proyecto.
Me enviaron varios guiones para que leyera, de los que recibí estaba el de Juan Velarde – que ahora es un gran amigo – que me parecía más original que los otros planteamientos, pero a la hora de dirigir tenía que llevármelo a mí terreno. Hablé con Antonio y le dije que el guion tenía mucho potencial pero quería darle un par de vueltas, empecé a trabajar con Juan y luego me lo llevé a reescritura y le di el empaque de lo que es 3 Días, algo más oscuro que el guion original; pero creo que conseguí un buen balance entre la oscuridad y el buen fondo que aportó Juan, que estaba enfocado en los niños, y el “cuento moral” para adultos.
3 Días es como un western de terror ambientado en el Apocalipsis.
Siempre me ha llamado mucho el western, mis padres siempre ponían películas “de vaqueros” en la tele, todo eso junto con al recuerdo de mi infancia en Andalucía, ese tono seco… Mira, para que te hagas una idea, en la historia original todo se desarrollaba en un chalet con piscina, un pueblo actual, yo me lo llevé a mis recuerdos difusos de infancia, con esa Andalucía supercalurosa en la que yo crecí en los setenta, el pueblo de mis abuelos; al igual que en la película en mi familia éramos dos chicos y dos chicas. Creo que impregne la película con ese tono polvoriento, subiendo en intensidad el personaje de Lucio, interpretado por Eduard Fernández, dando más potencia si cabe al personaje de la madre y esa idea de la protección de la inocencia - que ya estaba en el guion original – y lo que más me interesaba es como en una situación tan extrema, en cinco segundos se te pueden dar la vuelta todos tus valores y principios.
Al final nuestro héroe acaba entendiendo todo esto tras haber sido la oveja negra de la familia y haberse visto obligado a proteger a esos chicos, al final gana la humanidad en el personaje y se logra despegar de todo ese lastre por una vida trágica. Toda esta exploración “moral” también se puede intuir en Rings, de forma más diluida como pasar o no la copia del video, sacrificarse por otros o dejarlo estar, salvarse.
Allá donde se estrenaba 3 días, polarizaba al público: apoyo total o rechazo visceral.
Si, si, es algo sorprendente, yo no lo esperaba. Por ejemplo cuando se proyectó en Berlín, el público se tomó como una provocación la parte violenta y los giros, la crueldad con que trata Eduard a los chavales. En realidad no era mi intención el provocar o herir al espectador, es verdad que tengo un punto incontrolable y oscuro, que tiendo a presionar hacia el máximo en todos los sentidos. 3 Días tiene dureza, pero es una dureza justificada y un trato hiperrealista aunque sea una atmosfera apocalíptica, lo trato sin filtro. Si tiene que ser violento, lo es, sin caer en el mal gusto, pero siendo visceral. Durante la proyección salieron dos grupos a lo largo de la película, y cuando terminó había gente gritando con enfado mientras otros aplaudían porque les había encantado e incluso algunos lloraban de emoción. No sé, puede que la gente de Berlín, donde se hizo la premiere, pensase que vería un drama, y como es una película que va girando y evolucionando como la vida misma, que mezcla momentos bellos e inocentes con otros muy descarnados, genera una reacción de no saber qué hacer.
Igual hoy en día no sería igual, pero hace 15 años no iban con el chip de ir a ver algo así, descolocando a mucha gente. Y a nivel de crítica también fue un poco extraño porque algunos me atacaban mientras otros medios salieron en mi defensa. Y pasó lo mismo en los Ángeles, que tuvieron que sacarme con seguridad de la sala porque un espectador me gritaba que era un “asesino”.
Pero con el tiempo, ha ido ganando público y apoyo. Estoy muy contento con 3 Días.
Aunque hoy en día Víctor Clavijo es un actor muy respetado, en aquel momento te arriesgaste mucho al darle el papel protagonista a un rostro tan ligado a la televisión adolescente con Al salir de clase.
Víctor no es que solo sea brillante como actor sino que también es generoso al máximo, te da todo. Es muy racional y meticuloso en su método de creación del personaje. Tiene un libro de notas súper denso, puede dar tantos matices y expresividad solo con la mirada, que yo creo que ni 3 días ni mi última película, La espera, existirían sin Víctor ni su dedicación e intensidad.
Años después, eres uno de los directores cuyo nombre suena para el remake cinematográfico de El cuervo.
Estuve localizando por helicóptero por Louisiana, New Orleans. Fue una pena que no saliera porque me dejaron llevar el proyecto a un punto más salvaje, para mayores de 18 años con mucha violencia e incluso puntos en común con 3 Días como la decisión moral, venganza, fragilidad, el sufrimiento…Porque el remake que yo preparaba de El Cuervo no era la película de Brandon Lee, fue por ello que traje a James O’Barr al proyecto, tras contactarle por los social media, porque quería ir a la “fuente”.
Antes que yo, en el proyecto estuvo Stephen Norrington con una historia sobre un indio norteamericano, Juan Carlos Fresnadillo que había escrito un guion con Alex Tse, guionista de Watchmen, y también lo descartaron.
Cuando llegué, me dijeron que podía hacer mi propia aproximación, y tras unas vueltas a la historia de formas más convencionales, me di cuenta de que debía ir al origen, a James O’Barr. Me cogí un avión y me fui a verle a Tejas para conocerlo y si yo soy políticamente incorrecto, James es lo más (risas) y nos hicimos muy amigos. Estuve con él tres días y cuando volví dije a los productores que quería integrarlo, algo que les puso muy nerviosos al principio porque James es muy sincero con su propio arte y no era partidario de hacer un remake. Mi enfoque era volver a la novela gráfica porque la esencia está en la película de Alex Proyas pero se dejó de lado un montón de elementos oníricos y simbólicos bastante extraños, por ejemplo, sale un cowboy en un tren que te lleva a la muerte; era algo muy psicológico porque te recuerdo que James creó El Cuervo para procesar la muerte de su novia, en la novela gráfica hay mucha sensación de pérdida y yo quería ser hiperrealista. Hablé con Atticus Ross para la banda sonora, Bo Welch, director de arte de Tim Burton, y el maravilloso y oscarizado artista del maquillaje Rick Baker.
El productor de esta versión de The Crow iba a ser Edward Pressman también productor de la original aparte de producir otras joyas como Conan El Barbaro, American Psycho y El Fantasma Del Paraíso. Nos habíamos conocido durante el circuito de mi cortometraje Brasil y estuvimos hablando de hacer un remake de El Fantasma Del Paraíso de Brian De Palma que a mí me encanta. Empecé a escribir el proyecto y hasta que murió estuvimos hablando de ello.
¿Y finalmente no pudiste seguir con el proyecto de El Cuervo?
Los fans me localizaban a través de las social media o incluso conseguían mi mail y me escribían para ver qué iba a hacer con el proyecto, en un tono algo troll (risas), luego había mucha presión en el estudio. Estuvimos a punto de rodar varias veces e íbamos a haberlo rodado en Nueva Orleans, pero se empezaron a encadenar retrasos y en uno de esos retrasos recibí la llamada de Paramount y me pidieron que les echase una mano con Rings.
(Continuará…)
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