Título original: Ninja vs Shark
Año: 2023
Duración: 77min.
País: Japón
Director: Koichi Sakamoto
Guion: Koichi Sakamoto
Reparto: Kohshu Hirano, Shun Nishime, Juria Nagano, Kanon Miyahara
Pocos tiburones, pero bien de diversión.
Sorprende bastante el título pues a priori es fácil pensar que forma parte o se convierte en la versión japonesa de la productora YABAI-ZE! de la explotación de películas de Serie Z con escualos, pirañas, pulpos, castores o demás bestias marinas que tan bien ha explotado The Asylum, Roger Corman Films o incluso Universal Pictures. Pero más allá de lo que el confuso título indica, esta obra es algo totalmente diferente, al menos en el noventa por ciento inicial de la obra, por lo que subirá al carro a gente que se verá decepcionada o sorprendida y hará que otros ni tan siquiera lo intenten, siendo mejor película, o al menos más seria, de lo que en principio parece.
Un pueblo pesquero se ve coaccionado por un clan ninja que les quita todo lo que tienen y les impide a través de una invocación entrar en el mar para ganarse la vida, por lo que decidirán contratar un misterioso Ronin para que les proteja.
Desengranando la obra sin spoilers y como ya habréis podido advertir en la sinopsis diré que la estructura básica es al igual que han copiado un millón de películas antes la de Los siete samurais de Akira Kurosawa, solo que en esta ocasión tenemos ninjas de un clan de la montaña que se hacen visibles casi a mitad de película e incluso un poco más adelante, y tiburones que aparecen en los últimos diez minutos de la obra. Pero sin embargo, y a pesar de que no haya mucho de aquello que nos anuncia el título, la cinta es bastante entretenida, va bastante a saco y gracias a la ética fluctuante del protagonista se decapitan cabezas de manera temprana, con una de las escenas más divertidas y de mofa en la parte inicial, y es que además de bastante sangre digital también tenemos algunos golpe de humor negro que entran bastante bien. La historia avanza rápida aunque con algunos flashback que no terminan de funcionar bien ya que incorporan a la historia temas que poca relevancia tienen en una obra donde queremos ver buenas luchas principalmente.
El colofón final de los tiburones se puede disfrutar según hayas llegado de satisfecho con las luchas ninjas con algún giro de guion que da más risa que impresión a ese final de película que propone el director Koichi Sakamoto, con unos tiburones gigantes en un CGI muy cuestionable que sinceramente desentona bastante con lo que veníamos viendo a nivel visual con cosas que estaban incluso bien.
Valorando la obra low cost de la que hablo, funciona por si misma como producto de entretenimiento sin tener que subirse al carro de las películas de tiburones, se deja ver más allá de algunas carencias y lo importante es que no aburre en ninguna parte lo suficiente grande como para que de bajón.
Firma: Gerard FM.
@tmagerard
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