Grossmann - Alone in the Dark review

Tras un apagón, los peligrosos psicópatas del doctor Leo Bain se escapan de su institución mental, en su mente hay un solo objetivo: Terminar con la vida del psiquiatra Dan Potter, a quien consideran culpable de la marcha de su antiguo doctor. Con una ciudad sin luz y sumida en el caos, los psicópatas campan a sus anchas y la noche se acerca, una noche en la que solo quedará un grupo.

Título original: Alone in the Dark

Año: 1982

Duración: 92 min.

País: Estados Unidos

Director: Jack Sholder

Guion: Jack Sholder

Música: Renato Serio

Fotografía: Joseph Mangine

Reparto: Martin Landay, Jack Palance, Erland Van Lidth, Donald Pleasance, Dwight Schultz, Elizabeth Ward, Lee Taylor-Adam


Irregular pero repleta de encanto.

Alone in the Dark es fundacional por dos sentidos: fue la primera película de la productora New Line Cinema, que tanto miedo nos hizo pasar por años, y es la ópera prima de Jack Sholder un director irregular que merecía mejor suerte; añadiría una tercera razón si me dejo llevar por la imaginación, hay elementos en esta película que luego veríamos en A Nightmare in Elm Street, rodada dos años después.


Tras un apagón, los peligrosos psicópatas del doctor Leo Bain se escapan de su institución mental, en su mente hay un solo objetivo: Terminar con la vida del psiquiatra Dan Potter, a quien consideran culpable de la marcha de su antiguo doctor. Con una ciudad sin luz y sumida en el caos, los psicópatas campan a sus anchas y la noche se acerca, una noche en la que solo quedará un grupo.

Alone in the Dark es una película barata, eso es innegable, pero sabe ofrecer una historia cuyo ritmo es irregular pero de interés creciente. El guion del propio Jack Sholder, con historia junto a Robert Shaye y Michael Harrpster, tiene ecos de los años setenta con las teóricas psiquiátricas de Leo Bain, los movimientos sociales, el final anticlimático y ese epílogo tan pesimista como brillante, pero han pasado dos años desde que Friday The 13th creara un subgénero y, por ello, encontramos peajes obligatorios como la secuencia de sexo adolescente que es ridícula aunque Sholder consigue darle una vuelta para que no sea tan manida, y ese susto “en la oscuridad” con un diseño de Tom Savini a lo Jason Voorhes que junto con el vestuario de la actriz Lee Taylor-Adam es lo que peor ha envejecido de esta película.

Jack Sholder es bastante buen director cuando está por la labor, algo que no siempre ha ocurrido, y en Alone in the Dark es capaz de ofrecer muy buenos momentos a pesar del escaso presupuesto, ya solo por ese principio hay que tomarse en serio esta película, la fotografía de un clásico de la serie B como Joseph Mangine convence a medias, algo que no ocurre con la música del italiano Renato Serio que parece el peor enemigo de Jack Sholder.


Tal vez no estaríamos hablando de Alone in the Dark si no fuera por ese plantel de actores baratos tan histriónicos como imponentes: Jack Palance resulta imponente y amenazador a pesar de sus pocas apariciones, Martin Landau está pasadísimo pero su aspecto es maravilloso; Donald Pleasance intenta alejarse de su otro psiquiatra, el Doctor Loomis de Halloween, y va a su aire como si estuviera puesto de algo. El resto del reparto, a excepción del inmenso Erland Van Lidth como Fatty, es mediocre tirando a malo, especialmente Dwight Schultz a pocos años de interpretar al insoportable Mad Murdock de A-Team.

Alone in the Dark es una película irregular, como ya se ha dicho antes, pero a pesar de ello tiene momentos repletos de disfrute y está claro que la secuencia de presentación le consiguió el puesto a Jack Sholder para dirigir A Nightmare on Elm Street 2: Freddy’s Revenge.

Firma: Javier S. Donate.

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