Título original: Título original: My Heart Can't Beat Unless You Tell It To
Año: 2020
Duración: 90 min.
País: Estados Unidos
Director: Jonathan Cuartas
Guion: Jonathan Cuartas
Música: Andrew Rease Shaw
Fotografía: Michael Cuartas
Reparto: Patrick Fugit, Ingrid Sophie Schram, Owen Campbell, Moises L. Tovar, Judah Bateman, Katie Preston, Anthony Pedone
Terror triste y melancólico.
De entrada decir que es una película que gustará a un tipo de público que busque ver un oscuro drama familiar, sobretodo si sufre o ha sufrido en sus propias carnes ese tipo de situaciones. De todas maneras si no eres muy dado a las historias más melancólicas y te va más el cine trepidante y de acción, es un film falto de fuerza. El ritmo tampoco ayuda a que su seguimiento sea plácido ya que explora una situación con un toque de decadencia y tristeza.
Dwight y Jessie son dos hermanos con algunas desavenencias en cuanto al cuidado de su hermano menor, aquejado de una extraña enfermedad.
Si la idea de su director y guionista Jonathan Cuartas era mostrarnos una historia trágica y melancólica dentro de una familia con un protagonista insatisfecho con la situación que le toca vivir, tenemos que afirmar que lo ha conseguido plenamente. Es como decir que se encuentra en una condena en vida. Ese tono tan personal del director hace que si entras en el juego, te puedas llegar a emocionar y hasta empatizar con el protagonista. En caso contrario parecerá que la condena la estés sufriendo tú.
Hay algunos momentos que rompen la dinámica del film y que precipitan ciertas situaciones que hacen algo más ameno su visionado, aportando matices interesantes como podría ser el uso de personajes marginales ajenos a la familia, entre ellos homeless y prostitutas.
De la trama no podemos explicar mucho más, ya que si no os aguaríamos la fiesta. El guion, por lo tanto, juega algo con el espectador y lo hace de manera sibilina aportando algunas pinceladas que hacen captar nuestra atención. Evita por lo tanto la ya tan manida vuelta de tuerca o, si lo preferís, es un giro de guion a cámara lenta, quizás demasiado para nuestro gusto. Por lo apuntado el screenplay es uno de sus puntos fuertes, sin escatimar alguna que otra escena digamos que fuerte y que tanto os gustan.
Las interpretaciones están muy repartidas. El protagonista es Patrick Fugit, en un papel al que dota de un cierto humanismo no exento de profundidad. Le secunda Ingrid Sophie Schram que recrea a una Jessie que se mueve en sentimientos encontrados y al que da fuerza y convicción. El tercero en discordia es Owen Campbell que se hace cargo, de forma muy acertada por cierto, del papel del desvalido Thomas. En un papel algo más menor tenemos a Judah Bateman.
Estamos ante un film que se aparta algo de lo visto en el género de terror de la actualidad. La etiqueta terror tendríamos que ponerla entre comillas, pero por alguna escena escabrosa, salva ese escollo convirtiéndose en un producto curioso recomendable a los que buscan algo más que la sangre, aunque de eso sí que hay.
Firma: Josep M. Luzán & Gerard Luzán.
@Josep_Luzan
@PaltaconPi
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