Título original: Calvaire
Año: 2004
Duración: 88 min.
País: Bélgica
Director: Fabrice Du Welz
Guion: Romain Protat, Fabrice du Welz
Música: Vincent Cahay
Fotografía: Benoît Debie
Reparto: Laurent Lucas, Jackie Berroyer, Philippe Nahon, Brigitte Lahaie
Agresiva y brillante, una ópera prima inolvidable.
Que arte el de crear con pocos elementos tanto malestar como lo hacía Fabrice du Welz con este su debut en el mundo del largometraje. El director belga, que es hoy en día uno de los directores europeos más respetados dentro del género, arrancaba con una película sencilla en cuanto a su presupuesto y sus localizaciones, pero muy grande por las sensaciones que genera y la maestría que hay detrás de la cámara en muchas de sus escenas.
Marc Stevens es un cantante que actúa en pueblos pequeños que resultan bastante deprimentes. Se desplaza con su furgoneta y cuenta con fans de avanzada edad que ya no están para muchas cosas. En una de esas, regresando de su concierto, su furgoneta se estropea y se queda tirado en medio de la nada. Hasta que uno de los vecinos acude en su ayuda…
Lo primero que puedo destacar, es que el Calvario tarda un poco en llegar, pero cuando aparece es muy punzante. La película nos presenta una situación incómoda desde los primeros planos. El lugar donde actúa Marc es de los más decrépito, sus espectadores parecen muertos en vida, y encima las mujeres del lugar se le echan encima de la manera más anti sensual que uno se pueda imaginar. Por lo que, en unos minutos, Du Welz ya deja claro que el lugar es extraño, y sus gentes lo son aún más.
Pronto llega el giro al infierno que intuimos desde el principio, con esa furgoneta que deja de funcionar, y el rescate que le sigue. Ahí la fotografía de Benoît Debie sigue manteniendo esos colores entre rurales y hostiles, y parece que introduce otro tipo de colorido a medida que la penitencia se va acentuando. La escena del piano bar y la secuencia final son sobresalientes, desde las posiciones de cámara que se escogen, hasta la crudeza de la situación.
Un terror en la naturaleza sin mucha civilización y con unos personajes salvajes, capitaneados por Laurent Lucas, gran asiduo al cine de terror y presente en gran parte de la filmografía de Du Welz, y Jackie Berroyer como el salvador.
Por momentos recuerda a Misery, con esa mezcla de sórdido/absurdo, con la nieve y la naturaleza hostil. Pero es mucho más aterradora la naturaleza humana, capaz de proceder a vejaciones y humillaciones de lo más retorcidas.
En definitiva, un debut que dejaba claro el potencial que había detrás y que sigue siendo mejor que algunas de sus obras posteriores. Adentraos en este Calvario crudo y sucio, es un viaje de lo más interesante.
Firma: Sonia Antorveza.
@bunyolsdesucre
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