Possession review

1918. El religioso Lauritz Smith vuelve junto con su hijo Oscar a su casa familiar. Durante los cinco años que estuvieron fuera, parcialmente en la primera guerra mundial, su mujer Suzanne ha enfermado gravemente y ha adoptado a la pequeña My para que sea los ojos de su hija ciega: Agathe. My fue rescatada del pueblo Sami para ser educada en la sociedad “moderna”. Los sueños de Lauritz de construir una iglesia en la zona, en unos terrenos que pertenecieron al pueblo Sami, serán el principio de una espiral de muertes y horror.

Título original: Forbannelsen

Año: 2022

Duración: 104 min.

País: Noruega

Director: Henrik Martin Dahlsbakken

Guion: Henrik Martin Dahlsbakken

Música: Nils Martin Larsen

Fotografía: Oscar Dahlsbakken

Reparto: Jan Saelid, Eva Nergard, Tarjei Sandvik Moe, Anna Filippa Hjarne, Dennis Storhoi


Exceso de tramas dramáticas y falta de terror.

Henrik Martin Dahlsbakken es un joven director y guionista que ha ganado un montón de premios con sus cortometrajes. Tras su ópera prima con la comedia juvenil de Terror Prosjekt Z, continúa en el terror pero esta vez vira hacia el pasado, más concretamente a 1918. Es curioso como en este 2022 dos películas han tomado la aparición de momias como pistoletazo de salida para lo sobrenatural – la que comentamos ahora y Moloch del holandés Niko van der Brink, pero allá donde este no abandona la trama fantástica en momento alguno, Martin Dahlsbakken se deja llevar por los cantos del terror elevado y cava su propia tumba.


1918. El religioso Lauritz Smith vuelve junto con su hijo Oscar a su casa familiar. Durante los cinco años que estuvieron fuera, parcialmente en la primera guerra mundial, su mujer Suzanne ha enfermado gravemente y ha adoptado a la pequeña My para que sea los ojos de su hija ciega: Agathe. My fue rescatada del pueblo Sami para ser educada en la sociedad “moderna”. Los sueños de Lauritz de construir una iglesia en la zona, en unos terrenos que pertenecieron al pueblo Sami, serán el principio de una espiral de muertes y horror.

Possession arranca con un rótulo que nos informa de la opresión que la buena gente de Noruega – siempre en pro del avance de la humanidad, claro – ejerció sobre la tribu Sami, oriundos de las tierras, y cómo robaron sus niños para integrarlos en la sociedad, algo parecido a lo que encontramos en las películas Generación Robada de Phillip Noyce o la interesante Border dirigida por Ali Abbasi. Pero, y con esto ya comento el Gran Pero de Possession, es un elemento más entre las múltiples tramas. ¿Quién es el protagonista, la niña Sami, el pastor que llega para construir una iglesia, la ciega y su enamorado, el hijo del pastor que anhela lo que no tiene? El prólogo de la película hace intuir que iremos en un camino, pero Henrik Martin Dahlsbakken va a la deriva y tan pronto se muestra interesado en lo sobrenatural como lo abandona para contar más sobre este Pastor, habla sobre la gripe española pero lo que asola la mina es la peste, la potente sexualidad que marca gran parte de los personajes, y luego todo se precipita mientras el espectador se va despegando de cualquier giro que ocurra mientras el terror y lo sobrenatural aparecen de forma tan caprichosa como errática.


Una pena porque el trabajo de dirección es elegante y clásico, bien acompañado por la fotografía de Oscar Dahlsbakken, y un trabajo actoral tan sobrio como interesante, comandado por Jan Saelid como el Pastor Lauritz, un personaje tan magnético como peligroso; otro clásico del cine nórdico, Dennis Storhoi, tiene un personaje con acertadas frases pero su presencia intermitente en la historia impide que lo desarrolle. El rosto misterioso de la niña Eva Nergard como My, podría haber aportado mucho a su historia si Henrik Martin Dahlsbakken hubiera mantenido el enfoque del prólogo.

Con el material de partida, Possession apuntaba interesante, pero el resultado final resulta demasiado derivativo y caótico.

Firma: Javier S. Donate.

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