La vida de Riley es un caos, desenganchada del alcohol y las drogas sus días son una lucha continua no solo contra sus adicciones sino contra su hermano Matt, la única persona que se preocupa por ella. Cuando el novio de Riley la propone un negocio redondo para conseguir dinero, Riley no sabe que dará de bruces con cierta caja que abre la puerta a un infierno donde el dolor es la moneda más valiosa.
Título original: Hellraiser
Año: 2022
Duración: 120 min.
País: Reino Unido
Director: David Bruckner
Guion: Ben Collins, Luke Piotwroski
Música: Ben Lovett
Fotografía: Eli Born
Reparto: Odessa A’Zion, Jamie Clayton, Adam Faison, Brandon Flynn, Goran Vysnjic, Hiam Abbass, Drew Starkey
Hellraiser renace, los Cenobitas lucen como nuevos.
En el año 1987, Clive Barker adaptó a pantalla grande su historia The Hellbound Heart en una película que sin ser maravillosa, tenía cierta sordidez atrayente y presentaba a unos personajes tan icónicos y terroríficos como los Cenonitas. El legado se perpetuó los años siguientes, cada vez en películas de menor presupuesto, imaginación y calado.
Año 2022 del siglo XXI. Los Cenobitas han vuelto, ¿Podrán superar la maldición de las películas anteriores?
La vida de Riley es un caos, desenganchada del alcohol y las drogas sus días son una lucha continua no solo contra sus adicciones sino contra su hermano Matt, la única persona que se preocupa por ella. Cuando el novio de Riley la propone un negocio redondo para conseguir dinero, Riley no sabe que dará de bruces con cierta caja que abre la puerta a un infierno donde el dolor es la moneda más valiosa.
David Bruckner se está labrando una interesante carrera en el mundo del terror, una vez alejado de películas de segmentos y codirigidas, ya que tanto The Ritual como la brillante The Night House eran capaces de generar una atmósfera donde la realidad era resbaladiza y siempre llevaba hacia lo sobrenatural, donde el terror rompía tan solo con un cambio de plano. Y si por algo brilla Hellraiser Reborn, más allá de un apartado técnico muy interesante, es por la dirección de Bruckner al recrear este mundo laberintico y repleto de sombras como es el de los Cenobitas y su cielo/infierno: en cada ocasión que estos entran en escena, la película deja de lado su historia demasiado plano y el evidente problema presupuestario para regalar persecuciones donde la realidad se convierte en piezas del rompecabezas de los cenobitas, brillantes cadenas que surgen de la oscuridad, alambres que rasgan la carne. Hay cierta sensación de sadismo malsano que nos lleva de vuelta hacia la película de Clive Barker, potenciada por la gran fotografía de Eli Born, que dota a Pinhead de un aura de santidad tóxica; destacar el uso de cierta luminosidad peligrosa con la que el mundo de los Cenobitas se expande hacia nuestra realidad.
El guion de Ben Collins y Luke Piotwroski – autores de Super Dark Times, una interesante película acerca de locura y muerte adolescente – retoma ese aire peligroso y místico de los Cenobitas durante las dos primeras películas de la saga – Hellraiser y Hellbound – y añadir más peso a su mitología; a cambio la historia es básica y poco trabajada, una simple carrera contra el reloj mientras los Cenobitas se van cargando a unos personajes sin interés cuya protagonista central, Riley, resulta igual de inútil e irritante tanto para los espectadores como para el resto de los personajes. Lo más destacable a nivel interpretativo es Jaime Clayton, impresionante como Pinhead.
Centrémonos, más allá de la dirección de Bruckner y la fotografía de Eli Born, en la que hace interesante Hellraiser, el trabajo de sus técnicos de confianza como son los especialistas en FX prácticos como son Josh y Sierra Russel, su reinvención de los cenobitas es un gran trabajo que les afianza como un valor ascendente dentro del género de terror. Otro fijo del mundo David Bruckner, el músico Ben Lovett, solo luce cuando adapta los increíbles temas que Christopher Young compuso para las dos primeras películas de los cenobitas, Young supo aunar como nadie lo místico y terrorífico de este mundo donde el placer y el dolor son indivisibles.
Queda mucho por explorar en el mundo de los Cenobitas, esperemos que este Hellraiser marque el camino adecuado.
Firma: Javier S. Donate.
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