BIFFF - Witch Hunt review

Cerca de la frontera entre Estados Unidos y Méjico, la adolescente Claire siente que su vida siempre está en el hilo debido a que su madre forma parte de la red que saca brujas del país, ya que son perseguidas por esta nueva oleada de puritanismo. La aparición de unas jóvenes hermanas, Fiona y Shae, le aportará un nuevo punto de vista.

Título original: Witch Hunt

Año: 2021

Duración: 98 min.

País: Estados Unidos

Director: Elle Callahan

Guion: Elle Callahan

Música: Litz/Berlin

Fotografía: Nico Aguilar, Tommy Oceanak

Reparto: Gideon Adlon, Abigail Cowen, Elizabeth Mitchell, Echo Campbell,


Los juicios de Salem continúan hoy en día.

Comentaba la joven directora Elle Callahan que Witch Hunt nació como grito de rabia ante lo que ocurría en su país, Estados Unidos, y todas aquellas masas que coreaban a Trump y sus locuras. Pero un grito de rabia debe calar en el espectador porque, de lo contrario, ¿Para qué sirve?


Cerca de la frontera entre Estados Unidos y Méjico, la adolescente Claire siente que su vida siempre está en el hilo debido a que su madre forma parte de la red que saca brujas del país, ya que son perseguidas por esta nueva oleada de puritanismo. La aparición de unas jóvenes hermanas, Fiona y Shae, le aportará un nuevo punto de vista.

Witch Hunt empieza con una declaración de intenciones, con la quema de una bruja en la hoguera, pero todo suena a impostado por los gritos, el montaje y la música. Empieza la sospecha de lo que, según avanza la película, se convertirá en una certeza: Elle Callahan tiene una historia en su cabeza, pero igual no consigue transmitírsela a los demás. Hay un elemento obligatorio en este tipo de películas: la tensión, que el espectador sienta que los personajes pisan terreno resbaladizo; como Assasination Nation de Sam Levinson o la serie The Handmaid’s Tale; pero todos los momentos que deberían impactarnos son apoyados por innecesarios jump scares y la música de Blitz/Berlin que, como suele ocurrirles, no aciertan con su acercamiento musical.

En Witch Hunt hay buenos elementos pero todo da la impresión de que las secuencias se siguen unas a otras, a veces sin que aporten a la trama, y esto es debido a que Elle Callahan, en su doble faceta de guionista y directora, aplica a una historia de brujas los elementos clásicos de las películas con mutantes, porque en su universo las brujas no es algo que se perpetúe gracias al estudio y la sabiduría, aparte de la afinidad con las fuerzas… En Witch Hunt las brujas nacen, no se hacen. Tal vez lo más destacable en este sentido es la modernización de las pruebas que se les hacía a las brujas, como muestra la secuencia de la piscina que, mejor tratada, podría haber dado lugar a un momento terrorífico.


El elenco, exclusivamente femenino, está muy bien comandado por el buen hacer de Elizabeth Mitchell, aunque tal vez su papel necesitaría una trama más amplia en vez de ser el apoyo de la principal; las jóvenes Gideon Adlon – de nuevo en una película de brujas tras The Craft: Legacy – resulta bien en pantalla y Abigail Cowen le da buena replica. La niña Echo Campbell debería sentirse más perturbadora pero va de un lado a otro por Witch Hunt hasta que le toca actuar.

Witch Hunt debería hacernos reflexionar sobre las persecuciones de hoy en día e intentar ponernos en el lado del perseguido, pero se queda en una película que no deja poso.

Firma: Javier S. Donate.

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