Título original: The Last Thing Mary Saw
Año: 2021
Duración: 89 min.
País: Estados Unidos
Director: Edoardo Vitaletti
Guion: Edoardo Vitaletti
Música: Keegan DeWitt
Fotografía: David Kruta
Reparto: Isabelle Fuhrman, Stefanie Scott, Judith Roberts, P.J. Sosko, Rory Culkin
Oscuridad, brujería y belleza audiovisual.
Modas y etiquetas. Desde que Robert Eggers estrenara The Witch en 2015, cada vez que una película se acerca al mundo de la extrema religiosidad y brujería, ya se le pone la etiqueta de “como The Witch”; la represión religiosa ha existido desde siempre… Y tristemente aun la seguimos sufriendo. Por eso, las comparaciones entre The Witch y The Last Thing Mary Saw son injustas…
…¿O igual no?
Invierno de 1843 en una región de Estados Unidos. El puritanismo arranca de raíz cualquier elemento que suene a profano. Se inicia el juicio a Mary, tras un atroz crimen en el que participó. Los sucesos de los últimos días antes del crimen, revelarán secretos que deberían permanecer enterrados.
No puedo negar que durante el visionado de The Last Thing Mary Saw, la película de Robert Eggers me venía a la cabeza una y otra vez: esa búsqueda de narrativa interna que confunden lentitud exasperante con atmósfera, la belleza de las imágenes y, sobre todo, el exceso de pretenciosidad que comparten ambas películas. Hay algo muy destacable en la ópera prima de Edoardo Vitaletti, ese universo cerrado en el que conviven varias dinámicas de poder: la abuela que subyuga a toda la familia, la criada que toma decisiones arriesgadas por amor, los vigilantes siempre hambrientos y eternamente asustados por sus patrones.
El gran problema de The Last Thing Mary Saw es la sombra tan alargada de Robert Eggers y que Edoardo Vitaletti, teniendo armas muy potentes, no haya sabido/querido alejarse. Muchos de los giros que ocurren en esta película parecen obedecer a los caprichos del director antes que a lo narrativo; gracias al gran trabajo de fotografía de David Kruta, The Last Thing Mary Saw está repleta de belleza melancólica y terror al mismo tiempo; para el recuerdo la aparición de la matriarca surgiendo de la oscuridad: terror puro.
Algo que lastra la historia es el exceso de personajes que no aportan mucho: la familia que llega al “juicio” y da vueltas por la historia solo para tener un par de frases, el extraño que Rory Culkin interpreta maravillosamente… Si a esto añadimos el famoso libro que da vueltas por la historia, los castigos físicos y la presencia absolutamente aterradora de la matriarca – increíble Judith Robert, una auténtica lástima que salga tan poco ya que su presencia es única y su personaje vital – tenemos demasiados elementos que se roban espacio unos a otros. Que los castigos tengan lugar por una razón, y que los castigados den vueltas libremente por el lugar me parece que obedece más a los gustos del guionista que a la historia.
Como ya dije antes, Culkin y Roberts bordan sus personajes, y lo mismo podríamos decir de Isabelle Furhman, qué rostro tan hermoso y comunicativo, mientras la belleza e interpretación del otro polo de esta tragedia, Stefanie Scott, resulta floja en comparación con la anterior.
Hay mucha belleza y terror en la película de Edoardo Vitaletti, pero tristemente el ritmo excesivamente lento y las inconcreciones del guion no la dejan cuajar en la mente del espectador.
Firma: Javier S. Donate.
🎬 VOD
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