Título original: New Religion
Año: 2022
Duración: 100 min.
País: Japón
Director: Keishi Kondo
Guion: Keishi Kondo
Música: Akihiko Matsumoto, Miimm, Abul Mogard, Zeze Wakamatsu
Fotografía: Sho Mishina
Reparto: Kaho Seto, Daiki Nunami, Satoshi Oka, Saionji Ryuseigun.
Demoledora e inquietante.
¿Para qué vamos a mentir? Nos encantan las apuestas arriesgadas que se aparten poco o mucho del cine, vamos a llamar, convencional. Dicho esto se tiene que ir con mucho cuidado a la hora de separar el grano de la paja. New Religion asusta un poco en su inicio. Imágenes sacadas de Dios sabe dónde van apareciendo en pantalla para nuestra incredulidad. Por suerte, la historia empieza con la estructura clásica en su desarrollo. Por llamarlo de alguna manera, esta sería de film triste. Parte de una trama muy dramática que poco a poco deja entrar la ciencia ficción y el terror, este último un poco a cuentagotas y que se aparta algo de lo que estamos acostumbrados a ver en el cine de género sobre todo en las producciones de ese país asiático.
Miyabi es una mujer que carga con la culpa de la pérdida de su hija. Vive junto a su nuevo novio y se dedica a la prostitución. Uno de sus clientes le pide que se deje fotografiar la columna, para posteriormente solicitarle fotos de otras partes de su cuerpo. En todas estas ocasiones, al llegar a casa, tiene la sensación de que su hija toca cada parte de su cuerpo fotografiada.
Keishi Kondo debuta en el largometraje con New Religion, del cual también es guionista. Empezar con este film es un atrevimiento el cual tenemos que valorar como se merece. Se mete de lleno a explicarnos una historia compleja que sabe mezclar un día a día más bien tristón, con un trasfondo metafísico que va mucho más allá de una percepción normal de la realidad. No os asustéis. Todo esto está explicado de manera suave y sin estridencias. Su virtud radica en que todo lo que va ocurriendo, la parte más “normal” y la más onírica, se nos presenta dentro de un pack en el que merece mucho la pena llegar hasta el final. Éste puede que os descoloque del todo, pero hay que dar cuerda a la libertad creativa, y de esto New Religion va sobrada.
Me gustaría destacar la gran fotografía a cargo de Sho Mishina. Plasmar todo ese aluvión de imágenes sin que se resienta nada tiene su mérito, teniendo en cuenta que el paso entre la cotidianidad y la ida de olla a veces es algo abrupto. Su tono rojizo la hace algo más espeluznante.
En las interpretaciones tenemos a grandes desconocidos para nosotros. Empezamos por su protagonista principal: Kaho Seto que da vida a Miyabi en una gran performance. Continuamos con un inquietante Satoshi Oka que interpreta al cliente de Miyabi algo especial. En el papel de novio tenemos a Saionji Ryuseigun y para finalizar nombrar a Daiki Nunami, algo así como un proxeneta de buen rollo.
Vamos acabando ya. Seguramente los seguidores del cine asiático ya se estarán frotando las manos. No tan deprisa. Para lo bueno y para lo malo New Religion coge un poco de todos los lados. Primeramente de su país pero también de algo tan fácil y tan difícil a la vez como puede ser la universalidad del cine.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
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