Entrevista a Ignacio Estaregui, director del cortometraje En Racha


Una noche más en el palacio. Un guardia de seguridad frente al tedio y un abismo por delante. No hay nada peor para un jugador empedernido, que creer que está en racha. Dejamos de ser humanos sin que lográramos convertirnos en máquinas y ahora somos simples pilas “AAA“. Aburrimiento, adrenalina, automutilación.


Cuéntanos el origen de tu cortometraje.

En Racha nace de una iniciativa de las Cortes de Aragón que cada año invita a cuatro directores/as a rodar en el palacio de la Aljafería, lo que es

un privilegio para los que somos de Zaragoza.

El guion de En Racha es de S. Sureño y en él se ahonda en la psique del protagonista. El palacio de noche proporcionaba la atmósfera perfecta para contar esta truculenta historia. Una historia pequeña y oscura enmarcada en un lugar monumental y luminoso.


¿Cuál ha sido el mayor escollo que te has encontrado a la hora de levantar el proyecto?

No ha sido un proceso traumático en ningún sentido. Fue un proyecto que estuvo bien dimensionado desde el principio y que contó con el apoyo institucional de Aragón.

Disfruté mucho durante el proceso, tuvimos tiempo suficiente como para planificar hasta el último detalle. Cada plano está pensado para optimizar la historia.

Tenía mis reservas a la hora de rodar con un animal pero al final fue muy fácil gracias a la profesionalidad de Universal Dog y de Ashlan, El pastor alemán que participa en el corto. Trabajamos mucho el personaje con Saúl Blasco y aunque el rodaje fue un poco apretado salió adelante gracias a la profesionalidad del equipo que estaba engrasado después de rodar mi última película, Miau.


¿Cómo ha sido la acogida en festivales?

La verdad que la acogida en festivales nos ha sorprendido mucho ya desde el principio porque tuvimos la suerte de estrenar en Medina Del Campo y obtener allí tres premios, mención especial del jurado, mejor fotografía y mejor montaje.

Llevamos más de una veintena de selecciones tanto nacionales como internacionales obteniendo diferentes reconocimientos, la pena es no poder compartir con el público el trabajo, ya que al celebrarse los festivales de manera online se pierde esa conexión con la audiencia, que además en este corto es tan especial.

Aun así, estamos muy contentos de que se vea de cualquier manera, aunque sea telemáticamente pero espero poder verlo presencialmente en algún festival todavía.


¿Qué consejos darías a los futuros cortometrajistas?

Más que consejo lo que les puedo animar a que hagan, a que rueden. Que se equivoquen y que aprendan por el camino.

No hay mejor manera de convertirse en director que ejercer como tal.

Es importante saber que el guion es la base de la pirámide y que puestos a invertir la misma cantidad de tiempo, esfuerzo y dinero, mejor hacerlo sobre un guion sólido.

Que no tengan miedo a recibir feedback crítico y constructivo y que escuchen, que escuchen, y que escuchen.


¿Cómo ves el mundo del género fantástico hoy en día?

Es un género que siempre está vivo porque en última instancia es aquel que nos permite soñar con mundos que no conocemos, que no existen y que por eso mismo nos atraen.

Que suponen un anclaje con lo no natural, con aquello que nos permite fantasear con que otro mundo, mejor o peor pero distinto a este en el que nos ha tocado vivir, existe.


¿Puedes hablarnos de tus próximos proyectos?

Actualmente estoy trabajando en A Muerte, un largometraje escrito junto con Sureño, el guionista de En Racha.

Es un Thriller cuyo tono y atmósfera es parecido al de este corto y que se mira en el espejo de películas como “Serie negra“, un tipo de películas que cada vez se ven menos pero que considero absolutamente necesarias dentro del género, más cercana al gris y la ceniza que al color del neón.


¿Dónde se te puede encontrar?

Solo estoy presente en Twitter, en @iestaregui pero me limito a publicar la película que veo cada día, a modo de diario cinéfilo.


¿Película de terror favorita?

Me quedo con La Mosca, que es una película que me tuvo fascinado durante un tiempo y ahora que me enganché profundamente.

La vi de pequeño y son de esas experiencias que marcan, tuve algunas de sus imágenes durante días y días en la cabeza.

Me fascinaba todo, el concepto, la transformación del protagonista, no solo física sino mental y los pocos espacios en los que se desarrolla la película.