Título original: Nitram
Año: 2021
Duración: 112 min.
País: Australia
Director: Justin Kurzel
Guion: Shaun Grant
Música: Jed Kurzel
Fotografía: Germain McMicking
Reparto: Caleb Landry Jones, Essie Davis, Anthony LaPaglia, Judy Davis, Annabel Marshall-Roth
Película con una sensación inquietante.
Creo que la mayoría de espectadores se habrán preguntado alguna vez que pasa por la cabeza de los autores de masacres. Como han llegado hasta allí y la razón, si es que la hay, para perpetrar asesinatos en masa. Aunque parezca de Perogrullo, para poder hacer eso se necesitan armas y no precisamente tirachinas. En algunos países, entre ellos Australia, se podían comprar fusiles semiautomáticos sin necesidad de dar ningún dato, en cambio, comprar una “sencilla” pistola requería registrarla. A raíz de los hechos reales, ocurridos en 1996, que se relatan en este film, hubo bastantes restricciones para la adquisición de armas, con la paradoja que en la actualidad hay más armas que en ese año.
En 1996 sucedió una masacre en Port Arthur, Tasmania. Murieron treinta y cinco personas y veinticuatro resultaron heridas. Nitram nos intenta explicar el cómo y el porqué de esa atrocidad.
Justin Kurzel (Macbeth, Assassin’s Creed, The Snowtown Murders) parece que le ha cogido el gusto en filmar cintas basadas en hechos reales. En Nitram hace un ejercicio bastante dificultoso para recrear el antes de unos acontecimientos que dejaron KO a Australia de mediados de los noventa. Hay que dar el mérito que se merece al guion, obra de Shaun Grant (Mindhunter) y es que una cosa es inventarse una historia de la cual eres el único culpable, a recrear el proceso que lleva a una persona a cargarse a un montón de gente como si fuera una atracción de feria. Con un elaborado aunque algo lento, a nuestro entender, desarrollo, Nitram muestra al protagonista en el último tramo de esa evolución hasta el desenlace final.
Puede que más de uno ya se esté relamiendo esperando ver violencia a raudales. No adelantamos nada pero este no era el motivo principal de la cinta. En cambio ahonda en las relaciones interpersonales del protagonista con el entorno, con sus padres, con la sociedad en general. Retrata sutilmente, como fondo, la sociedad de los años que representa que ocurrieron los hechos. La Generación X hace su presencia en una sociedad que ya empezaba a dar síntomas de hastío. Nitram, el protagonista cuyo nombre real es Martin Bryant (Nitram es Martin al revés), no se aparta demasiado de ese estereotipo con el agravante de tener una galopante depresión.
Sin más dilación vamos a hablar de las interpretaciones. Encabeza el reparto un estratosférico Caleb Landry Jones (Antiviral, Get Out) en el papel de Nitram. Aparte de un físico bastante especial, tiene un bis trágico que lo hace ideal para interpretar a hombres desesperados y al borde de la locura. Le secundan, con bastante acierto, Anthony LaPaglia (A Good Marriage), en el papel de padre y con el que Nitram mantiene una relación muy cercana. Nombraremos también a Judy Davis (Barton Finck), como madre y a Essie Davis (The Babadook) como amiga entrañable.
Para finalizar decir que Nitram es una película de altura. De aquellas de las que cuesta olvidarse. Tanto las interpretaciones, el guion y la realización son para quitarse el sombrero. Para ver violencia en estado puro hay otras películas.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
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