En este pequeño pueblo estadounidense, se ha desatado una plaga de suicidios adolescentes, acompañados todos por la frase “el Empty Man me hizo hacerlo”. El ex policía James LaSombra investiga a esta figura de la cultura popular para encontrar a la joven Amanda Quail antes de que se suicide por culpa del Empty Man.
Título original: The Empty Man
Año: 2020
Duración: 137 min.
País: Estados Unidos
Director: David Prior
Guion: David Prior (Basada en la novela gráfica de Cullen Bunn & Vanesa R. Del Rey)
Música: Christopher Young, Brian Williams
Fotografía: Anastas N. Michos
Reparto: James Badge Dale, Marin Ireland, Sasha Frolova, Samantha Logan,
El título más profético en mucho tiempo.
El guionista y escritor Cullen Bunn, tiene buena fama en el mundo del comic de horror gracias a Harrow County, pero The Empty Man despierta criticas encontradas: los que consideran que aquí hay oro y los que argumentan que la historia es confusa e irregular. ¿Saltamos al vacío y vemos qué encontramos?
En este pequeño pueblo estadounidense, se ha desatado una plaga de suicidios adolescentes, acompañados todos por la frase “el Empty Man me hizo hacerlo”. El ex policía James LaSombra investiga a esta figura de la cultura popular para encontrar a la joven Amanda Quail antes de que se suicide por culpa del Empty Man.
No entiendo los cambios que David Prior ha efectuado en la historia, ya que leo la sinopsis del comic y me resulta más interesante una “plaga” que afecta a los adolescente en nombre del Empty Man, que este remedo de Candyman en el que a la leyenda de turno se le convoca con una botella vacía y un puente. En ese sentido, es una pena que todo ese principio ambientado en las montañas nevadas, se quede en nada a la media hora; aunque funciona más como un capítulo de pelis con maldiciones como Ringu, Candyman, Ju-On, etc, hay verdadero terror en esas figuras que caminan entre la nieve.
Pero todo se desvanece cuando damos un salto temporal a Estados Unidos, y desde la primera media hora hasta el final, nos encontramos en una montaña rusa donde buenos momentos se mezclan con otros muy aburridos, con una amalgama de distintas creencias reflejadas en este Instituto Pontifex que muestra las carencias de la producción o la torpeza de Prior en la traslación: ¿Realmente este sitio que parece una parodia de la Cienciología, es tan cutre que reúne a sus acólitos en almacenes vacíos?
El protagonista, un estólido James Badge Dale, va de un lado a otro hablando con gente y encontrado pistas que… oh, sorpresa, dan vueltas sin llegar a parte alguna. La narración de David Prior funciona en aquellos momentos que son puro terror, algunos plagiados/copiados de otras películas de maldiciones como las antes citadas, pero la esperanza se diluye en las siguientes secuencias donde TODO es hablado.
Porque David Prior quiere que The Empty Man sea una película de Terror Elevado y tanto el extenso metraje como el final así lo confirman.
Aquí me voy a mojar, no aguanto esta corriente del terror elevado, esa búsqueda impostada del escalofrío a través de largos diálogos vacuos – aunque suenan a ilustrados – y un montón de secuencias que llevan a la nada. Me juego el cuello a que dentro de un tiempo Ari Aster, Robert Eggers o Jordan Peele, serán olvidados porque el género del terror es un prisma con muchas caras y demasiado sujeto a modas que se suceden con rapidez.
The Empty Man funciona a medio gas porque es una película que pide a gritos una realización sucia y, en el buen sentido del género, divertida pero en cambio apuesta sus cartas a una trama tan vacía como el título.
Firma: Javier S. Donate.
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