Charles Dexter Ward llega con su pareja a un pequeño pueblo con la idea de tomar posesión de una mansión que heredó de un antepasado, muerto hace cien años, bastante aficionado al ocultismo. Charles retomará sus experimentos mezclándose pasado y presente y una personalidad con otra.
Título original: The Haunted Palace
Año: 1963
Duración: 87 min.
País: Estados Unidos
Director: Roger Corman
Guion: Charles Beaumont (Basado en un poema de Edgar Allan Poe y una historia de H.P. Lovecraft), diálogos Francis Ford Coppola
Música: Ronald Stein
Fotografía: Floyd Crosby
Reparto: Vincent Price, Debra Paget, Lon Chaney Jr., Frank Maswell, Leo Gordon, Elisha Cook Jr.
Sobrenatural y sobrecogedor cuento.
¡Una de Corman! Decimos esto alegremente como si estuviéramos vendiendo pescado fresco. La fábrica de cine que este director estadounidense creó, se caracterizaba por la gran cantidad de títulos que salían a la luz. Esto no quiere decir que fueran deleznables, al contrario, tenían una calidad media bastante alta que casi nunca variaba y cuyos títulos han envejecido de manera bastante aceptable. Roger Corman se vanagloriaba de no haber perdido nunca ni un céntimo, lo que da a entender la gran cantidad de seguidores con los que contaba, lo que le permitía, ya de entrada, saber que como mínimo cubría los gastos. Los espectadores sabían qué iba a ver, dicho de otro modo. Esperaban con impaciencia cual sería la siguiente adaptación de algunos de los cuentos o poemas del eterno Edgar Allan Poe. En El Palacio de los Espíritus, además de tomar el nombre del poema homónimo del escritor de Boston, el cual se recita al final, adapta el relato de H.P. Lovecraft: The Case of Charles Dexter Ward, siendo ésta la primera adaptación de un texto del escritor de Providence.
Charles Dexter Ward llega con su pareja a un pequeño pueblo con la idea de tomar posesión de una mansión que heredó de un antepasado, muerto hace cien años, bastante aficionado al ocultismo. Charles retomará sus experimentos mezclándose pasado y presente y una personalidad con otra.
Ya sabemos la falta de escrúpulos de Corman a la hora de adaptar cinematográficamente unas creaciones literarias que acabarían siendo obras maestras. Estamos hablando, por ejemplo de los tres cuentos que componen Historias de Terror (Tales of Terror, 1962) que son Morella, El Gato Negro y El Caso del Señor Valdemar y, anteriormente La Caída de la Casa Usher (House of Usher, 1960). Los puristas o amantes de Edgar Allan Poe puede que se lleven las manos a la cabeza al observar los “sacrificios” que tuvo que hacer Corman para llevar a la gran pantalla unos relatos que, por si solos, ya dan bastante pavor pero que con la ayuda del director estadounidense alcanzan, o al menos lo intentan, cimas todavía más altas.
Tenemos que recordar que estamos en la década de los sesenta con todo lo que eso representaba en cuanto a exploración de nuevos conceptos artísticos. Roger Corman no se cortaba ni un pelo tirando de unas escenografías barrocas, grandilocuentes y tremendamente efectivas para conseguir su objetivo: que pasáramos miedo.
Centrándonos más en El Palacio de los Espíritus, nos encontramos con una música a cargo de Ronald Stein que no hace más que engrandecer esa sensación de desasosiego que nos acompaña durante toda la duración del film. Destacar también la colorista, aunque sombría, fotografía de Floyd Crosby.
Vincent Price (El Abominable Dr. Phibes, Theater of Blood) encabeza el reparto interpretando a Charles con su estilo teatral shakesperiano característico. Como es habitual su carisma se come al personaje, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. Le secundan Debra Paget (Los Diez Mandamientos, Love Me Tender), Lon Chaney Jr. (El Hombre Lobo, Solo Ante el Peligro) y Elisha Cook Jr. (La Semilla del Diablo, El Sueño Eterno), entre otros.
Vamos acabando ya. El Palacio de los Espíritus es otro ladrillo más en el edificio que representa la obra de Roger Corman, un director a medio camino entre la calidad y lo comercial, que consiguió que algunas generaciones amaran el terror y, por supuesto, a Edgar Allan Poe, aunque en esta ocasión se basara más en un relato de otro genio de la literatura norteamericana: H.P. Lovecraft.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
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