Leo es un hombre maduro que se obsesiona con Bilbao, una bailarina y prostituta que conoce en un club nocturno. Tras secuestrarla empieza un juego en el cual la chica no deja de ser un objeto más a su alcance.
Título original: Bilbao
Año: 1978
Duración: 89 min.
País: España
Director: Bigas Luna
Guion: Bigas Luna
Música: Iceberg
Fotografía: Pedro Aznar
Reparto: Ángel Jove, María Martín, Isabel Pisano, Francisco Falcon, Jordi Torras, Marta Molins, Pep Castello
Un clásico de la contracultura.
Una buena pregunta inicial sería: ¿Bigas Luna aterrizó para revolucionar el cine catalán? La respuesta parece sencilla así de entrada, no obstante nos tenemos que situar en la época del estreno de su segundo film: Bilbao, en el año 1978. Las producciones cinematográficas españolas por aquel entonces tiraban para lo comercial y el destape en una España que despertaba del largo letargo de la dictadura. Asomaba en Catalunya, como una mini revolución, una contracultura que coexistía con la sociedad de aquel entonces, en un movimiento underground que tuvo su auge en los años setenta y que intentaba salir de la mediocridad cultural. El testigo lo cogió, no muchos años más tarde, la denominada movida madrileña.
Indicar, para dar una pista, que tiene un cierto regusto a la excelente El Coleccionista (The Collector, William Wyler. 1965). En Bilbao, Bigas Luna, ya empezaba a pincelar su manera tan particular de hacer cine. Primeros planos casi vergonzosos, personajes sacados de no se sabe dónde, obsesión sexual y fetichismo, en una historial demencial y que supuso un shock entre un público ávido de fuertes emociones que se apartaran de los films que llegaban a las pantallas en un esfuerzo para que la gente no viajase a Perpignan.
Leo es un hombre maduro que se obsesiona con Bilbao, una bailarina y prostituta que conoce en un club nocturno. Tras secuestrarla empieza un juego en el cual la chica no deja de ser un objeto más a su alcance.
A pesar de que inicialmente parecería que seguía la corriente del «destape» nacional, la obsesión por el sexo estaba al servicio de la película, es decir, manipulaba esta exposición visual para abofetearnos, todo lo contrario de las cintas de la época que buscaban el más puro entretenimiento, muchas veces a través de la comedia.
La frase, pronunciada en el film: «Me recuerda a mis cosas, pero ella es diferente» ya nos da alguna pista de la relación entre Leo y Bilbao. La toma como a un objeto. Una posesión que intenta conseguir durante todo el film y que desencadenará en un final muy cercano al más puro terror.
En el plano más técnico destacar la banda sonora a cargo del grupo catalán Iceberg, un conjunto que luchaba por apartarse de la corriente anglosajona adaptando su jazz-rock a la idiosincrasia mediterránea. En cuando a la fotografía, a cargo de Pedro Aznar, indicar que aunque sucia y, en cierto modo, barriobajera, da en el clavo dotando a las imágenes de un plus de perversión, que le sienta muy bien.
En las interpretaciones nos encontramos con Angel Juvé (Caniche, Las Edades de Lulú) en el papel de Leo y doblado por Mario Gas. A Isabel Pisano le toca ponerse en la piel de Bilbao, dotando a su personaje de un plus, no sabemos cómo llamarlo, imponente. En el resto del elenco nombrar a María Martín (Los Renglones Torcidos de Dios).
Para finalizar decir que Bilbao explica una historia, no demasiado original, pero que provoca sensaciones de desasosiego. Seguramente saldrás del cine como si te hubieran metido una paliza y pensando en todo lo que has visto. Bilbao es un claro exponente del cine contracultural. Con su visionado conseguirás situarte dentro de una corriente alternativa verdaderamente interesante.
Firma: Josep M. Luzán.
@Josep_Luzan
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