Título original: A Quiet Place 2
Año: 2020
Duración: 97 min.
País: Estados Unidos
Director: John Krasinski
Guion: John Krasinski, Scott Beck & Bryan Woods
Música: Marco Beltrami
Fotografía: Polly Morgan
Reparto: Emily Blunt, Millicent Simmonds, Cillian Murphy, Noah Jupe, John Krasinski, Djimon Hounsou, Okieriete Onaodowan, Okieriete Onaodowan
Vuelve el asfixiante silencio.
¿Recordáis aquella película en la que se podía escuchar el silencio? Pues bien, volved a aguantar la respiración, manteneos lo más callados posibles porque en esta segunda parte la tensión del silencio sigue siendo una realidad.
Tras lo sucedido en la primera entrega, los miembros de la familia Abbott tendrán que salir de su refugio comprometido para buscar mejor suerte en aquellos lugares donde han visto señales de supervivencia humana, sin saber cuál es la nueva realidad que hay ahí fuera se adentrarán a un viaje sin retorno.
Siendo un amante confeso del inicio de la primera parte, donde recordaréis los primeros minutos en total silencio, sin banda sonora como si el audio de la sala hubiera fallado, una conversación en lengua de signos entre dos niños y unos periódicos anunciando “It's sound!”, un poco más adelante y ya fuera del pueblo, en medio del ruido del bosque, el plano corto de Regan la niña con deficiencia auditiva que trae de nuevo en pantalla el silencio absoluto para ver con sus propios ojos que se vuelven los del espectador, como su padre Lee sale corriendo hacia sus espaldas, para regalar al público la carga dramática en la eliminación más rápida de uno de los personajes en la historia del cine, junto y tratándose de la misma secuencia la aparición majestuosa y a la vez terrorífica presentación del monstruo, del peligro real, del suspense en que a partir de aquí se mece la historia de una de las mejores películas de terror que he visto en mi vida.
Y como creo habréis intuido siendo además en general bastante fan de todas aquellas películas que empiezan en mitad de algo, sin introducción propiamente dicha, suponía que este sería el handicap principal que acompaña de entrada a esta segunda parte, pero para mi asombro no ha sido así, además de que da una oportunidad nueva a John Krasinski del cual y teniendo en cuenta que no he visto el tráiler, no me esperaba verlo en pantalla. Un prólogo sin quietud que arranca con el paso acelerado del padre de familia y que nos lleva al suspense y al nerviosismo contenido de la mano de la cotidianidad interrumpida por algo en el cielo que pone los pelos de punta, sumado a una escena de acción casi más propia de un videojuego, ofrecen un gran arranque a Un Lugar Tranquilo 2.
En ciertos momentos despliega destellos de cine comercial, pero en el mejor de los sentidos, aunque es una secuela y además con bastante más presupuesto que la anterior, en ningún caso se muestra nada manido, los guionistas amagan con acierto los giros en la historia y todo aquello que acontece a los personajes que se van uniendo a la familia principal y sin ser excesivamente maniqueo logra despistar al espectador, lo cual es de agradecer, ya que por una vez han tenido en cuenta que los espectadores no somos tontos.
El cuidado, la originalidad, la calidad de las situaciones en las que se genera el suspense, es un éxito total como así fue la primera parte, de los guionistas Scott Beck, Bryan Woods y entre ellos del además director John Krasinski. La habilidad de hacer vivir a unos personajes de ficción y que en esta secuela muestran aquello que son, los actores han entendido el rol de sus personajes, las actitudes tiempo después, el carácter, bravo por la fidelidad que permite la continuidad de esta historia de la mano de los que han cogido el relevo, en especial de los ya no tan niños Millicent Simmonds y Noah Jupe, pero también de Emily Blunt que en un segundo plano y en la piel de Evelyn Aboott vuelve a demostrar que es una superwoman además de una actriz rotunda. Añadir, y nunca mejor dicho, que la nueva incorporación de la que no quiero mencionar demasiado por miedo a caer en algún tipo de spoiler, es simplemente el mejor de los relevos que se me podían pasar por la cabeza, este actor, su gorra, su barba y la historia que le acompaña son lo que la película necesitaba para seguir en la línea de su antecesora.
En cuanto al género se refiere diría como nota más destacable que quizás y aunque en la primera hay suspense a raudales, está más enfocada al terror, siendo una película más oscura, con iluminación roja en algún caso, más macabra e incluso más explícita, y aunque la segunda no da la espalda a todo esto, si que está más claro, incluso en la banda sonora compuesta en ambos casos por Marco Beltrami, que es una película que al ser deslocalizada trata de avanzar hacia adelante con cierto punto aventurero más que a enfrentar a los monstruos a pesar de que sea inevitable, insufla tensión por todos los poros.
Como pequeño reproche y viniendo de donde viene, aunque se ha querido y creedme que se busca en ocasiones con un tempo un tanto extraño, no existe la escena que roce la majestuosidad como así pasó en el inicio de la película en la presentación del monstruo, o con la escena final del padre de familia, pero hay buenas escenas y en general sigue siendo una película estupenda, pero no toca esa tecla que nos hizo pensar en que estábamos ante algo más en la primera entrega. Aún con todo, es un film que deja buen sabor de boca, y crea un haz luminoso de esperanza hacia el buen cine de género que espero esté por llegar gracias a la vuelta al cine post-pandemia.
Firma: Gerard FM.
@tmagerard
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