Título original: Chi-ak-San
Año: 2022
Duración: 89 min.
País: Corea del Sur.
Director: Kim Sung-Ung
Guion: Kim Sung-Ung
Música: Kwang Min Guk
Reparto: Yoon Kyun-sang, Kim Ye-Won, Bae Geu-rin, Yoon Je-wook, Lee Tae-Hwan
Carreras hacia delante mientras la historia de alrededor no existe.
Hay películas de terror que son incomprensibles, no referido al hecho de que no haya Dios que lo entienda, sino que uno se pregunta “¿Cómo demonios ha llegado esto a rodarse?”.
Y con este pensamiento a cuestas, ascendamos a Mount Chiak.
El grupo biker del club Sangaja está formado por jóvenes modernos, que montan en bici y van a rodar un video sobre el descenso en bici por el monte Chiak, un video que se convertirá en viral porque son muy buenos.
Pero igual las cosas se tuercen porque unas luces extrañas surcan el cielo y empiezan a ocurrir hechos extraños.
Mount Chiak arranca con fuerza, con el slalom frenético de un chaval montado en bici a través de su ciudad, y ya en el minuto cinco uno conoce a los personajes que se pondrán en marcha al famoso monte. Diez minutos después, pongámonos en todo caso en el minuto 20, se ha hablado de extrañas desapariciones que tuvieron lugar en el monte, luego hay una secuencia muy climática con luces rojas, se han encontrado con una anciana que les ha dicho lo típico de “No vayáis al monte”. El espectador profano siente que algo se le escapa entre las manos: ocurren muchas cosas en poco tiempo y no entiende muy bien hacia dónde va todo aquello; mientras el espectador ya experimentado nota que tanta acumulación de hechos igual obedece a que el director ha visto un montón de películas y está metiendo todo lo que le gusta pero sin orden ni concierto.
No hay que ser muy listo para decirse: está ocurriendo ESTO (que no diré).
El gran problema de Mount Chiak no es solo que uno sepa hacia dónde va todo, sino que no hay personajes a los que agarrarse, tenemos el guapo, la guapa pija, la joven traumada, el graciosete obsesionado con las cámaras y el protagonista que corre de un lado a otro. La estructura parece más de un videojuego que de película, ya que se van “desbloqueando” nuevos escenarios, habitaciones y secretos, que en vez de añadir misterio indican que está ocurriendo ESTO (Mejor no decirlo).
A nivel interpretativo todo es correcto tirando a bajo, pero es que como no hay personajes tampoco es necesario romperse mucho los cascos. Música y fotografía cumplen, maquillaje correcto y lo mismo los FX con esas luces que indican claramente que ESTO está ocurriendo; el epílogo lo deja todo muy claro, por si alguien no se había enterado del misterio.
Claramente el target que ha buscado Kim Sung-Ung con Mount Chiak es el de las nuevas generaciones que ven películas mientras juguetean con sus móviles, el resto de los espectadores malamente empatizarán con lo que ocurre.
Firma: Javier S. Donate.
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